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Jim Jarmusch, un cineasta de culto, pero...
CIUDAD DE MÉXICO.- El cineasta estadunidense Jim Jarmusch lamentó que a pesar del nivel de culto que goza en el mundo, sus películas no generen la expectativa suficiente como para que un distribuidor se atreva a adquirirlas para su exhibición en un país como México, donde ayer abarrotó el Teatro Julio Castillo del Centro Cultural del Bosque para su Master Class en el Tag CDMX.
“Una película como “Sólo los amantes sobreviven” (2013) se tardó dos o tres años para llegar a su cartelera. Ahora tengo dos películas nuevas: “Paterson” y “Gimme Danger”, un documental sobre Iggy Pop y los Stooges (ambas estrenadas en el Festival de Cannes) pero no hay un distribuidor que esté interesado en ellas.”
Con su característico corte de cabello, el cual está completamente blanco, el director de “Dead Man, Ghost Dog”: “El camino del samurái” y “Coffe and Cigarrettes” recorrió su trayectoria con cerca de mil personas y la intervención de la realizadora y ahora entrevistadora Elisa Miller, ganadora de la Palma de Oro al Mejor cortometraje en el Festival de Cannes por Ver llover.
Una de las primeras cosas que aceptó Jarmusch fue la curiosiadad con la que vive la vida, lo que ha permitido conocer un poco de muchas cosas pero “no ser un experto en nada”.
“Soy un amateur en muchas cosas y es algo que me encanta, empezando porque la palabra proviene del griego amor y significa que amas algo. Es una palabra que combina con el concepto de profesional, que significa que haces dinero de a lo que te dedicas.
“Así es que soy orgullosamente un amateur que no ha conseguido tanto dinero como otros de mis colegas, Spike Lee, por ejemplo, pero bueno él también ama sus cosas”, agregó antes de pedir permiso para refrescarse con un poco “de mezcal” mientras daba un sorbo a su botella de agua.
Con un poco más de confianza, aceptó que no le parece ilegal “robarse” las ideas de otro lado, siempre y cuando sean “hermosas y te conmuevan”.
“Entonces tienes la libertad de robártelas, porque te gustan y porque son buenas ideas. Creo poderosamente en esta especie de ‘robo’, porque cada quien crea sus variaciones. Creo que las ideas nadie las puede matar”, precisó.
Señaló que el proceso que más odia de la producción de una película es el financiamiento, sobre todo por los contratos ventajosos que la mayoría de los productores quieren hacer de sus películas.
“Me choca que me digan qué hacer, o pedir permiso. Por eso produzco mis películas con mi propia compañía y con gente que tengo la suerte de que me acompañe, y me permita tomar mis propias decisiones.
“Por otro lado amo todos los procesos de una película. Escribir es como seducir a alguien y filmar como toda esta gente es como el sexo, ¡es fantástico! Y siempre es más divertido que hacerlo solo.
“Editar es como estar embarazado y luego ya nace y lo mandas al mundo a que se valga por sí mismo”, explicó.
Antes de despedirse, el cineasta, quien también tiene un grupo musical llamado SQÜRL, dijo que conoce la cultura mexicana desde que conoció la historia de nuestro cine durante sus años en la Universidad de Columbia en Nueva York.
“México tiene una historia bella, y permítanme que diga esto, pero también es una historia triste. “Estoy muy impresionado con la historia de este país y de su cine. Me encanta, ojalá algún día pueda hacer algo aquí”, finalizó.