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Jesuitas entregaron al Papa Francisco carta de padres de los 43
CIUDAD DE MÉXICO (apro).—Durante la reunión que sostuvo con el Papa Francisco, la noche del pasado domingo 14, en la nunciatura apostólica, el equipo de gobierno de la provincia mexicana de la Compañía de Jesús ya no le pidió al Papa que se reuniera con los familiares de los desaparecidos ni tampoco con los padres de Ayotzinapa, puesto que ya de antemano sabían que esa pretensión de los jesuitas había sido descartada por el pontífice.
Los seis jesuitas mexicanos que se reunieron con Bergoglio, encabezados por su provincial en México, Francisco Magaña, se limitaron a entregarle una carta que le enviaron al pontífice los padres de Ayotzinapa y también a comentarle sobre la gravedad del problema de los desaparecidos en México.
Delante de ellos, el Papa abrió y leyó la misiva de estos familiares. Y además les dirigió un mensaje verbal improvisado a todos los jesuitas de la provincia en México, en el que les pide que no negocien para los que están crucificando a Cristo y vivan mejor. Y también los instó a echarle ganas al proceso de canonización de Miguel Agustín Pro, el mártir jesuita que fue fusilado durante la guerra cristera y que actualmente tiene el rango de beato.
Este mensaje fue grabado en un celular y luego difundido a los jesuitas de todo México.
Por su lado, los jesuitas mexicanos le regalaron reliquias del Miguel Agustín Pro al Papa, quien las besó al recibirlas.
Aparte del provincial Magaña, los otros cinco miembros del equipo de gobierno de la Compañía de Jesús que estuvieron en el encuentro son los siguientes:
Carlos Cervantes, asistente del provincial; Leonel de los Santos, asistente para lo Social y de quien depende el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro; José Luis Serra, asistente de lo Pastoral; Juan Luis Orozco, asistente de Educación y de quien dependen las universidades y colegios de la Compañía; y Pedro Reyes, asistente de Formación y, por lo tanto, quien está a cargo de la educación sacerdotal y teológica de la Compañía.
Además de estos jesuitas de México, también estuvo en la reunión el nuncio apostólico Christophe Pierre –quien solo permaneció un momento–, y el jesuita italiano Antonio Spadaro, quien en Roma dirige la revista de los jesuitas Civilitá Cattolica.
La reunión se realizó en la biblioteca de la nunciatura y se prolongó durante una media hora aproximadamente; de la 21:00 a las 21:30 horas.
Esta reunión con el Papa fue definitoria, pues a partir de ahí los jesuitas de México dejaron de pedir un encuentro del Papa con los familiares de desaparecidos, petición que vinieron haciendo desde noviembre pasado a través del nuncio Christophe Pierre y del secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Eugenio Lira Rugarcía.
Uno de los principales jesuitas que realizaba estas gestiones fue Sergio Cobo, director de la Fundación Loyola, quien explicó al semanario Proceso que el tema de los desaparecidos –por su gran magnitud en México– es “prioritario” para la Compañía y ésta lo ve desde una perspectiva de “derechos humanos” (Proceso 2047).
Ahora, el jesuita Juan Carlos Henríquez, del área de Comunicación de la Compañía de Jesús, descarta totalmente una reunión de Bergoglio con familiares de desaparecidos, señalando que incluso el Papa ha sido muy cuidadoso en el lenguaje que usa en sus discursos y homilías, “por lo que siquiera ha utilizado la palabra ´desaparecidos´, ni mucho menos la palabra ´Ayotzinapa´, que tienen una carga muy fuerte y pueden despertar animadversión”.
Henríquez indicó que en lugar de la palabra ‘desaparecidos’, el Papa ha utilizado la frase “criminalmente arrebatados de sus familias”, la cual es una descripción más emotiva.
Las insistentes declaraciones del vocero Papal, el también jesuita Federico Lombardi, en el sentido de que el Papa no se reuniría con estos familiares, fue un factor que disuadió a los jesuitas de México para que ya no siguieran pidiendo esa audiencia privada.