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James P.Alison, pionero de la inmunoterapia contra el cáncer
El investigador estadounidense James P. Allison vivió en carne propia el horror del cáncer. Cuando tenía diez años perdió a su madre, víctima de la enfermedad. "Estaba junto a ella cuando murió", relata este pionero de la inmunoterapia, que será galardonado este domingo en Jerusalén con el prestigiado Premio Wolf.
"Ella tenía quemaduras en el cuello a causa del tratamiento de rayos X", cuenta Allison sobre su madre. Su tío murió de cáncer de pulmón. Estas experiencias vividas de niño le dejaron una honda impresión, dice en Tel Aviv este hombre de melena blanca y hablar pausado.
Durante sus estudios de microbiología, Allison comenzó a desarrollar un gran interés por la inmunología. La inmunoterapia activa las defensas del propio cuerpo en la lucha contra tumores. No pensaba en aquel entonces que iba a encontrar un remedio contra el cáncer, pero ese tema nunca dejó de estar en su mente.
Durante sus investigaciones sobre las denominadas células T se encontró con un mecanismo que puede ayudar en la lucha contra tumores cancerosos. Como profesor de inmunología del centro oncológico MD Anderson en Houston desarrolló la llamada terapia de puntos de control inmunitarios, un tratamiento que consiste en "desencadenar" el sistema inmunológico para que este actúe contra el cáncer.
Las células T forman parte de los glóbulos blancos y son responsables de la defensa inmunitaria adquirida del cuerpo. Son capaces de reconocer sustancias exógenas y combatirlas. Hasta cierto punto, esto también funciona para la lucha contra las células cancerosas producidas por el propio cuerpo, que son difíciles de identificar para el sistema inmunológico.
Durante su investigación básica, Allison descubrió uno de los componentes importantes del control de células T, la molécula CD28, que tiene que ser activada para que arranque la reacción inmunológica. "Es como el acelerador de un coche que hace que las células T se multipliquen rápidamente y adquieran la capacidad de matar cosas", explica Allison. Sin embargo, las moléculas CTLA4 y PD1 frenan su actividad para evitar una reacción exagerada.
La terapia de puntos de control inmunitarios elimina este freno, de modo que las células T se mantienen activas durante más tiempo. Sin embargo, ello también eleva el riesgo de que se presenten efectos secundarios.
La terapia ha sido aplicada con especial éxito en el tratamiento de melanomas. Allison participó en el desarrollo del fármaco Ipilimumab, que bloquea las moléculas CTLA4 y que salió al mercado en Estados Unidos en 2011. Más tarde también se desarrolló un bloqueador de PD1.
Los primeros estudios arrojaron una tasa de éxito de alrededor de un 20 por ciento. Posteriores terapias combinatorias para combatir el melanoma incluso alcanzaron un 60 por ciento de efectividad, explica Allison. Actualmente, la inmunoterapia también se usa para luchar contra otros tipos de cáncer, aunque los resultados no han sido satisfactorios en todos los casos.
Allison menciona el increíble éxito que tuvo el tratamiento con inmunoterapia de una mujer enferma de melanoma metastásico, que generalmente es mortal. "En el año 2001 recibió una sola inyección de la sustancia activa y todavía vive, 16 años después".
El propio Allison, de 68 años, ha sido víctima del cáncer. "El año pasado me quitaron un melanoma en la nariz", dice el científico señalando la cicatriz. Además padeció cáncer de vejiga y cáncer de próstata. Hasta el momento, sin embargo, no ha recurrido a la inmunoterapia. "Cuando el cáncer se diagnostica a tiempo, la mejor opción sigue siendo una operación", asegura. Los tumores malignos fueron extirpados. "Sin embargo, en caso de que vuelvan (los tumores), seguramente apostaré por la inmunoterapia”.