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Jaime Garza, in memoriam
Esta segunda semana de mayo fue de luto nuevamente para el espectáculo nacional ya que apenas una semana después de la muerte del primer actor argentino Guillermo Murray falleció el primer actor regiomontano Jaime Garza.
Jaime Garza fue encontrado sin vida la mañana del viernes 14 en su domicilio teniendo 67 años de edad y luego de haber sufrido por varios años una diabetes crónica que lo llevó a la amputación de una de sus piernas, hecho que no lo privó de seguir adelante con su carrera artística al filmar en el 2016 la que sería su última película, “La Caridad”, de Marcelino Islas Hernández, y en el 2017 su última telenovela, “El bienamado”, producción del coahuilense Nicandro Díaz para Televisa, con quien ya había trabajado en el 2008 en “Mañana es para siempre”, telenovela que actualmente se encuentra en retransmisiones vespertinas de lunes a viernes dentro de la programación de la misma televisora.
Garza fue precisamente en la pantalla chica donde hizo su primer trabajo profesional a los 18 años de edad cuando formó parte del elenco de la primera versión mexicana de “Plaza Sésamo”, de 1972, para después de debutar con el pie derecho en el cine bajo las órdenes del maestro Felipe Cazals en el clásico “Canoa”, de 1975, iniciarse en el mundo de las telenovelas teniendo como padrino nada menos que al mismísimo “Señor Telenovela”, Ernesto Alonso, quien lo incluyó en el elenco de “Pacto de Amor”, en 1977; prosiguió con trabajos memorables en el género de los hermanos Irene y Miguel Sabido en clásicos como “Añoranza” (1979) y “Caminemos” (1980), de manera respectiva, protagonizadas las dos al lado de la primera actriz Marga López.
Fue a partir de 1982 como parte del elenco del clásico “Bianca Vidal”, de 1982, que protagonizaron Edith González y Salvador Pineda, que el productor chileno Valentín Pimstein lo incluyó como actor recurrente de sus telenovelas y le dio en 1984 su primer y único estelar protagónico al lado de su entonces pareja sentimental Alma Delfina en el clásico “Guadalupe”, seguida de importantes colaboraciones en otros clásicos como “Vivir un poco” (1985); “Rosa Salvaje” (1987), donde fue uno de los galanes de la protagonista Verónica Castro y “Simplemente María” (1989), donde fue parte del triángulo amoroso de la trama que incluyó también como protagonistas a Victoria Ruffo y el también falleció Manuel Saval.
En los años 90 Jaime Garza volvió a ser llamado de nueva cuenta por Ernesto Alonso para participar en el refrito de “La sonrisa del diablo” (1992), al lado de Rebecca Jones y Enrique Álvarez Félix; en 1994 interpretó a Ricardo Flores Magón en la telenovela histórica “El vuelo del águila”, y en 1998 volvió a ser llamado por Valentín Pimstein para personificar a un comandante en la exitosa “La usurpadora” (1998), que protagonizaron Gabriela Spanic y Fernando Colunga. Con el nuevo milenio vino su participación en otros éxitos del género como “Salomé” (2001), donde volvió a trabajar con Edith González ahora bajo la producción de Juan Osorio, o “Destilando Amor” (2007), del mencionado productor Nicandro Díaz, junto a Angélica Rivera y Eduardo Yáñez, entre otras más.
Su despedida, sin proponérselo, de quienes lo seguimos en este género, se dio vía streaming el año pasado cuando se retransmitió “Rosa Salvaje” en el canal de TL Novelas en su zoom con Verónica Castro y las villanas de la historia Laura Zapata y Liliana Abud. Descanse en paz y gracias por su legado.
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