Jacob y su madre luchan contra la espasticidad; vienen cada jueves desde MTY al CRIT Coahuila
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Jacob y su madre luchan contra la espasticidad; vienen cada jueves desde MTY al CRIT Coahuila
Cada jueves a temprana hora, Alejandra Gutiérrez carga a su hijo Jacob y aborda un autobús en Monterrey; su destino es el Centro de Rehabilitación Integral Teletón Coahuila.
Tuvo un embarazo complicado, con preclamsia, esto orilló a que le indujeran a un parto cuando cursaba la semana 25 de gestación. “Nació así, rápido, me iban a controlar el problema, pero no se pudo, me desembarazaron y Jacob nació”.
El pequeño quedó a cargo del hospital, en el área de pediatría, por meses recibió cuidados extremos, pero de repente tuvo dos paros y esto generó un par de coágulos en el cerebro. Cuando se recuperó de ello, al paso de los días fue entregado a sus padres.
Todo parecía normal, hasta cuando al noveno mes de haber nacido, Jacob sufrió una convulsión. “Le dio parálisis cerebral infantil, los estudios me indicaron que tenía esa discapacidad”.
Esto le ocasionó al cuerpecito de Jacob inmovilidad en casi 90 por ciento, presentaba espasticidad, un trastorno del sistema nervioso en el que algunos músculos se mantienen permanentemente contraídos.
“Tuvimos que tener muchos cuidados con el medicamento, porque en el seguro no lo tenían todo, le llevábamos de un lugar a otro en busca de terapias y de estudios; lo que fuera mejor para él”.
Acudía a una escuela para niños especiales de nombre Nuevo Amanecer, pero no tenía terapias adecuadas y requería de estudios, férulas, resonancias magnéticas, a los cuales no podía acceder por su seguro social.
Fue cuando una amiga de Alejandra le recomendó llamar al Centro de Rehabilitación Integral Teletón, aquí en Coahuila.
A inicios de este año se solicitó apoyo para el niño, a la madre se le indicó que había más de 800 niños en lista de espera, pero un día, Alejandra recibió la llamada del instituto, Jacob había sido aprobado para recibir terapias.
“No tenía movilidad, desde que tenía nueve meses andamos en terapia, ahorita tiene menos, los brazos no los usa, está inmóvil, usa los dos ya solo tiene espasticidad de la cintura para abajo”.
Jacob tiene un semblante distinto, aunque no habla, con su mirada y manos comunica su sentir a su madre, quien incluso tiene esperanza de que el pequeño pueda tener movilidad en la parte inferior de su cuerpo y aprenda a caminar.
“La terapia podría ser de dos a tres años para mejorar el habla y usar un andador. Ahorita solo dice agua, papa y no”.
UNA FAMILIA UNIDA
Desde hace dos meses, la familia que integra Alejandro Pruneda López, su esposa Alejandra Gutiérrez Canales y Debany su hija mayor de diez años, han visto un cambio notorio. Jacob en físico tiene arrastre, logra sentarse un poco, pues su cuerpo estaba suelto, solo un brazo podía mover.
Se tiene la confianza que con este tipo de apoyos él pueda caminar y ser un niño independiente. “Hay que echarle ganas a veces que nada funciona, pero en medio de todo eso hay que confiar, a veces lo veo y por el simplemente hecho de que sonría…”
“A veces le digo ‘quisiera escucharte hablar’, le digo y él me agarra la cara y me da un besito, son cosas que me dan fuerza para seguir adelante, porque veo a mis sobrinos ahí jugando y quiero verlo así a él, pero todo a su tiempo”, contó la madre.
EL VIAJE DE LA ESPERANZA
Pese a que es un esfuerzo grande, ellos viajan cada jueves a Saltillo desde Monterrey, suben al autobús a temprana hora y arriban a casa de su familia en la capital del estado de Coahuila, ahí duerme durante un día para poder acudir dos días consecutivos al CRIT.
EL DATO
La espasticidad es un trastorno motor del sistema nervioso, en el que algunos músculos se mantienen permanentemente contraídos.