Jack O’Neill, la leyenda del surf mundial

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Jack O’Neill, la leyenda del surf mundial

El inventor del traje de neopreno de surf y una de las leyendas de este deporte murió el pasado 3 de junio en California

Jack O’Neill, el inventor del traje de neopreno de surf y una de las leyendas de este deporte murió el pasado 3 de junio en California (Estados Unidos) a los 94 años. El creador de la famosa marca de surf O’Neill falleció por causas naturales y rodeado de su familia en su casa frente al mar en Santa Cruz.

O’Neill quería poder practicar surf en las frías aguas del norte de California, por lo que experimentó con varios materiales hasta crear un forro con el que hizo el primer traje de neopreno lo suficientemente flexible y resistente como para soportar las bajas temperaturas del mar. Gracias a él, este deporte dejó de ser exclusivo de las zonas con buen clima, lo que fue decisivo para su expansión por todo el globo.

Según informó la marca en su perfil de Instagram, el surfista murió “Rodeado por su familia, tan enternecedor y alentador como siempre, reiterando su amor a su familia, su aprecio por la vida bien vivida, sus deseos para sus amigos y los océanos que amó, todo en la familiaridad de la que ha sido su casa frente al mar los últimos 50 años, con las famosas olas de su amada playa Pleasure Point rompiendo a sus espaldas”, ha finalizado. 

LEGADO CALIFORNIANO

Este pionero del surf abrió su primera tienda en 1952 en San Francisco, una época en la que los establecimientos dedicados exclusivamente a este deporte se podían contar con los dedos de una mano. La empresa creció hasta convertirse en una de las marcas más famosas, de la que su hijo se hizo cargo en 1985, informa la BBC. O’Neill perdió un ojo en 1971 en un accidente cuando practicaba surf. En la década de los ochenta, se había convertido ya en el principal diseñador y fabricante de neoprenos, y su marca se expandió por todo el mundo.

En una entrevista, citada por la BBC, afirmó: “Todo lo que quería era practicar surf y cuando abrí la tienda en mi garaje pensé que tendría a algunos chicos a los que venderles trajes y con los que poder surfear. Uno de ellos me dijo: ‘O’Neill, vas a vender [neoprenos] a cinco tipos en la playa y después cerrarás el negocio”. “Nadie está más sorprendido que yo por cómo ha crecido la empresa”, añadió.