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Investigadores de SLP examinan el potencial científico del estado
Cuatro científicos galardonados con el Premio de Investigación de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), que laboran en instituciones de educación superior y centros de investigación en San Luis Potosí, se reunieron para reflexionar y comentar sobre las condiciones actuales que guardan la ciencia y la tecnología en el estado desde sus respectivas áreas de investigación, y analizar las posibilidades de desarrollo que tienen para los próximos años.
El grupo de distinguidos científicos que recibieron en su momento el reconocimiento más importante que se otorga a nivel nacional a jóvenes investigadores y que participaron en la reflexión lo integraron el actual presidente de la AMC y director del Consejo Potosino de Ciencia y Tecnología (Copocyt), José Luis Morán López (Ciencias Exactas, 1985), Francisco Javier Cervantes Carrillo (Ingeniería y Tecnología, 2008), Antonio de León Rodríguez (Ingeniería y Tecnología, 2011), y Eduardo Gómez García (Ciencias Exactas, 2015).
Abierto al público, el foro “Reflexiones de los Premios de la Academia sobre el estado y perspectivas de la Ciencia y la Tecnología en San Luis Potosí”, organizado por la AMC en el Museo del Laberinto de las Ciencias y las Artes, se llevó a cabo el viernes pasado en el marco de la XXIV Semana Nacional de Ciencia y Tecnología, que este año tiene lugar en San Luis Potosí.
Cuatro preguntas planteadas por Ricardo Guirado López, presidente del Colegio Universitario de Ciencias y Artes y que fungió como moderador, guiaron los comentarios y consideraciones de los participantes. Dos de los tópicos se refirieron al estado actual del área en la que se desempeña cada uno de ellos, y el resto de los planteamientos se enfocaron a comentar la visión que tienen a diez años.
El campo de estudio de Morán López son los materiales magnéticos, los cuales se utilizan en la vida daría, ya sea en motores, refrigerados, bombas de agua, reproductores de discos compactos y timbres, por ejemplo. Una de las tendencias alrededor de los imanes ha sido reducir su tamaño y peso y, a la vez, aumentar su potencia.
En vista de que en nuestro país no existe una industria que produzca los imanes que se requieren, se hace necesario crear un laboratorio nacional de materiales magnéticos y lograr que se establezca una compañía que produzca imanes convencionales y de tierras raras (el tipo más poderoso de imanes permanentes), dijo Morán. Añadió que todos los imanes que se utilizan en el país provienen del extranjero, “por ello tratamos que en San Luis Potosí se instale un proveedor directo”.
Desde la biotecnología ambiental, el área de especialidad de Francisco Cervantes Carrillo, se realizan procesos de relevancia para la sociedad, como son el de las aguas residuales que se generan en los hogares, las cuales tienen que ser depuradas antes de que lleguen a distintos ecosistemas.
A nivel nacional el tema de tratamiento de aguas residuales, de acuerdo con el investigador de la División de Ciencias Ambientales del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (IPICyT), ha ido evolucionando, ya que el 50% de las aguas provenientes del consumo de los hogares reciben tratamiento y un porcentaje significativo es reutilizado para regar áreas verdes.
En el caso de San Luis Potosí, este estado lidera el tema del tratamiento de aguas residuales, el ejemplo emblemático es el parque urbano Tangamanga, de 420 hectáreas de superficie, en donde el 80% del agua que se requiere para el riego de las áreas verdes proviene de una planta de tratamiento ubicada en el mismo parque.
Cervantes Carrillo, que ha colaborado en el diseño de diferentes plantas de tratamiento de aguas residuales en diversos lugares del país, destacó que la tecnología tiene que ir encaminada a obtener mayor beneficio, tal es el caso del tratamiento anaerobio, con el que se genera biogás durante la degradación de los contaminantes presentes en el agua residual. “El principal componente de este biogás es el metano y puede ser utilizado para producir electricidad”.
En opinión del investigador, en México se debe establecer el concepto de biorefinerías, en el que la materia prima son los desechos, y espera que pronto se establezca un centro de bioenergéticos en el país.
En abono al tema, Antonio de León Rodríguez, de la División de Biología Molecular del IPICyT, señaló que las biorefinerías necesitan catalizadores, en este caso, microorganismos que realicen diversos procesos.
El grupo de colaboradores de De León Rodríguez se ha enfocado al diseño de microorganismos para la producción de biocombustibles, como el etanol, pero también ha identificado microorganismos que cumplen con las necesidades que plantean. “Aislamos una bacteria que crece en un pasto de la Antártida que genera anticongelante para protegerse de las condiciones del ambiente, a nosotros nos sirve como anticongelante, combustible y de base en la síntesis de plásticos”.
El biotecnólogo también trabaja en el desarrollo de estrategias para eliminar compuestos en bebidas alcohólicas (como el tequila) y en alimentos.
En tanto, Eduardo Gómez García, del Instituto de Física de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), cuya línea de investigación es la ingeniería cuántica, consideró que son cuatro las áreas, desde el punto de vista tecnológico, que tienen que ser impulsadas: computación cuántica, simulación cuántica, criptografía cuántica y sensores cuánticos.
En México son pocos los grupos que trabajan en ingeniería cuántica, y aunque existen una red y una división de tecnologías cuánticas, no existe un plan a diez años en este campo.
“La manera de hacer ciencia ha cambiado, se hace en grandes consorcios, las cosas son tan complicadas y tan sofisticadas que para ser competitivos antes que pensar en un centro de investigación, necesitamos identificar nichos de oportunidad y conformar un plan de ingeniería cuántica”.
Multidisciplina, industria y ciencia
Otro de los planteamientos que condujeron este Foro de la Academia Mexicana de Ciencias, cuya segunda parte se realizará la tarde de este lunes 9 de octubre en la misma sede, el Museo del Laberinto, fue la relación de la industria y la ciencia. Los cuatro investigadores reconocieron la importancia de este vínculo, y dejaron en claro que los jóvenes científicos deben estar relacionados con la innovación desde sus estudios de doctorado.
Antonio de León Rodríguez agregó al respecto que, si bien en el estado están consolidadas la industria metal mecánica y de alimentos, se deben incorporar nuevas industrias enfocadas en el sector de las biorefinerias y la biofarmacéutica, en especial porque San Luis Potosí tiene los recursos humanos para hacerlo — entre éstos 693 miembros del Sistema Nacional de Investigadores y 70 Cátedras Conacyt—.
En cuanto a la multidisciplina, José Luis Morán indicó que en la actualidad los especialistas en diversos campos del conocimiento deben desarrollar la habilidad para comunicarse y encontrar soluciones a preguntas o problemas. Mientras que Eduardo Gómez García subrayó sobre el tema que “no se trata de que alguien conozca un poco de todo, sino de tener expertos en áreas que se juntan”.
Para ejemplificar cómo la multidisciplina es hoy la forma en la que se está haciendo ciencia, Francisco Cervantes Carrillo hizo referencia al Clúster de Bioturbosina, un proyecto en el que participan alrededor de cien investigadores de más de diez centros de investigación del país y el extranjero, y que es coordinado por el IPICyT.