Intentaron violarme y nadie hace nada
Por: Lidiet Mexicano
Fotos: Jordi Sifuentes
Video: Lindsey Portillo
Diseño: Édgar de la Garza
Edición: Quetzali García
(Hasta la hora del cierre, el empresario no fue localizado
por esta casa editora. Su asistente declinó dar declaraciones)
Monclovita, la bella. Así se le conoce de cariño a esta ciudad de la región centro de Coahuila, al norte de México. Es el tercer municipio más poblado y una potencia industrial-económico por la manufactura del acero, manchada por los escándalos sindicales de una paraestatal, la contaminación y los brotes de violencia. Todo se apacigua con Sonido Mazter, el béisbol y las tortillas de harina.
Si Monclovita, la bella fuera una mujer, se parecería mucho a Michelle. Ella es alegre, sencilla y guapísima. Es que hay qué decirlo: le pegó al gordo en la lotería de los genes. Es conductora de noticias de una televisora de Coahuila y además ha participado en certámenes de belleza. Uno piensa que alguien así, no sufre. Pero está pasando por el peor momento de su vida.
Michelle asegura que sufrió un intento de abuso sexual. Ese fue el comienzo de su calvario. Ni las autoridades, ni las personas de su entorno le han brindado atención. Todos le tienen miedo a su presunto agresor, todos menos ella que ha decidido romper el silencio y exponer este caso. Espera que su testimonio sirva -pese a las críticas- para que a nadie en Monclovita, la bella, piense que la víctima tiene la culpa.
En Monclovita, la bella, las agresiones contra mujeres han aumentado drásticamente. Las cifras indican que el 60% de ellas ha sufrido algún tipo de violencia. Rita Segato dice que el aumento de las violaciones tiene que ver con la precarización de la vida. “Si hay cada vez más dificultades para exhibir una potencia económica, moral o intelectual, ya que los dueños del mundo son cada vez menos, el hombre vive como una emasculación esta precariedad: no tiene forma de afirmarse. El mandato de masculinidad dice a los hombres que necesitan apropiarse de algo, ser dueños. La precarización de la posición masculina pone en cuestión su potencia. Y por lo tanto solo queda la violencia —sexual, física, bélica— para restaurarse en la posición masculina.”
Inicia la pesadilla
El 21 de agosto de 2019, bañada en una saliva que pareciera no borrarse hasta el día de hoy de su piel, Michelle rogaba que pararan los besos grotescos en sus senos, en su cuello y boca. Narra que aunque fue cuestión de minutos, para la joven de 25 años, fue el momento más largo de su vida, pues no sabía si saldría solo toqueteada, violada o incluso asesinada. Todas las cifras, los casos y la impunidad con la que se puede matar a una mujer en este país, le hicieron replantearse la huída. El terror se apoderó de ella pero pensó en una salida. No quería ser una estadística más del municipio que ocupa el tercer lugar con mayores índices de violencia hacia la mujer.
Esa noche la conductora de noticias, en una televisora de Coahuila, había salido de su espacio en televisión después de las 21:00 horas. Quedó evidencia a cuadro de que portaba un vestido a rayas, sujeto a su cuerpo delgado y con corte a la rodilla, también portaba zapatillas.
Cuando participa en un certamen de señorita Monclova en ese mismo año, conoce a jóvenes de entre 20 y 21 años que se convirtirían en sus amigas. El mundo de la belleza es cruel, pero entre ellas siempre se tendieron la mano. Nunca pensó que una invitación a salir, para relajarse y pasar la noche terminaría con la vida como la conocía. Aceptó.
Michelle subió a su coche, por petición de Hmichaika, Michelle y María, pasó a sus casas a recogerlas después de las diez de la noche. No tenían un rumbo pre establecido, así que les preguntó a donde saldrían por una copa, Hmichaika -también candidata a reina- les propuso ir a un bar. El propietario era como su "tío" y la pasarían bien en ese sitio, les aseguró. Se mencionó entonces que el propietario del lugar es Carlos 'N'.
Al momento de escuchar el nombre del empresario, Michelle regresó en su mente hacia el bufete de su padre, quien es abogado. El empresario era su cliente. Sintió confianza por estar en el lugar.
Tenía muy pocos ánimos por desvelarse. El trabajo del día siguiente la apremiaba. Pues realizaría una serie de entrevistas muy temprano.
Violencia de género: crimen silenciado
Una agresión sexual o abuso se refiere a cualquier contacto sexual no deseado. Cualquier persona puede ser víctima.
Lleva mucho tiempo lidiar con cualquier clase de violencia sexual. No existe una manera “correcta” de reaccionar ante una situación así.
Sólo 0.3% de los casos de abuso sexual llega a denuncias. Aunque las mujeres llegan al Ministerio Público, rara vez se abren carpetas de investigación.
La periodista circuló por el bulevar Francisco I. Madero, "aquí es" se escuchó en el vehículo, las letras al exterior del establecimiento decían “Boss". "Nos dijo mi amiga que ese lugar lo abrían solo para eventos especiales, no podíamos entrar porque estábamos esperando al dueño, cerca de las 10:40 de la noche, llegó, mi amiga nos lo presentó y entramos al lugar".
Durante las horas que se mantuvieron al interior del bar, escucharon música, tomaron algunas bebidas.No hubo miradas insinuantes, tampoco proposiciones indecorosas.
"Yo me fijaba como preparaba las bebidas a mí y a mis compañeras, nos ofrecía vodka con jugo de uva, nunca me acechó, platicaba con todas en general. Solo tocó el tema conmigo sobre la relación laboral con mi papá".
La charla llegó al tema de los abusos, violaciones y agresiones que viven las mujeres en México y criticó este tipo de delitos. Pese a que minutos más tarde, dice Michelle que intentaría cometer abuso sexual contra ella.
Por su mente jamás pensó que él podría tener malas intenciones contra ella. Era conocido de su padre, estaba en favor de la defensa de la mujer, era un reconocido empresario de la ciudad que colabora con el municipio. Todo ello le generó confianza…bajó la guardia.
Pasaron las horas, la madrugada llegó y con cansancio y preocupación por el trabajo del día siguiente, Michelle dijo: “tengo que irme”.
Sus amigas le pidieron que las dejara en sus casas por la hora que era. Ella aceptó sin problema.
Entonces, Carlos se ofreció a acompañarle, pues una de ellas, radica en un municipio que colinda con Monclova pero que es considerado alejado y riesgoso para una chica que conduce sola a altas horas de la noche.
Él subió a la parte trasera del jetta de Michelle, primero dejó a María. Con ella tenía una mayor conexión en poco tiempo de conocerle. Luego a la que vivía en el sitio más retirado. Al descender del vehículo, el empresario se cambió al asiento del copiloto. No hablaba ninguno de los dos, el recorrido fue serio hasta llegar al bar Boss nuevamente.
"Le dije muchas gracias. Él me da un beso y contesté, me tengo que ir, mañana trabajo”. Inesperadamente fue en ese sitio cuando la batalla contra su abusador comenzó.
Desde el asiento del copiloto, se abalanzó sobre ella. Comenzó a besarle el cuello de forma grotesca. Jadeando por lo excitado, pasó su mano hacia las piernas de su víctima y comenzó a subir su vestido.
Ella pedía que parara, decía gritando que no quería. Suplicaba a aquel individuo que segundos antes parecía inofensivo, que dejara de tocarla pero parecían en vano. Se transformó.Ambos lo hicieron, ella en alguien que solo piensa en sobrevivir y él en un victimario.
"Metió su mano por debajo de mi falda, lo que hago con mis manos es taparme mi parte íntima para que no metiera su mano, empiezo a apretar muy fuerte pero él tenía facilidad de maniobrar y tocarme con sus dos manos. Lo tenía encima, empezó a bajarme el vestido de acá arriba pensaba me cubro aquí o me cubro acá".
Michelle sentía su saliva recorriendo todo su pecho y lloraba pensando "Dios para esto, por favor”.
Como pudo, tomó un teléfono celular de su trabajo y marcó al ultimo número que tenía. Víctor, su amigo tenía el celular apagado y la llamada solo entro al buzón.
"Le sigo pidiendo que se quitara, era una lucha, colgué el teléfono".
En su mente asegura que pensó en golpearlo pero temía porque él se lo regresara y finalmente quedara inconsciente sin poder defenderse.
"Se me ocurre decirle, sabes que si, voy a estar contigo, vámonos arriba al bar ahí accedo a lo que tu quieras, es cuando él se detiene y dice ¿segura?".
"Se baja, Yo hice como que me quitaba el cinturón y él cierra la puerta, es cuando acelero y me voy hecha madre".
Temblando del miedo iba conduciendo a su casa a toda velocidad.
Comienza a marcar al teléfono a su novio, pero la llamada iba a buzón también.
Al entrar a su casa, Michelle iba en shock, comenzó a llorar hasta que estuvo recostada.
"Me desperté a la mañana siguiente, sentía sus besos en mi pecho, es un olor que no sale de mi cabeza, tenía mucho dolor entre las entre piernas".
Por el trauma que le ocasionó la situación, no contaba nada a nadie, es hasta que entonces su novio le marca y lo primero que dice es ¿qué te paso? cuando ella lo asimila, rompió en llanto en medio de un evento del ayuntamiento de Monclova.
"Me encerré en un baño, Funcionarios se percataron de esto, yo no salía me bajé rápido el pantalón y vi las marcas de mis uñas en mis muslos donde traté de defenderme, tenía moretones por mis piernas”. Un funcionario tocó la puerta e insistió que hablara con él, se le cuestionó que le pasaba y ella respondió "creo que ayer trataron de abusar de mí”.
El abuso sexual es tan “agresivo” y tan “perverso” que todas las áreas de la personalidad quedan afectadas, advierte la psicóloga Victoria Nogueral en un artículo en línea. “A nivel cognitivo y emocional afecta a todo lo que tiene que ver con los pensamientos y la capacidad de atención: dificultad para relacionarse, rabietas, pataletas… También provoca estrés postraumático y trastornos disociativos de identidad”.
No quiso salir del baño por un rato, hasta que le convencen de acudir con el Director de Seguridad Pública, Fernando Olivas. Antes de contarle nada y con tan solo ver su actitud, él le dijo "tienes que denunciar, eso es un delito y si tú en el momento que dijiste que no, el debió respetar tu decisión".
Él mismo, le llevó al Centro de Empoderamiento de la Mujer, le atendieron rápido y logró interponer su queja oficialmente. Hasta el día de hoy no ha procedido nada en contra de su agresor.
Tuvo una conversación con su padre para avisarle que estaba en el Centro de Justicia.
-¿Estás trabajando?, ¿Todo bien?
-No papá, vine a denunciar.
-¿Que te hicieron hijita?
-Fue Carlos papá, me trató de tocar en muchas ocasiones y tuve que venir a hacer la denuncia.
“Me acuerdo que antes de colgar mi papá dijo hijo de puta".
El padre de Michelle al ser abogado llegó en apoyo a su hija, tenía una cara de molestia, decepción, algo que no se explicaba, se mantenía pensativo y agilizó las valoraciones médicas.
Años atrás, Michelle había registrado problemas de depresión severos. Al grado de tener tratamiento psicológico. Al paso de los días una psicóloga que le atendió inicialmente cuando puso su denuncia, le canalizó con una psiquiatra. Los problemas habían regresado con el abuso sexual.
Le recetaron antidepresivos pues constantemente se encerraba en su cuarto a llorar pensando si ella era la culpable de incitar al empresario a que cometiera el abuso.Se ha llegado a cuestionar si hubiera sido mejor insistido a sus amigas que se quedaría en casa y no salir, si hubiera llevado otro atuendo para no haberlo provocado. Pero el hubiera no existe.
“De repente estoy muy bien, de repente paso por momentos difíciles me encierro en mi cuarto a llorar, aunque trato, uno no puede ser fuerte siempre, vuelvo a caer”.
JUZGARON SU DECLARACIÓN
Al ser una persona conocida en la región, sentía que la gente le miraba con intenciones de cuestionar "¿lo viviste o lo estás inventando?”. Al no llorar la han juzgado diciéndole "qué raro el cómo enfrentas tu duelo".
Ernesto Zapata, secretario particular del alcalde Alfredo Paredes, cuestionó a la periodista si había realizado una denuncia, ella asintió que denunció por abuso sexual a un proveedor del municipio, pero no hubo más apoyo. Sintió que la "tacharon de tonta”. "La sociedad es muy culera en estos tiempos, porque si salgo de fiesta me lo gané, si porque tenía un escote me lo gané, que por que estoy rodeada de hombres me lo gané. Ése era mi temor, el que la gente me dijera se la pasa de noche algún lado, pero como mujer tengo que sentirme libre de que no me pasará nada. Mi miedo es que la gente me vaya a juzgar, ellos no estuvieron en ese momento más que ese señor y yo”.
"Yo no quiero dinero es un empresario influyente, exijo justicia porque me dicen que es un delito que se sigue por oficio, pero tengo que estar detrás de la licenciada y me dice a ve tráete a los testigos para proceder".
Le propusieron que se irían a mediación, lo cual fue rechazado por su padre, pidieron se fuera directo a una audiencia y es fecha que hasta hoy siguen esperando el llamado para acudir a la audiencia inicial.
Al cumplirse cinco meses de lo sucedido sin respuestas, Michelle solicitó una copia de su denuncia ante la instancia defensora de las mujeres y se le negó. Le aseguraban que ahí le apoyarían y no habría necesidad de que buscara apoyo legal por fuera de la instancia.
Pide por este medio, a este tipo de instancias que trabajan en pro del empoderamiento de la mujera, a que brinden el apoyo a las víctimas de este tipo de violencia. Dice que al ser una más de las estadísticas a las que se ha dado carpetazo al caso, se siente profundamente desmotivada.
En base a experiencia de la periodista, “hasta cuando las denuncias salen en medios de información es cuando las instancias legales se activan y dan soluciones a estos tipos de conflictos”.
"¿Cuantos casos hay de ese tipo, de violencia de intento, de abuso y de violación, solamente en este año, van 17 casos de violencia sexual contra la mujer, esto lo consulte el pasado viernes, es alarmante y el gobierno no se da cuenta que en Coahuila nuestros mismos hombres, vecinos, familiares o conocidos como en mi caso nos están dañando y no hacen nada, dejan la carpeta a un lado y se olvidan".
Pidió que todas las carpetas sigan en investigación se solucionen, que las mujeres puedan irse a dormir tranquilas por tener un apoyo y se haya dado un castigo a quien le corresponde.
"¿Cuantas mujeres duermen pensando allá afuera está mi agresor y sigue como si nada".
Dijo “mi agresor debe de estar viajando, caminando por las calles sin remordimiento alguno. Por el contrario ella, vive llorando, enfermándose y pensando que ahora que hizo pública su situación puede tener una represalia”
"Él sabe quién soy, quién es mi familia, donde trabajo, quiénes son mis amistades, es gente de poder de mandar hacer algo a otra persona. Lo vemos en las películas pero es real. Él puede decir ve y cállala. Me da miedo pero por miedo no me voy a quedar callada y no dejaré de luchar, por mÍ y por todas las mujeres que pasan cosas peores”.
DATOS
7 víctimas de violencia diario acuden al módulo que da atención en Monclova.
17 víctimas de violencia sexual en 2020
60% de las mujeres han sido violentadas en México.