Inseguridad

Usted está aquí

Inseguridad

Cierra los ojos. Abre tu mente. Reflexiona. Si te preguntaran sobre cuál es el principal problema en México, ¿qué contestarías?

Quizás alguno piense en la situación económica, y no le faltará razón. Hoy en día es toda una hazaña encontrar trabajo. La situación es tan complicada que el sueldo rinde cada vez menos. Cientos de negocios han cerrado sus puertas definitivamente tras la pandemia. En muchos hogares reina la desesperación por no encontrar sustento.

Posiblemente otro crea que el principal problema sea la deficiente educación, y tampoco estará equivocado. Ya se sabe que un pueblo ignorante, es un pueblo condenado al subdesarrollo. ¿Pero cómo mejorar las condiciones educativas si las aulas están secuestradas por un sindicato tan nocivo como el SNTE? ¿Qué futuro nos espera si tenemos a un Presidente que apuesta por un pueblo ignorante que aplauda y apoye todas sus ocurrencias? 

Podría ser que alguno piense que el principal problema en la actualidad esté provocado por la incapacidad de la selección mexicana de llegar al quinto partido en un Mundial; o tal vez por la imposibilidad de viajar a Laredo para ver las ofertas en Ross. Total, cada quien sus ideas y sus problemas, ¿no?

Sin embargo, muchos coincidimos al afirmar que el principal problema en México es la inseguridad.

Como una gran ola, la delincuencia va inundando al territorio nacional, al grado que en muchas ciudades ya se encuentran con el agua hasta el cuello. No existe población, por pequeña que sea, que se encuentre exenta de robos, violaciones, de la venta de drogas o de ejecuciones a plena luz del día.

Tan grave es la situación, que poco a poco nos hemos acostumbrado a los actos delictivos. Sin embargo, cuando nos toca ser víctimas de la inseguridad pública, nos damos cuenta de la triste realidad que nos ha tocado vivir.

Dentro de todos los crímenes, quizás el más doloroso, además del asesinato, es el que nos arrebaten nuestra libertad.

Por desgracia, no se necesita estar secuestrado, para perder la libertad. Hoy México tiene miedo. Evitamos viajar por carretera debido a los múltiples robos de automóviles perpetrados por bandas del crimen organizado. Incluso en algunas ciudades los jóvenes procuran divertirse en la casa de algún amigo y no en un bar por temor a una balacera.

Ante esta situación, y ante la falta de una estrategia efectiva de un gobierno federal que ya se dio cuenta que nada se logró con la política de “abrazos y no balazos”, algunos gobernadores le han entrado de lleno a la lucha contra las organizaciones criminales.

Miguel Ángel Riquelme Solís, mandatario de Coahuila, ocupa un lugar destacadísimo entre quienes han tenido que luchar frontalmente contra narcotraficantes y bandas criminales. Ante la oleada de violencia generada en entidades vecinas como Zacatecas, Durango, Chihuahua, San Luis Potosí o Nuevo León, el Gobernador rápidamente delineó la estrategia a seguir para mantener los niveles de paz y seguridad en territorio coahuilense. 

Es cierto que en Coahuila hay robos, venta de droga o incluso algunos asesinatos, pero aquí entre nos la inseguridad no ha alcanzado tal nivel que salir a la calle o andar de noche en algún bar sean considerados como actos suicidas. 

Pero ¿qué ha hecho nuestro Gobernador para que los coahuilenses vivamos en paz? Lo explicó el propio Miguel Riquelme hace unos días: “Hemos reforzado los filtros de seguridad y vigilancia en todos los tramos carreteros de nuestras colindancias con Nuevo León, Zacatecas y Durango, derivado de la situación de violencia que se vive en estados vecinos. Por tierra y aire, los grupos de reacción operativa, investigación criminal, policías estatales y municipales, así como elementos de la Sedena y la Guardia Nacional, participan de manera coordinada para evitar el ingreso de grupos criminales y prevenir cualquier acto que perturbe la tranquilidad de los coahuilenses”.

Una acción cada vez más rápida y frontal, mayor coordinación, inversión en videovigilancia y en sistemas de seguridad, mejor equipamiento policiaco, y un trabajo incansable de los elementos del orden público, así como de Gerardo Márquez, fiscal general del estado, de Fernando de las Fuentes, secretario de Gobierno y, desde luego del gobernador Riquelme, han traído como resultado que Coahuila sea considerado como uno de los estados más seguros de México.