Inflación

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Inflación

En términos generales son varias las causas del incremento de precios o inflación al consumidor: la escasez que proporcionalmente incrementa la demanda; si el bien escaso es fundamental en la cadena de suministros y distribución se elevan los costos de producción y distribución y, por tanto, los precios finales; el incremento del ingreso agregado que impulsa más la demanda y, por tanto, el oferente eleva los precios; déficit en el gasto público que incrementa el ingreso y las presiones a la oferta;  y la depreciación de la moneda, que eleva precios de productos importados para la producción y para el consumo final.

La inflación se puede presentar focalizada en determinados meses del año por el incremento de la demanda de bienes específicos. Este incremento de precios también puede presentarse generalizado cuando crecen significativamente los ingresos de la mayoría de la población.

Las causas señaladas se miden a nivel nacional, pero las diferentes regiones del país, de acuerdo a sus características, tienen su propia dinámica en el incremento inflacionario.

También, cuando la economía se recupera paulatinamente de una crisis, en el corto y mediano plazos, el efecto rebote en V genera expectativas positivas en productores y consumidores, lo que eleva los precios tanto de mercancías para la producción como de consumo final, esto al interior del país y en países con los que se intercambian bienes y servicios.

El nivel de precios actual en México se debe a algunas de las causas que se comentan. De enero a abril la inflación acumulada fue 2.67%, mientras que la anual –de abril 2020 a abril 2021- fue de 6.08%, lo que ha prendido focos rojos en el seguimiento de esta variable.

Con la apertura periódica de las actividades económicas y con el avance en la vacunación, el crecimiento en la producción de bienes y servicios ha generado expectativas de dinamismo tanto en empresas como en consumidores.

Después de la drástica caída en los precios del petróleo a causa de la pandemia, la demanda actual del hidrocarburo y sus derivados ha elevado sus precios internacionales y, por tanto, el costo de diésel y gasolinas importadas se ha incrementado, con impacto negativo en las cadenas productiva y distributiva.

Asimismo, los planes y programas de gasto público en Estados Unidos, han impactado la demanda tanto de productores como de consumidores y, por tanto, en los precios en ese país, cuya inflación acumulada a abril fue 2.5% y anual 4.2%, esto con impacto en la economía mexicana por el incremento en costos de importación.

Otro factor es la escasez de productos agropecuarios causada por la sequía que azota a amplias regiones del país, sobre todo la parte occidental, donde son relevantes las actividades agropecuarias, de ahí la necesidad de importar alimentos, con inflación del respectivo país donde se adquieren. Doble componente inflacionario en alimentos, el interno por escasez y el externo por incremento de la demanda.

En conclusión, se han conjuntado varios factores que han impactado negativamente el nivel de precios en la economía mexicana, originados por el mercado en recuperación y la escasez, es decir que la inflación actual no es atribuible a distorsiones deficitarias del gobierno federal. De hecho, cuidar que el gasto federal no impacte los precios es también una estrategia política de la 4T, para no dar argumentos “populistas” a la derecha política, académica y mediática.

En tanto se recupere la economía, se estabilicen precios internacionales del petróleo, se compensen los precios en Estados Unidos y se supere naturalmente la sequía, paulatinamente la variable inflacionaria –ligada a la tasa de interés, el tipo de cambio y las importaciones- también se estabilizará con perspectiva alrededor de 5% a final de año.