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Infiernavit

Si eres godín o godinette afiliado al IMSS, llega un momento en tu vida laboral en que estás ansioso por saber si ya cuentas con suficientes puntos Infonavit para poder ejercer tu derecho al crédito hipotecario.

Si estás soltero y vives con tus padres, todavía sueñas con tener de vuelta la tarjeta de vales de despensa que le entregaste a tu madre como muestra de agradecimiento por dejarte vivir en su casa a tus treinta y tantos años y reservarte un plato de comida todos los días dejándote aprovechar su experiencia en la administración de gastos del hogar. Porque aunque goces de muchos privilegios por vivir con tus padres, no puedes soportar los reclamos de tu madre diciéndote que eres un holgazán por llegar a casa después de 12 horas de trabajo exhaustivo y hundirte en el sillón para ver tu serie favorita. Estás dispuesto a renunciar a la comodidad a cambio de privacidad, independencia y tener tus propias reglas pero, sobre todo, para cortar de una vez por todas los reclamos de tus padres.

Si estás en una relación y estás por formalizar, además de las típicas preguntas en torno a las finanzas, profesión, familia, creencias religiosas, romance, intimidad, etc. (que ayudan a determinar si están listos para formar su nidito de amor), están las preguntas bonus, que te otorgan alguna información extra, como por ejemplo:¿tienes vales de despensa?¿te dan utilidades en tu empresa? y por supuesto ¿cuántos puntos de Infonavit tienes?. Esta última pregunta con la finalidad de tomar la decisión de casarte por lo civil mucho antes que por la vía religiosa.

Sea cual sea el caso, coincidimos en que tenemos ansias de dejar el nido para aventurarnos en la vida independiente, queremos  dejar de pagar renta, dejar de vivir con los papás, con la suegra, con la tía, para tener un lugar donde vivir ya sea solos o  en pareja.

Y con tantos deseos en mente, emprendemos el trámite para solicitar el préstamo sin saber lo que nos espera. Es tanta la alegría cuando te autorizan el crédito, que pasas por alto las letras pequeñas del contrato. Se nos informa que el pago mensual será el correspondiente al treinta por ciento del salario, lo que con el entusiasmo y la necesidad de ser independiente te parece factible y aceptable. Además te dicen que tienes hasta 30 años para pagarlo, ¿qué más da? estás joven, te crees bien chingón, todo es posible y el tiempo es una ventaja.

Pero al paso del tiempo, lo que parecía una ventaja termina convirtiéndose en pesadilla: al transcurrir 15 años te percatas de que solo has podido cubrir los intereses. La deuda no disminuye y vienen preguntas como: ¿por qué un crédito hipotecario como el de Infonavit, se convierte en impagable? ¿el Infonavit cobra intereses? ¿acaso esta institución administradora de recursos de  todos los trabajadores no puede fomentar una vivienda digna?

La Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores publicada en el Diario Oficial de la Federación el 24 de abril de 1972, en su artículo tercero establece que el instituto tiene por objeto:

I.- Administrar los recursos del Fondo Nacional de la Vivienda;

II.- Establecer y operar un sistema de financiamiento que permita a los trabajadores obtener crédito barato y suficiente para: la adquisición en propiedad de habitaciones cómodas e higiénicas. La construcción, reparación, ampliación o mejoramiento de sus habitaciones, y el pago de pasivos contraídos por los conceptos anteriores.

Debo agregar que no se trata de un crédito barato, ya que los trabajadores debemos pagar intereses al 12% sobre la deuda, además de un seguro y los gastos administrativos. Pero como sólo pueden descontarte el 30% del salario, el crédito solo puede liquidarse a duras penas y a muy largo plazo. Y para rematar, si todavía eres parte de los 3.9 millones de créditos que están bajo el esquema denominado VSM (Veces Salarios Mínimos) con el aumento del salario mínimo no te extrañe que al ingresar al portal de internet para revisar tu saldo insoluto debas ya el doble. Si este es tu caso te recomiendo tratar de reestructurar tu deuda a la UMA (Unidad de Medida y Actualización).

En fin, que barato sería vivir en países con bajas tasas de interés (en Chile es de 3.25%; en España se puede conseguir al 2%, en Estados Unidos entre 3 y 4 %  y la mayoría de países europeos en alrededor del 3%) ¿cuándo llegaremos a ese paraíso?¿cuándo el dinero de los trabajadores servirá para financiarles un techo digno en condiciones justas?¿acaso en la tasa del 12 % de interés están contemplados los créditos que van a fallar, es decir pagamos justos por pecadores? ¿Y, finalmente, para qué sirve un Estado que no puede ayudar a sus trabajadores más pobres y vulnerables a conseguir un crédito en condiciones justas que les permita tener un techo donde vivir?

Algunos especialistas me cuentan que las altas tasas de interés de Infonavit se deben a que compite con la banca privada; y lo hace así por que hace un par de décadas, para variar, estaba quebrado. Era la época en que ese Instituto nadaba en corrupción porque -entre otras cosas- ellos mismos construían.  Luego Infonavit fue rescatado con dinero fresco del gobierno, que por supuesto pagamos los contribuyentes. Hoy en día se comporta más como banco privado que como fondo de vivienda, y ya no construye (menos mal). Por otro lado los bancos privados que están en el mercado hipotecario compiten poco entre sí mismos y fijan muy alto su tasa de interés, amparándose en que en México no existe un verdadero Estado de derecho que permita recuperar créditos vencidos, o realizar embargos antes de un mínimo de 5 años. Incrementan la tasa de interés para garantizar los créditos que van a fallas. Por esa razón  el panorama se torna negro para un obrero, un trabajador o una pareja que desee tener una casa para formar una familia.

Nos espera una larga vida como asalariados del infiernavit para poder completar nuestros 360 pagos, a no ser que hagamos revancha en el Melate, o nos hereden una lanita para poder saldar nuestra deuda. En fin, mañana es miércoles y los del Melate lo saben.