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Infantino vive en Rusia su primer Mundial como jefe de la FIFA
¿Otra vez Alemania? ¿Se repetirá el triunfo de Río 2014 o la Copa Confederaciones el año pasado? Gianni Infantino inhala profundo y luego exhala lentamente. El presidente de la FIFA gana así unos segundos para pensar la respuesta. Tiempo suficiente para contener una broma sobre el defensor del título. "Los hinchas alemanes seguramente lo desean", dice Infantino finalmente. Tras dos años al frente de la entidad rectora del fútbol mundial, el suizo ya sabe cómo evitar meter la pata.
En las próximas semanas, Infantino deberá hacer bastante uso de sus habilidades diplomáticas. Una semana antes del inicio de su primer Mundial como jefe de la FIFA, el suizo de 48 años admite que tiene cierto "nerviosismo". Para muchos, Rusia no es un país en el que debería celebrarse un Mundial. Para Infantino, en cambio, es el mejor anfitrión que se pueda desear.
¿Derechos humanos, doping, hinchas violentos? Cuando se le pregunta por temas candentes, Infantino responde relativizando: No es nuestro tema. Hicimos todo lo que había que hacer. Buen trabajo policial. O sea: Será un Mundial maravilloso. Infantino quiere que todo se centre en el fútbol. Claro que para eso deberá colaborar con políticos criticados en otros lugares, pero lo sabe perfectamente.
En los años de preparativos, Infantino se relacionó muy bien con el presidente ruso, Vladimir Putin, no como amigo, pero sí como un buen aliado. Sólo así era pensable siquiera celebrar un Mundial en el país más grande del planeta.
Entre sus características, Infantino siempre tiene una anécdota para contar. "En realidad, no estaba planeado hacer juego con la pelota. Sólo nos la íbamos a pasar, pero luego comenzamos a jugar y al final nos desafiamos mutuamente", relató sobre un spot publicitario de la FIFA, en el que se los ve a él y a Putin lanzando la pelota.
Los críticos lo ven demasiado devoto del jefe del Kremlin. ¿Acaso lo dejó ganar también en ese juego? "¡No! Digamos que empatamos", es la respuesta de Infantino. "Fue divertido. No deberíamos tomarnos todo tan en serio”.
El sucesor de Joseph Blatter, quien lideró la FIFA durante casi dos décadas, es un gestor más pragmático. En su opinión, la reciente consolidación de las finanzas de la FIFA tuvo demasiada poca atención.
Infantino lanzó una idea para realizar un Mundial de clubes reformado y una nueva liga de naciones que reportarían 25,000 millones de dólares, y no entiende que le critiquen que aún no haya hecho público quiénes serían los que aportarían el dinero. "Mi trabajo es hacer propuestas. Entonces las pongo sobre la mesa y las podemos discutir”.
El suizo sabe que independientemente del Mundial de Rusia le espera mucho trabajo de convencimiento. No lo dice oficialmente, pero la elección de la candidatura triple conformada por Estados Unidos, México y Canadá para el Mundial de 2026 en vez de la de Marruecos en el Congreso de la FIFA este miércoles es importante debido a la diferencia de 7,000 millones de dólares en los ingresos que se esperan.
"Creo que el Congreso tomará la decisión que sea la mejor para el fútbol", asegura Infantino.
También se discute fervientemente entre los funcionarios del fútbol la posible ampliación a 48 equipos de los participantes ya en el Mundial de 2022. Infantino considera que la idea es "interesante", pero ve problemas para encontrar a un co-anfitrión para Qatar, aislado políticamente en la región del Golfo. ¿Arabia Saudí? ¿O Irán? Infantino inhala y exhala y dice: "Primero debemos analizarlo y luego podremos hablar públicamente al respecto"