Infantino tendrá otros cuatro años para sus hacer realidad sus planes en la FIFA

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Infantino tendrá otros cuatro años para sus hacer realidad sus planes en la FIFA

Tras la era más turbulenta en la historia de la FIFA, Gianni Infantino se apresta a desempeñar un nuevo periodo de cuatro años al frente del organismo. Y lo hace en relativa calma. Foto: AP
El abogado suizo-italiano, de 49 años, sigue enfrentando el resentimiento de quienes consideraban que sus destinos estaban en la presidencia de la FIFA. Joseph Blatter y Michel Platini, suspendidos por el comité de ética de la FIFA.

Tras la era más turbulenta en la historia de la FIFA, Gianni Infantino se apresta a desempeñar un nuevo periodo de cuatro años al frente del organismo. Y lo hace en relativa calma.

El abogado suizo-italiano, de 49 años, sigue enfrentando el resentimiento de quienes consideraban que sus destinos estaban en la presidencia de la FIFA. Joseph Blatter y Michel Platini, suspendidos por el comité de ética de la FIFA, ocuparon algunos titulares de la prensa de cara al acto del miércoles, en que Infantino será reelegido sin oposición en París.

Pero será Infantino, el hombre que era más conocido por dirigir las ceremonias de los sorteos de la Liga de Campeones, quien seguirá al frente de la FIFA, de cara al Mundial de 2022 en Qatar.

Durante su nueva gestión, deberá también preparar la edición de la Copa del Mundo prevista para 2026 en Estados Unidos, México y Canadá, además de elegir la sede de la edición mundialista del centenario en 2030.

A continuación, un vistazo a los primeros tres años de Infantino en el cargo. Y a lo que le espera en los próximos cuatro:

 

CORRUPCIÓN

 

Infantino aprovechó la oportunidad que tuvo para ser elegido en febrero de 2016, meses después de que investigaciones en Suiza y Estados Unidos sobre corrupción financiera estremecieron el fútbol internacional.

El presidente ruso Vladimir Putin premia al presidente de la FIFA, Gianni Infantino, durante una ceremonia de premiación en el Kremlin en Moscú, Rusia. Foto: AP

Blatter, entonces presidente de la FIFA debió dejar el cargo. Platini, su protegido durante años, perdió también su puesto como presidente de la UEFA. Infantino, quien fue secretario general de Platini en la UEFA, dio un paso al frente como candidato de Europa.

En la era de Infantino, otras cuatro confederaciones del fútbol perdieron a miembros electos en el consejo de la FIFA, en medio de acusaciones de corrupción o irregularidades financieras.

David Chung, originario de Papua Nueva Guinea y vicepresidente de la FIFA, quedó suspendido por seis años y medio. Al ghanés Kwesi Nyantakayi se le impuso una suspensión vitalicia. El jeque Ahmad de Kuwait retiró su candidatura a la reelección cuando se le implicó en sobornos a votantes. El alemán Reinhard Grindel renunció.

Infantino fue investigado también en 2016 por el comité de ética de la FIFA, ante cuestionamientos a su uso de aviones privados. Poco después se le exoneró. Los investigadores y jueces que se encargaron de ese caso, de Alemania, Guam y Suiza, no estaban ya en sus cargos un año después.

Otro funcionario independiente se marchó de manera abrupta unas semanas luego de determinarse que el ministro ruso del deporte enfrentaba demasiados conflictos para retener su asiento en el Consejo de la FIFA.

El presidente francés, Emmanuel Macron (c), sonríe este lunes durante la firma de un acuerdo entre el presidente de la FIFA, Gianni Infantino (i), y el director de la Agencia Francesa de Cooperación, Remy Rioux (d). Foto: EFE

ESTILO

 

Durante 15 años en la UEFA, Infantino se ganó reputación como un abogado inteligente, un operador eficaz y un hombre que trabajaba duro, exigiendo de sí mismo lo mismo que esperaba de su personal.

Su firmeza solía desafiar a quienes le aconsejaban ser más cauto. Ello quedó de manifiesto en los cambios realizados a la comisión de ética de la FIFA, que obtuvo más independencia y poder después de la crisis de corrupción de 2010 y 11.

Se rodeó de un círculo pequeño de asesores fiables en la FIFA y relajó el estilo directivo de la era de Blatter. Colaboradores actuales y anteriores han dicho que es más distante, en comparación con el estilo cálido y paternal de Blatter.

Un panel nombrado por la FIFA en 2015 para recomendar cambios tras los escándalos incluyó a Infantino como miembro. La serie de reformas aprobadas en el día en que fue elegido incluyó mayores poderes para la secretaria general, mientras que el presidente asumió un papel de “embajador”.

Pero pocos podrían decir que la secretaria general Fatma Samoura es quien tiene realmente el poder en la FIFA.

 

GRANDES PROYECTOS

 

Infantino ha cortejado a Arabia Saudí y elogiado a Vladimir Putin.

Rusia fue un aliado clave en el primer periodo de Infantino. Organizó un Mundial de 2018 que se topaba con el recelo de muchos aficionados y patrocinadores y que fue boicoteado por legisladores en algunos países.

El certamen superó las expectativas de la propia FIFA en cuanto a su ambiente cálido, sus partidos emocionantes y las ganancias generadas. Infantino dijo a Putin en el Kremlin que se sentía “como un niño en una juguetería”.

Se validó también la confianza manifestada por el líder de la FIFA en el sistema de videoarbitraje (VAR), pese a que éste no se había probado lo suficiente.

En cambio, el criterio de Infantino fue más criticado en dos proyectos que habrían buscado favorecer a los saudíes.

Incluso él reconoció que sería difícil persuadir a Qatar para que aceptara ampliar el Mundial de 32 a 48 equipos y compartir la sede con sus vecinos del Golfo Pérsico.

Arabia Saudí y Emiratos árabes Unidos mantienen un boicot sobre Qatar. La FIFA insistió en una posible sede tripartita pese a la indignación global que provocó en octubre el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi. El plan de 48 equipos fue abortado en mayo.

Infantino ha disgustado también a muchos en Europa por buscar un acuerdo discrecional por 25,000 millones de dólares con inversionistas a quienes no identificó para poseer en parte un Mundial de Clubes ampliado y una nueva competencia de selecciones.

Un proyecto que habría involucrado dinero saudí fracasó y agrietó las diferencias entre Infantino y el presidente de la UEFA Aleksander Ceferin durante buena parte de 2018.

Pero sí habrá un Mundial de Clubes de 48 equipos en 2026, una victoria temprana de la presidencia de Infantino. Se disputará en Norteamérica, como él mismo quería.

La votación de 2018 por parte de las federaciones de todo el mundo favoreció a Estados Unidos, México y Canadá como sedes del Mundial de 2026, por encima de Marruecos. Y ello podría apuntalar los planes financieros de Infantino para la FIFA.

 

¿QUÉ SIGUE?

 

El día de su elección, Infantino hizo una promesa a los votantes que le ayudó a ganar una cerrada contienda. “No es el dinero de la FIFA, es su dinero”, recalcó entonces.

La FIFA facturó ingresos por 6,400 millones de dólares del 2015 al 18, pese a que algunos patrocinadores de Estados Unidos y Europa Occidental se mantuvieron al margen. El organismo tiene reservas por 2,750 millones de dólares.

Ello significa que se adeuda a las 211 federaciones que integran la organización seis millones de dólares en financiación auditada durante los próximos cuatro años. Se paga una cifra adicional por proyectos específicos.

Para 2022, la FIFA apunta a invertir 500 millones de dólares en el fútbol femenino, y se esperan nuevas competencias.

El Mundial de Clubes de 24 equipos de hombres comienza en junio de 2021. La puja para organizar el Mundial de 2030 incluiría una candidatura entre varias naciones sudamericanas, otra de Gran Bretaña e Irlanda y una más de China.

Otra meta busca llegar a 700 millones de niños en un programa escolar que distribuiría 11 millones de balones de fútbol.

Algunos dicen que la FIFA y el Comité Olímpico Internacional buscan todavía ganar el Premio Nobel de la Paz. Si esa es una meta de la FIFA, le ayudaría tener un presidente ambicioso, quien considera que el deporte favorito del mundo tiene el poder de transformar la sociedad.