En los registros que tiene el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) sobre la pieza del Santo Cristo no existen pruebas de que existiera algún “fenómeno milagroso” en la imagen que tiene una antigüedad estimada en 404 años, de acuerdo con Francisco Aguilar Moreno, delegado del Instituto. 

Igual que la Iglesia Católica, el INAH, también consideró que pudiera tratarse de un efecto óptico de la imagen que fue reestructurada en 2005 por René Rangel Torres, artista plástico y restaurador radicado en Monterrey. 

“Puedo asegurar que es una pieza de más de 400 años que todos sabemos, la última reestructuración se hizo en el 2005 y no se detectó ningún tipo de fenómeno. En los registros que nosotros tenemos de la pieza es que se trata de una imagen de pasta de caña pero nunca se había hablado de los registros de este fenómeno”, insistió Aguilar Moreno. 

Este martes VANGUARDIA publicó que Humberto García Sánchez, vicario de la Catedral, dijo que la videograbación extraída desde un teléfono móvil pudo tratarse de una ilusión óptica por la posición en la que fue grabada o, incluso, de un acto de fe de los mismos feligreses  con lo que descartó que pudiera tratarse de una aparición o un milagro. 

“Los otros milagros”

En el libro “La Historia de Saltillo”, escrito por el bachiller Pedro Fuentes –sacerdote y de los primeros cronistas de Saltillo? en la época de la Colonia al Santo Cristo se le atribuyó algunos milagros. 

Uno de ellos cuando luego de vario tiempo de sequías se tomó la decisión de sacar al Santo Cristo en medio de una procesión y cuando iban caminando por el Centro Histórico empezó a llover inexplicablemente muy fuerte. 

Otro de los sucesos inexplicables que relata en su libro el bachiller Pedro Fuentes fueron las dos ocasiones e que supuestamente la “imagen sudaba” y en una de ellas tenía la carne blanda. Una de las explicaciones que se le dio fue atribuida a la humedad que había dentro de la parroquia del mismo nombre.  

Como muestra de gratitud se conoce que actualmente son más de 350 mil milagros que los feligreses han entregado para la decoración de los muros de la capilla en razón de las protecciones que han recibido.