Importa qué importar

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Importa qué importar

Importante saber qué debemos importar. ¿Si de tí dependiera importarías tractores o computadoras? ¿Importarías talento o mano de obra? La respuesta es obvia. Es más fácil fabricar tractores que computadoras y es mejor traer talento porque mano de obra nos sobra.

No se necesita ser un Einstein para contestar correctamente. Entonces, ¿porqué Andrés no puede contestar otra pregunta igual de fácil? La pregunta es la siguiente: ¿Qué será mejor, importar ideas que funcionan o ideologías que jamás han funcionado?

Esas ideas que sí funcionan se han convertido en las reglas de juego que acaba de mencionar el Embajador Christopher Landau de Estados Unidos. Son además los compromisos adquiridos en el nuevo T-MEC que Andrés empieza a desconocer, simplemente porque en su cabeza se aloja un mundo que le impide reconocer lo obvio, lo que sí funciona.

México necesita conocimiento, necesita talento. Necesita tecnología. Necesita inversión. Y es decirlo suave. En realidad nos urge. Estamos atrasados en desarrollo empresarial y tecnológico. ¿Y qué hace el señor de Palacio Nacional? Todo lo contrario.

Andrés está importando doctores cubanos que le ayuden a inculcar a nuestros pobres con las ideas que no funcionan. Importó a otro intelectual italiano muy marxista dizque para que nos lleve de la mano a un paraíso socialista. Si tuviera enfrente a los genios que Andrés reverencía les preguntaría si saben del costoso experimento que hizo la ya desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, lo largo de los 60. Pusieron todo su poder de cómputo para tratar de centralizar la economía. Hasta que tronaron y abandonaron el camino del socialismo. Muchos de los países desprendidos son ahora potencias económicas, muy modernas. Importaron lo que importa.

Andrés importa lo inservible. Su fascinación con los estilos de los dictadores latinoamericanos es evidente. Adora a Castro, a Chávez y trae romance con Maduro. Puro bueno para nada, salvo para embrujar al pueblo con sueños que nunca dejarán de serlo.

Parece que Andrés pronto se topará en pared… o en muro. Ya hay otra queja, ahora de los exportadores de gasolina americanos, porque Pemex y la burocracia federal al mando de YSQ les está poniendo todo tipo de trabas para evitar que funcionen en México.

Y pregunto: a los mexicanos que se dan cuenta de la tragedia que se está fraguando con un crecimiento negativo y nulas oportunidades de revertirla, ¿qué están haciendo? No basta lamentarse y tampoco salir a protestar. Hay que organizarse.

Este gobierno está en manos de una persona extremadamente cerrada y testaruda. Nótese cómo en el caso de la pandemia no dan una. Y así está todo. Entonces nos debe importar nuestro futuro y debemos importar ideas probadas y comprobadas.

La empresa organizada por acciones es un invento maravilloso, y su legislación muy avanzada y depurada. Nosotros deberíamos aplicarla como remedio para todo. Lo mismo para Pemex, que para CFE e incluso para el Seguro Social, con transparencia total.

Necesitamos importar ideas modernas y hacerlo en forma sistemática y deliberada. Lo ideal es que Andrés y su gobierno pusieran la muestra, pero si no lo hacen por la razón que sea, eso no debe importarnos.

Creo que con la nueva estatización del país vamos a tocar fondo muy pronto, pues la inversión se alejará. Y entonces sí que tendremos que actuar con urgencia. Conviene ir pensando en un Plan B, compuesto por las mejores soluciones. Podemos aprender de los vecinos, pero también de los israelitas, de los ingleses, de Estonia y Lituania. El menú es muy amplio.

Necesitamos un nuevo Grupo San Ángel, pero pro-empersarial, que nos ayude a organizarnos. A hacer los correcto y de la mejor manera posible. Por ahora ese grupo de líderes brilla por su ausencia, pero confío en que se puede gestar en breve tiempo. Andrés ganó la elección de 2018 gracias a los errores de los que le precedieron.

Piensa si esto te importa. Y piensa qué queremos importar. El gran secreto es copiar lo bueno y desechar lo inservible a la brevedad. No es tan difícil, en realidad.