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Imborrable, el concierto del violinista Ara Malikian en el Cervantino
Con un programa de canciones emblemáticas, algunas dedicatorias y un estilo poco ortodoxo que llevó de la desconfianza al delirio total, Ara Malikian, violinista libanés, naturalizado español, atrapó rápidamente al nutrido público que se reunió anoche en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas.
Lo hizo con canciones de Led Zeppelin, Radiohead, David Bowie y otros compositores clásicos. Todo inició a una velocidad vertiginosa cuando entre tocar el violín y brincar como chapulín, interpretó el tema eminentemente balcánico “Ciocarlia”, en su primer concierto en México y su debut en el 44 Festival Internacional Cervantino (FIC), que concluye actividades el próximo día 23.
Al participar en el programa cervantino Música del Mundo, el violinista no cesó de tocar, charlar y lanzar saludos, loas, felicitaciones y evocaciones, con lo que jóvenes y adultos tuvieron una radiografía de su arte y personalidad.
Así, dedicó “Paranoid Android” al legendario Boy George, a pesar de que hace algunos años lo echó de su mítica banda.
Intérprete, compositor, presentador de televisión, divulgador de la música clásica entre los niños, Malikian no distingue géneros musicales, épocas, países ni estilos, y todo lo toca con energía, maestría y una suerte de alegre desfachatez con la que capta la atención de quienes lo ven; sobre todo, de quienes lo escuchan arañando su instrumento musical.
Como muchos virtuosos de la música, Malikian empezó desde niño a tocar el violín. Ni la guerra civil en su país natal lo separó de la música, y aunque tuvo una educación estricta y formal, se las arregló para privilegiar su personalidad y sus impulsos sobre el escenario, al menos, así lo explicó con su español bien aprendido, derrumbando todas las barreras.
Ciertamente, el aspecto de Ara Malikian dista mucho de ser el de un violinista como los que el mundo conoce, pues ostenta un cabello que parece haber roto relaciones con el peine, presume sus tatuajes en los brazos, y su barba oscura de varios meses se aferra a su cara que casi no se ve. Pero eso no tiene importancia cuando se le escucha hablar y tocar.
Ara Malikian, quien abandonó las reglas, poses y convencionalismos que amarran y hasta asfixian a los artistas de su capacidad, se presenta en cualquier escenario del mundo con su estilo desenfadado, fachoso, atrevido y cómodo.
Así es porque tiene toda la confianza de quien ha tocado en los mejores escenarios del planeta con las más visibles orquestas.
De acuerdo con sus publirrelacionistas, puede ofrecer 450 conciertos al año en más de 40 países, y darse tiempo para grabar discos de estudio y en vivo, sumando 40 hasta hoy y tener su propia orquesta con la que ayer interpretó “Dzovarev”, “Pisando flores”, “Backgammon”, “Vals de Kairo”, “195”, “Verano de Vivaldi”, “Aria de Bach” y “No surprises”.
En sus giras por todo el planeta lo acompaña su banda integrada por los instrumentistas Humberto Armas (viola), Jorge Guillén del Castillo (violín), Nantha Kumar (tabla), Tania Bernaez Abad (contrabajo), Héctor “El Turco” (percusión) y David Barona Oliver (violonchelo), quienes hacen un ensamble como pocos. Así lo certificó la Alhóndiga.