Desperté esta mañana con imágenes oníricas intensas resonando dentro de mí, y con una frase, “Hace veinte años”. Muchas veces los sueños nos llevan a lugares de vida que valen la pena explorar. No tiendo a hurgar en el pasado, pero me provocó mucha curiosidad la frase con la cual desperté. 2001, hace veinte años. Yo estaba a punto de cumplir 45 años. Mis hijos tenían 23, 18, 15 y 13 años respectivamente. Dentro de meses cada uno iría cumpliendo su siguiente año, así como ahora.

Hace veinte años. Había nacido un nuevo siglo y milenio. Dejar de escribir 19… para designar el año aún resultaba novedoso. Faltaban cinco años para que me pusiera mi primer tatuaje. Ninguno de mis hijos estaba casado y no tenía nietos. Solamente la mayor había terminado de estudiar. Mi vida era muy diferente que ahora. No distingo qué me pudo haber insinuado el sueño, de hecho, no recuerdo el sueño, solamente la frase, pero sospecho que tuvo que ver con reconocer cómo la vida, junto con nosotros, cambia con los años que pasan. Tomamos decisiones y nuestra suerte gira y se tiñe de colores que no son los de antes y no serán los de después.

Estoy segura de que tu vida no era la que es ahora hace veinte años, y también tengo la certeza de que tus sueños te hablan tan fuerte como los míos me hablan a mí. Las imágenes y palabras que nos ofrecen nuestros sueños nos hablan de lo que vive en nuestro inconsciente. Es un lugar maravilloso y un tema fascinante dentro y fuera del consultorio.