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Iglesia pide al gobierno crear políticas en favor de migrantes
Ciudad de México. La Arquidiócesis de México se pronunció porque el país “debe convertirse ya en un país que vea por sus migrantes y por todas aquellas personas que transitan nuestro territorio, que cree políticas públicas en favor de la movilidad humana".
En la editorial de este domingo, que publica en el semanario Desde la Fe, expuso que “el buen juez por su casa empieza”.
Manifestó que las acciones de Estados Unidos de repatriar a adultos sin sus hijos, es “una nueva crueldad, que hace a estas familias tres veces víctimas”.
La Arquidiócesis, encabezada por el cardenal Carlos Aguiar Retes, explicó que migrantes son víctimas de la violencia, el deterioro social y las malas políticas de sus gobiernos, “muchas familias se ven obligadas a ser parte del actual fenómeno de hipermovilidad humana, al decidir ir en busca de un estilo de vida, ya no de decoro, sino apenas llevadero”.
Sin embargo, las familias “han sido revictimizadas por la arbitrariedad e insensibilidad de un gobierno que, con su política de ‘Tolerancia Cero’, separó a los menores de sus padres”.
Recordó que la medida causó indignación entre la comunidad internacional, lo que llevó al mandatario de ese país Donald Trump a firmar una orden ejecutiva para la reintegración de las familias, lo cual no se ha cumplido.
El pasado jueves, abundó, se cumplió el plazo judicial para que el gobierno de Estados Unidos reintegrara a la totalidad de niños y adolescentes a sus familias migrantes, luego de que éstos fueran separados de sus padres al intentar cruzar su frontera sur; lejos de cumplir con el objetivo, las autoridades migratorias de la “era Trump” decidieron repatriar a su país de origen a más de cuatro centenares de adultos, dejando a sus hijos, de entre 5 y 17 años, en territorio estadunidense bajo custodia federal.
Señaló que el gobierno estadunidense, como los de muchos países del llamado primer mundo, “siguen en su empeño por sacar provecho de los recursos naturales y de zonas geoestratégicas de otros países –sean de África, Latinoamérica u otras regiones–, generando miseria y forzando la migración, pero al mismo tiempo quejándose amargamente de dicho fenómeno”.