IED y tipo de cambio

Usted está aquí

IED y tipo de cambio

Entre otros aspectos, la inversión extranjera directa (IED) es indicador de confianza en el País y sus regiones, esto es si la infraestructura productiva es la adecuada, si la mano de obra es competitiva y productiva, espacios educativos precisamente de capacitación, reglas y trámites no extensos ni complejos, seguridad, estímulos fiscales, la promoción y facilidades de instalación, entre otros aspectos.

Este tipo de inversión es de largo plazo, de ahí que los criterios de movilidad sean más amplios y consideren aspectos de más permanencia y no sólo de corto plazo.

Un aspecto que puede atraer la IED -aunque con menor impacto- es el tipo de cambio ya que si éste se encuentra apreciado (como estuvo en la última década del siglo pasado y los primeros años del actual) los costos de instalación y los salarios se encarecen; por el contrario, el peso depreciado abarata la inversión y por tanto se reducen los costos salariales, de operación y producción.

En los sexenios anteriores (de Vicente Fox y Felipe Calderón) según datos de la Secretaría de Hacienda hasta el quinto año la IED fue de 113.81 mil millones de dólares (mmdd) y 93.78 mmdd respectivamente, y en cinco años del actual ha sido 171.47 mmdd; sin embargo en el actual sexenio la nueva inversión extranjera ha sido de 66 mmdd, de reinversiones de ganancias en 56 mmdd y el resto préstamos a filiales, es decir capital ya en el País.

Se insiste que el tipo de cambio no es el único aspecto para atraer la IED, sin embargo se puede hacer una relación comparativa con el promedio de paridad peso-dólar en dichos periodos de gobierno: del 2000 al 2006 fue 12.8 promedio; del 2007 a 2012 de 12.84; y de 2013 a 2017 en 17.10.

En el sexenio actual la confianza en la economía por parte del sector externo ha decaído, no sólo por la llegada de Donald Trump a la presidencia de EU, sino por otros aspectos y circunstancias, como el incremento de la deuda pública federal (hoy alrededor de 9 billones 200 mil millones de pesos), la débil inversión pública en infraestructura productiva, entre otros.

Esto se refleja en la paridad promedio anual ya que en 2012 fue de 12.9 y en los últimos cinco años la depreciación ha sido constante hasta 19.73 promedio el año pasado. Así que en alguna medida la debilidad del peso puede incentivar la IED, pero no necesariamente la inversión estadounidense, aunque actualmente es casi el 50%.

En Coahuila el ahorro externo ubicado en IED de 2000-2005 el total fue de 4.84 mil millones de dólares; de 2007 a 2011 dicha inversión fue de 3.67 mmdd; y de 2012 a 2017 la IED se incrementa a 7.13 mmdd, este último periodo con un tipo de cambio depreciado periódicamente desde el año 2013 hasta la abrupta caída de finales de 2016 y la inestabilidad y volatilidad en todo el año pasado.

Si bien se aplicó  una intensa promoción económica en distintas regiones del mundo, sobre todo en Asia, y con facilidades de instalación y operación.

Otros aspectos de atracción de inversión son los salarios comparativos y las condiciones de contratación, aspectos que favorecen dicha convocatoria económica ya que el ingreso tiene una tendencia negativa y la subcontratación ha reducido tanto los salarios como las prestaciones, pero la generación de empleos nuevos no ha sido la esperada, tanto por la innovación tecnológica que desplaza mano de obra como por las y los jóvenes que anualmente se incorpora a la población económicamente activa. 

Así que la IED nueva no necesariamente incrementa significativamente el empleo. 

En todo caso el País continúa necesitando inversiones nacionales o extranjeras que generen al año mínimo un millón de puestos laborales de calidad, pero con ausencia de planeación industrial en el País, pues ni con las llamadas “reformas de gran calado” se ha logrado dicho objetivo.