Ideas extraordinarias o disparates políticos

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Ideas extraordinarias o disparates políticos

Recientemente han abundado desde el gobierno federal una serie de ideas o propuestas (aún no queda claro que son) para mejorar la situación actual del país en cualquier área: política, económica, social, por mencionar sólo algunas. Lo que llama la atención es la enorme cantidad de ideas o disparates políticos que se están generando y que llevan a México a una crítica internacional incesante que no hace más que disminuir su capacidad para atraer inversión y generar confianza.

El debate entre ideas excéntricas o disparates políticos surge debido a la carencia de una separación entre ambos conceptos. Hay que recordar que algunas de las ideas de los grandes sabios de la historia de la humanidad han pasado por ser consideradas disparates, ya sea porque no se pueden probar o porque simplemente al público no le parecen atractivas. Los diferentes gobiernos, a todos sus niveles, están sufriendo en estos momentos de críticas severas por considerar sus propuestas como ideas extravagantes o como disparates por parte de la opinión pública. Los representantes políticos han creado propuestas que por su inverosimilitud no se sabe cómo considerarlas, ya que resultan incomprensibles para la mayoría de la gente.

Por ejemplo, en enero de 2019, se propuso para acabar con el robo de gasolina en los ductos de transporte (huachicoleo) detener el flujo de gasolina, con la intención de que no hubiera qué robar y así evitar este terrible problema para las arcas fiscales. Aquí es donde viene el problema porque si es una idea extraordinaria, no fue bien comprendida por el público, ya que se quejó de que no hubiera combustible disponible en las gasolineras. Si fue sólo un disparate político, salió muy bien porque la consecuencia fue que de allí en adelante podemos crear propuestas como que si hay inflación, quitar el dinero (y volver al trueque) o hacer que todos utilicemos los mismos zapatos y ropa, dejar de consumir y hacernos pobres para que los rateros no tengan qué robar. Ambas ideas son difíciles de clasificar en las dos categorías propuestas en el título de esta columna.

Otra maravillosa idea o disparate político tiene que ver con el gobernador de Veracruz, que, como un indicador del progreso económico del estado, dijo que bastaba ver los baños de las gasolineras para darse cuenta que el estado había progresado porque ya no se tenía que pagar en estos. Habrá que analizar a detalle esta declaración porque si es una idea extraordinaria en la ciencia económica, merecería un premio especial porque ¿desde cuándo los baños de las gasolineras que ya no sean de paga reflejan una mejora económica o de cualquier tipo para los ciudadanos? Una cosa es no saber economía y otra cosa es proponer formas de medición del bienestar que carecen de todo fundamento. También ya se dijo que el Producto Interno Bruto no es una buena medida del bienestar, sino estar feliz, y el político que lo dijo aseguró que México era muy feliz, por lo que el dinero no era lo más importante. Podría ser una idea extraordinaria si no hubiera niños muriendo por falta de recursos económicos para combatir el cáncer; o empresas cerrando sus puertas por falta de apoyos del gobierno para mantenerse operativas. Nos tendríamos que preguntar ¿desde cuándo ahorrar en el sector salud es algo de lo que deben vanagloriarse los secretarios de Estado como el ilustre Arturo Herrera? Si es una idea extraordinaria, merecería nuevamente un premio especial. Si es un disparate político, muy aceptable, pero de muy mal gusto. Por si fuera poco, como premio a sus ideas, será el futuro gobernador del Banco de México.

Ideas extraordinarias también hay como el aumento al salario mínimo, que costó mucho a los empresarios pero que, sin él, la crisis económica ocasionada por el COVID hubiera sido más severa. También el incremento a las pensiones de los adultos mayores fue una idea extraordinaria por la mejora en la calidad de vida al incrementar el ingreso de las personas de la tercera edad. De dónde saldrán los recursos, eso ya será tema de otra columna posteriormente.

Los recién electos políticos tampoco se salvan, por ejemplo, en el vecino estado de Nuevo León, su gobernador electo ya dijo que lo prioritario será hacer un estadio de futbol que será la envidia de todo Texas (en Estados Unidos) para que uno de los equipos locales tenga un estadio digno. Mientras la gente sigue muriendo por falta de medicamentos, por el COVID, y sigue aumentando el número de pobres, y la violencia no cesa, las ideas extraordinarias siguen fluyendo. Si no hay un cambio inmediato en el que los ciudadanos no obliguemos a los servidores públicos a trabajar, generando ideas aplicables, que hay muchas en los libros de texto y en las manos de asesores serios, México no podrá progresar. De vez en cuando un disparate político no es malo, y hasta sirve para aliviar la presión socioeconómica que se vive, pero volverlo una forma de gobierno es lo peor que puede pasarle a cualquier país. Sería muy bueno poder definir claramente lo que es una idea extraordinaria incomprensible de los disparates políticos que se viven en México. Esto no es un asunto de semántica, a lo mejor es un asunto de inteligencia porque los ciudadanos no comprendemos lo que quieren decir y hacer algunos políticos. Una disculpa por la falta de números el día de hoy, pero tuve una idea extraordinaria que quise compartir, aunque probablemente sea simplemente un disparate, no político.