Huracanes, temblor, apagones y raterías

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Huracanes, temblor, apagones y raterías

La semana pasada fue para nuestro país de tristes noticias: huracanes que causaron destrucción y muerte en las poblaciones costeras de los dos mares, un temblor de registros históricos que dejó pueblos sumergidos en el caos y de consecuencias funestas sobre todo en Oaxaca, un mega apagón que dejó sin energía el noreste del país y otras tantas poblaciones de Chihuahua, y la tristeza de otra vez toparnos la ratería cotidiana a las arcas públicas.

A los desastres naturales no los podemos atacar, se presentan y nos queda únicamente el expediente de intentar que el daño no sea tanto, pero lo que sí podemos enmendar y reforzar son nuestras defensas administrativas y judiciales ante los actos de corrupción, porque el sexenio que aún no termina ha sido pródigo en cuanto a las raterías de los altos funcionarios públicos. La última es de un cinismo y descaro que agrede a nuestro sentido común: una hermana del titular de SEDESOL y su esposo fueron descubiertos al vender gasolina robada en una gasolinera de su propiedad. Lo que se presumía apenas hace unas semanas, los huachicoleros existen porque hay grandes capos que lo hacen posible, en este evento vergonzoso no solamente están involucrados los vendedores de combustible robado, sino también los que ordeñan los ductos, los que dirigen PEMEX y altos funcionarios del gobierno de Peña Nieto.

Nos llueve sobre mojado. Ahora en el norte del país se suscitó cierto evento que no ha sido explicado por la CFE, otra gran empresa paraestatal “de clase mundial” que dejó sin energía eléctrica a poblaciones de cuatro entidades. Si bien la reanudación del servicio se resolvió en poco tiempo, aún no se cuantifican las pérdidas económicas, sobre todo en el sector comercio y algunas ramas industriales, pero la empresa debería informar a sus consumidores el motivo de la suspensión, porque no se trató de un diablito que se quemó, sino un gran desastre.

La del estribo

La gran estafa. Aunque ya es noticia vieja, resulta que los funcionarios que investigan el manejo de los recursos públicos, como la Auditoría Superior de la Federación, encontraron malos manejos en SEDESOL y otras dependencias nacionales, miles de millones que fueron desviados de su objetivo aprobado por los legisladores, y especialmente doloroso es el que se destina a ayudar a los pobres fuera a parar a empresas sin nombre, que algunas universidades contrataron para prestar servicios que nunca se realizaron, pero sí se cobraron y entregaron los recursos. Salieron a relucir los nombres de las Universidades de Morelos y del Estado de México, pero las investigaciones aún no concluyen, se presume que son más, se habla de más de ciento ochenta contratos a empresas fantasma. Un mensaje gratuito a los hermanos, cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar. Los altos funcionarios de la UAC, y otras universidades públicas bien debieran iniciar sus propias investigaciones sobre el uso de los dineros que pertenecen al pueblo de México.    


La querella infinita
Mario Valencia Hernández
mvalehe@yahoo.com.mx