El Diablo ni se apareció. El Toluca pasó una noche bochornosa y de pesadilla al ser goleado 4-0 por el Sao Paulo en la ida de los octavos de final en un partido en el que pudieron ser cuando menos otros dos goles y donde jamás se acercaron a la portería brasileña.

Incluso pensar en un milagro para la vuelta resulta fantasioso. Da la sensación de que la superioridad y la autoridad con la que los brasileños se impusieron al equipo de José Saturnino Cardozo no tendrán forma de revertirse pese a la altura de la capital mexiquense.

Sin gol de visita, los Diablos deberán ganar cuando menos por cuatro goles en el Nemesio Diez para el alargue, aunque en caso de recibir un tanto tendrían que hacer seis para avanzar. 

Con información de agencias