Humberto: cercado
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Humberto: cercado
Joaquín López-Dóriga publicó el viernes 16 de diciembre: “Humberto Moreira ya recibió el mensaje: no será candidato del PRI en su proyecto de ser diputado local en Coahuila”.
Luego apareció una carta en redes sociales supuestamente enviada por Humberto que enfatiza:
1. El Gobernador se opone a “mi candidatura”, a pesar de “las encuestas y el cariño de la gente”.
2. Él nunca aclaró la deuda o “inversión” que heredó por 36 mil millones de pesos.
3. “Soy el único político honesto en Coahuila y quizás en México, porque tengo los papeles para demostrarlo”.
Al final, llega la advertencia: “Si el PRI me traiciona, buscaré otra vía para llegar al Congreso del Estado y servir a la gente”. Ese mismo día, “el equipo de Humberto se deslindó de la carta”.
¿Qué muestran la carta y su aclaración? La lucha de Humberto, desesperado, por su supervivencia. Pero el cerco empieza a ahorcarlo.
¿Quiénes forman ese círculo de presión? Sus enemigos priístas que cosechó al pavimentarle la candidatura a Enrique Peña Nieto; acompañados por panistas a nivel nacional y estatal.
Lo rastrea la gran mayoría de la opinión pública estatal, nacional e internacional para justificar su corrupción e impunidad. Lo persiguen sus propias justificaciones de la deuda que heredó, nunca satisfactorias para esa opinión pública. Y más allá de toda exculpación, las autoridades españolas y norteamericanas permanecen al acecho.
¿Qué armas tiene Humberto para no ser asfixiado? El aprecio de la clases populares en Coahuila, de manera particular, la ubicada en la Región Sureste; aunque no integrada a la estructura priísta, porque hace tiempo fue depurada de humbertistas. La exoneración de las autoridades mexicanas, españolas y norteamericanas con sus asegunes. Y un Peña Nieto debilitado, próximo a abrir las puertas de Los Pinos a la oposición.
El fuero dejó de ser una opción para Humberto. Con fuero o sin él, la presión de sus enemigos crecerá con el tiempo. Y de llegar la oposición a la gubernatura, ésta lo eliminaría para cerrar, de manera definitiva, el cerco sobre su persona.