Homo digitalis. Los retos para la cultura digital en México

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Homo digitalis. Los retos para la cultura digital en México

Alejandro Medina
¿Qué pasaría si en cada hogar de México además de teléfonos inteligentes hubiera una computadora con la posibilidad de comunicación digital?

Desde la concepción del Homo sapiens, pasando por el Homo faber y por el Homo ludens para ubicar el estatus del género humano; en siglos no se habían presentado las condiciones para construir un nuevo concepto ahora el Homo digitalis.

Hoy vivimos un escenario excepcional, en el cual la cultura, la ciencia y la tecnología se articulan redefiniendo de forma inédita los modos de ser y estar de las personas. Esta articulación se ha propiciado por un incontenible desarrollo de las tecnologías informáticas Interactivas que está transformando las condiciones de vida en el mundo.

La aparición del enorme potencial de las redes electrónicas ha generado cambios evidentes en la vida humana de los que no podemos sustraernos.

No hace muchos años había personas que se negaban a aprender el uso de computadoras; aun en la actualidad hay personas adultas que las evitan y que atestiguan la facilidad de los infantes para aprender a usar los aparatos inteligentes de telefonía, diciendo que los niños ya nacieron con un chip para tal efecto, pero que no es su caso porque son de una generación avanzada en el tiempo.

A partir de marzo del icónico 2020 me consta que en casi cualquier círculo social conocemos a alguien que en tiempos de coronavirus está trabajando en casa en la modalidad home office que requiere de una plataforma digital. Con ello cambian las circunstancias de comunicación interpersonal fuera de la familia, se producen ahorros energéticos enormes y ahorros en rentas de instalaciones de corporativos; cambia la empleabilidad de los recursos de capital humano, pero el principal rasgo de este cambio es que, digitando números, letras y signos desde la casa, es posible desarrollar la jornada de trabajo.

Aunque se descubra la vacuna para refrenar la actual pandemia, vendrán otras más, así que debemos ahora buscar nuevas formas de obtener ingresos participando en e-commerce aprovechando que hasta las finanzas bancarias están manejándose de manera digital.

En nuestro País no todos los mexicanos tenemos acceso a las redes electrónicas, la mayoría padecen ignorancia digital y están ciertamente vulnerables con menor calidad de información al estar ajenos a la cibercultura, esto tiene repercusiones en la política porque son las masas más alejadas de la información las que se convierten en las presas de candidatos políticos sin escrúpulos. Esa historia se sigue repitiendo.

¿Qué pasaría si en cada hogar de México además de teléfonos inteligentes hubiera una computadora con la posibilidad de comunicación digital? A mi juicio habría una menor manipulación política, aunque nunca se dejaría de padecer de noticias apócrifas. Surgiría la necesidad de una legislación que normara el empleo de la información en redes sociales, yo esperaría que sin la intromisión de presidentes de naciones como lo ha intentado hacer Donald Trump, mandatario controlador por excelencia.

Los mexicanos tendríamos más información, pero el problema será cómo la decodificaremos, bajo qué estándares. Para que haya criterios de claridad en el manejo de redes electrónicas, requerimos de un marco ético.

Así como existen métodos alternos de solución de controversias que evitan los litigios largos y costosos representando una nueva manera de hacer justicia a través del diálogo; la cultura digital permitiría la homogeneidad informática de los ciudadanos y eso también, a mi ver, representaría una nueva manera de ejercer justicia social. ¡Cultura digital para todos!