Historias de periodistas y Derechos Humanos
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Historias de periodistas y Derechos Humanos
De niño veía con temor las imágenes de conflictos bélicos en diferentes partes del mundo. La mayoría de ellas eran de Medio Oriente, pero también era común ver soldados en Centroamérica. Los corresponsales de guerra siempre me causaban admiración y pensaba: “seguramente Torreón nunca estará así”. Corría el año de 1984 y apenas sumaba diez de existencia en este planeta.
Paradójicamente con el paso de los años me convertí, fortuitamente, en una especie de corresponsal de guerra. En el 2007 La Laguna perdió su tranquilidad, los periodistas de la región nos tuvimos que acostumbrar a hacer nuestro trabajo en condiciones inhóspitas las cuales no se enseñan en la universidad.
No recuerdo ningún Manual de periodismo de Carlos Marín, Vicente Leñero, Bastenier, por mencionar algunos de los más conocidos, que en sus páginas dediquen un capítulo sobre como cubrir una guerra contra el narcotráfico.
A partir de esa fecha los medios de comunicación tuvimos que aprender sobre la marcha cómo informar sin ponernos en riesgo. Finalmente ninguna nota vale más que una vida. En esos días donde la policía municipal estaba totalmente controlada por el crimen organizado yo me desempeñaba como Coordinador Editorial de “El Siglo”. Es cierto nunca viví el terror de estar reporteando en las calles, pero si los ataques al periódico y sobre todo el miedo de tomar una mala decisión editorial y poner en riesgo la vida de los compañeros.
Ser periodista en México no es sencillo, mucho menos reportero. Contrario a lo que muchos piensan los ataques más recurrentes contra el gremio no provienen del crimen organizado, sino de la clase gobernante.
Diferentes informes de organizaciones como “Artículo 19”, revelan que los periodistas mexicanos sufren más agresiones por parte de servidores públicos que del crimen organizado. Las agresiones van desde acoso, hostigamiento, amenazas, intimidaciones y obviamente asesinatos.
De ahí que no sea poca cosa que el pasado martes el gobernador Miguel Riquelme, Elizabeth Warfield, de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Daniel Zapico, de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU en México, y Luis Efrén Ríos, director de la Academia Interamericana de los Derechos Humanos (AIDH), hayan firmado el memorándum y decreto de entendimiento entre Gobierno del Estado, USAID y la AIDH, para la protección de personas defensoras de los derechos humanos y periodistas.
El acuerdo establece un marco de colaboración que permitirá generar políticas públicas para prevenir las agresiones contra las personas defensoras de derechos humanos y periodistas. En su discurso Miguel Riquelme dijo que se comprometía a que Coahuila sea reconocido porque el “trabajo a favor de los derechos humanos y la libertad de expresión cuente con todas las garantías para su desarrollo sin obstáculos”.
Falta mucho por hacer, ahora el reto es llevar a la realidad lo plasmado en este documento pero sin duda es un gran paso que desde el Ejecutivo Estatal se tome conciencia de la necesidad de generar políticas públicas a favor de los Derechos Humanos, ya que también manda un mensaje a sus colaboradores de la importancia de garantizar la libertad de expresión.
Por desgracia aún existen funcionarios que se molestan por los cuestionamientos de los reporteros. Ejemplo de esto es el enojo del alcalde de Torreón, Jorge Zermeño, hacia los reporteros que lo cuestionaban por el caso Simas. Incluso el panista llegó a increpar y a responderle a Benjamín Mijares “¿qué más te duele?”, lo que derivó que “Artículo 19” emitirá una alerta donde hacían un llamado al panista y a todos los funcionarios municipales a omitir acciones que inhibiera la libertad de expresión.
Coahuila en todos sus niveles de gobierno debe trabajar a favor de los derechos humanos y de la libertad de expresión porque como dijo Luis Efrén Ríos Vega, director general de la AIDH, “no puede haber sociedades libres e informadas sin periodistas comprometidos con su labor profesional, que ofrezcan hechos veraces y opiniones críticas del quehacer público”.
@lharanda