Flavio no ha dejado de creer en el amor aunque está en medio de un divorcio. Durante diez años estuvo casado y enamorado de la misma mujer, hasta que los celos lo separaron. Pese a todo, está convencido de que lo que no embona en las relaciones es precisamente la desconfianza, porque no lleva a ninguna parte y lo destruye todo. 

“Los celos son los que dan el traste con el amor y no estoy cerrado, pero tampoco lo estoy buscando… La relación de pareja no funcionó pero eso no significa que no siga creyendo en el amor. Sé que por ahí debe andar, a veces falta la comunicación y uno no sabe sobrellevar la vida diaria”, expresó Flavio. 

Dicen que el amor enloquece a cualquiera y Flavio se enamoró como un loco. Aunque también cree en el sentimiento que no es carnal, ni interesado, ni le reprocha cada día. De ese amor —de padres a hijos— que lo tiene fascinado con su hija. 

“Cuando estoy a su lado prefiero abandonar el celular para permanecer el mayor tiempo posible concentrado en lo que necesita. Me gusta escucharla, platicar con ella, saber cómo se siente”, cuenta. 
Este hombre —dice— no busca cosas extraordinarias en una pareja. Sólo quiere mayor comprensión, fidelidad, empatía en todos los sentidos, emprender proyectos juntos y confianza mutua. 

Por ahora, Flavio se siente bien, tranquilo; mientras cierra su ciclo de divorcio está paralelamente haciendo lo necesario para seguir creyendo en el amor, el que lo vuelva a enloquecer.