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Hirving Lozano, el hombre del momento
MÉXICO.- Una cámara o micrófono logran lo que muchos futbolistas no: aniquilar buena parte de la irreverencia que caracteriza a Hirving Lozano. La única pizca que le resta es utilizada para sincerarse y confesar sus verdaderos sueños.
Chico de respuestas cortas, tímido para hablar, aunque arrojado sobre la cancha donde no conoce límites. Sabe que está en los planes de Raúl Gutiérrez para disputar los Juegos Olímpicos, mas actuaciones como la de antenoche en el estadio BC Place provocan que Juan Carlos Osorio también lo considere para la Copa América Centenario.
“Es lo más bonito, que te busquen para las dos, pero estaría bien (jugar en ambas). (Estoy listo) para la que sea. Las dos serían una gran oportunidad y jugar en la Selección siempre es muy bonito”, comparte.
Todo depende de la directiva de Tuzos. Si mantiene a su “joya”, es probable que acceda a cederlo para ambas competencias. El panorama cambiará si alguien les convence de quedarse con la nueva sensación.
La disyuntiva no le aflige, como tampoco los gritos de los adolescentes a los que asustaba en la casa club del Pachuca. Al hoy “niño consentido” del Tri le fascinaba meterse debajo de las camas y jugarle bromas pesadas a sus compañeros, lo que explica el sobrenombre de “Chucky”. “Desde que llegué a Pachuca me pusieron así dos chavos”, atina a decir, con cierto recato. Término que no conoce dentro de la cancha. Lo ha demostrado siempre, sobre todo durante un par de instantes que atesora.
Su pícara sonrisa se acentúa al recordar la tarde del 8 de febrero de 2014. A falta de siete minutos para el final y con el marcador igualado sin anotaciones ante América, Enrique Meza le cumplió el sueño de debutar en la hoy llamada Liga MX. Sólo necesitó 300 segundos para marcar el de la victoria, en el Azteca.
Repitió el truco a casi cuatro mil kilómetros de distancia. EL viernes se presentó con el Tri en un juego oficial y también estremeció las redes. “Son momentos muy importantes y bonitos. Hay que disfrutarlos, seguir y ver igual el otro partido. Dios me ha dado la oportunidad de anotar… Hay que seguir así”, dijo.
“Fue un momento feliz. El trabajo es el que da y, gracias a Dios, me tocó anotar”.
Además de agradecido con ese entrenador que tiene en las rotaciones y la fe en el talento juvenil a sus principales métodos. Su carrera está en ciernes, pero Osorio ya marcó a Lozano al darle su primera oportunidad en ese equipo con el que se ilusionaba antes de espantar a sus compañeros en Tuzos. “Es importante (sentir su apoyo), porque da mucho chance a los jóvenes y eso es bueno para el futbol mexicano. Le agradezco la oportunidad”.