Hijos apoderados: la meta es hacerlos poco a poco 'adultos funcionales'

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Hijos apoderados: la meta es hacerlos poco a poco 'adultos funcionales'

¿Qué significa apoderar? Etimológicamente la palabra es de origen latín, significa dar poder a alguna persona de posesión. Significa hacerlo dueño o propietario de alguna cosa o cualidad. Generalmente los padres empezamos diciéndoles a los niños lo que tienen que hacer, por ejemplo, la tarea escolar, lavarse los dientes, levantarse todas las mañanas temprano o recoger su cuarto. Muchos papás llegan al punto de cansarse porque les repiten constantemente que hagan sus responsabilidades. Sin embargo, es muy importante que ellos tomen su rol y lograr que sean independientes y responsables de sus obligaciones lo más pronto posible. Y no alargar estas lecciones, ya que puede ser demasiado tarde.

En la universidad tengo una alumna que todas las mañanas su mamá le habla temprano para despertarla y que no llegue tarde a la escuela. Esta chica tiene 19 años y es foránea. ¿Hasta cuándo su mamá dejará de hablarle para levantarla y que cumpla con sus deberes? Creo que nunca. Conozco muchas familias con niños de más de 7 años que todavía duermen en la recámara de sus padres con un gran sentimiento de culpa si los obligan a dormir solos en su recámara. ¿Hasta cuándo? Creo que será más fácil que los padres les cambien la recámara.

Investigadores de la Universidad de California encontraron que los chicos que planean y administran responsablemente su tiempo, establecen pequeñas metas cada semana y evalúan su desempeño, desarrollan su lóbulo prefrontal (la parte más adelante del cerebro) que los hace tomar buenas decisiones, controlar sus emociones y dirigir sus acciones hacia su propio bienestar sin el constante recordatorio y sermoneo de los padres. Todo esto se llama funciones ejecutivas que desarrollarán su autodisciplina, regularán su atención y evitará distracciones, controlará impulsos destructivos y evaluará los pros y contras de sus decisiones. En otras palabras, estaremos fortaleciendo su inteligencia ejecutiva (explicada en nuestro libro “Homo Sapiens pero Brutus”, por la Editorial Trillas) que se encarga de dirigir y coordinar todas las actividades del cerebro como un director de una orquesta.

Apoderar a un hijo significa hacerlo dueño de su propia vida y decisiones. Pero si esas acciones, que le toca a nuestro hijo realizar, nosotros (papás) se las realizamos, ¿cuándo madurarán y crecerán en su persona? Nunca. Cuántas historias y casos reales conocemos de muchachos mayores de 30 años que todavía viven con sus padres y son protegidos y mantenidos económicamente por ellos. La causa es nunca los padres los apoderaron. Necesitamos depositar el poder en ellos y que elijan sus propios reconocimientos en el logro de sus metas y también el sufrimiento de consecuencias en sus malas decisiones.

La meta es hacerlos poco a poco “adultos funcionales”, y cuando vayan a la universidad no hablarles todos los días para levantarlos y preguntarles si ya hicieron la tarea. Lo que deseo es que elijan y hagan las mejores decisiones para sus vidas.