¿Hermanos mayores o parentificación? Cuando los hijos asumen las responsabilidades de sus padres

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¿Hermanos mayores o parentificación? Cuando los hijos asumen las responsabilidades de sus padres

¿Quién de ustedes es hermano mayor? ¿Qué tareas tienen o tenían los hermanos mayores? Hace 50 años cuando las familias eran numerosas, más de 5 hermanos, ¿cuáles eran algunas responsabilidades de los hermanos mayores? Recordemos que muchas mamás tenían que cuidar al mismo tiempo a tres o cuatro pequeños y solicitaban a la hermana o hermano mayor su ayuda. Era común observar que la mamá pidiera a sus hijos mayores supervisar a sus hermanos pequeños en la alberca o en un parque. La mayoría de los hermanos mayores cumplían algunas obligaciones que les correspondían a sus padres, como vestirlos, darles de comer, bañarlos y ayudarles hacer la tarea. Al llegar a la mayoría de edad, muchos hermanos menores reconocen y tienen una gran gratitud hacia sus hermanos que tuvieron la oportunidad de ser unos segundos papás. Sin embargo, hay que evitar la parentificación.

¿Qué significa parentificación? Es tomar los roles de adulto en la familia en forma inadecuada para satisfacer las necesidades físicas y emocionales de los padres y de sus hermanos. Ante la inmadurez de los padres, para cumplir con sus obligaciones ante la familia, asignan responsabilidades al hijo mayor o al más emocionalmente maduro de la familia. Estos niños “parentificados” necesitarán sacrificar las necesidades normales de la niñez como jugar, amistades, descanso o hasta la misma educación para cumplir con sus obligaciones antes los padres y sus hermanos. Muchas de sus funciones es cocinar, ir al mercado para surtir la despensa, preparar y llevar a sus hermanos a la escuela e imponer reglas a sus hermanos menores. Los padres tienen una actitud pasiva y el hijo mayor adquiere la autoridad de toda la casa. A muchos de estos niños se les asignan deberes más allá de su madurez y pierden la oportunidad de ser niño. Además, pueden depositar toda responsabilidad emocional de la familia en ellos, discutiendo problemas matrimoniales de los padres o de conducta de los hermanos como si fuera un terapeuta.

Esto incluye situaciones en los que el padre, la madre o ambos le cuentan intimidades sexuales al niño, discuten sobre sus propios problemas y asuntos relacionados con adultos, y lo usan de facto como si fuera su pareja o terapeuta sustituto. Los resultados de estas acciones pueden ser muy traumáticos para los niños que toman estos roles. Pueden tener resentimiento al ser obligados por un trabajo que debieron realizar sus padres y cuando son adultos pueden tener un gran enojo acumulado que no pudieron descargar.

No confundamos que nuestros hijos colaboren en las labores domésticas y en la atención de sus hermanos menores con dejarles toda la responsabilidad física y emocional de la familia. Busquemos su ayuda, pero recordemos que nosotros somos los padres y responsables de la familia.