Corriente, muy económico, chafo, vulgar, soez, grosero, arrabalero, tosco, un verdadero patán, así es Alfredo Adame. Jamás imaginé que algún día yo describiría así a este señor pero no puedo hacerlo de otro modo. Lejos quedaron aquellos días en que era el “joven y rubio galán” de las telenovelas mexicanas. Habiendo llamado la atención de los productores con su trabajo como modelo, su paso al mundo de la actuación fue casi automático.

Durante aquella primera etapa de su carrera, Adame interpretaba personajes “de buen tipo” y lo emparejaban con actrices muy hermosas. Más adelante, incursionó en la conducción de programas entre los que destacó Hoy, la eterna revista matutina de Televisa. Es cierto que había rumores que señalaban a Alfredo como una persona de trato difícil y en alguna ocasión se filtró uno que otro problema con Mary Paz Banquells, su esposa de muchos años. Pero nada grave o fuera de lugar.

Sin embargo, las cosas cambiaron radicalmente en los últimos tiempos. Primero surgió una sucia historia en la que una fulana, quien supuestamente era su novia, tomó unas fotografías íntimas del actor y las publicó ofreciendo, a quien estuviera dispuesto a escucharla, comentarios muy humillantes sobre el tamaño y el desempeño de Adame. El problema es que el afectado empezó a defenderse en el mismo tono y términos de esa mujer.

Después, en lugar de enterrar ese horrible escándalo con trabajo y un comportamiento ejemplar, Alfredo Adame se enfrascó en un pleito con Carlos Trejo, un tipo de bajo perfil especialista en temas paranormales, quien provocó al actor con declaraciones muy agresivas. Ahora tienen pactada una pelea para el mes de agosto, como si fueran luchadores profesionales. Incluso, en una rueda de prensa, Trejo le arrojó a Adame una botella de agua, provocando una herida en la cabeza de este último.

¡¿Es este el verdadero Alfredo Adame?! A todos nos quedaba perfectamente claro que tampoco era un refinado caballero estilo inglés, pero ¿así de corriente? En el mundo del espectáculo hay muchos tipos de personas. Y se espera que algunas de ellas, como Carmen Campuzano, Fabián Lavalle, Ninel Conde, el mismo Carlos Trejo y la ultra vulgar de Niurka (quien el otro día mostró los senos a las cámaras sin razón aparente), hagan tonterías y provoquen escándalos porque así son desde antes de ser famosos.

Pero el caso de Alfredo Adame es diferente porque originalmente daba la imagen de tener el estilo de vida y la personalidad de otros como Alejandro Camacho, Humberto Zurita o Gonzalo Vega. Hombres de matrimonios sólidos y familias unidas. Mi teoría es que Alfredo Adame debe tener un problema emocional muy fuerte o un desequilibrio mental que le provoca ese tipo de conducta. Pero como en nuestra cultura los problemas mentales son un gran tabú, jamás sabremos si esto es verdad.

Por otro lado, es muy probable Carlos Trejo esté planeando todo esto como una estrategia para aumentar su popularidad entre un tipo de público que jamás se habría ocupado de él. Y Trejo es el único que va a ganar algo, porque Adame está enfrentando una situación de doble pérdida: si pierde la “pelea” va a quedar muy lastimado tanto en su físico como en su imagen pública. Y si gana, va a ser “el rey de los idiotas”. ¿Alguien podría, por favor, salvar a Alfredo Adame de si mismo?