¿Hay vida en Marte? Puede que sí, puede que no, pero lo más seguro es que quién sabe

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¿Hay vida en Marte? Puede que sí, puede que no, pero lo más seguro es que quién sabe

Foto: Tomada de Internet
Rafael Navarro, científico mexicano que participó en hallazgo de nuevas posibles huellas de vida en el planeta rojo, afirma que restaría una década para corroborar su existencia

La NASA no ha descubierto vida en Marte aún, pero nuevos resultados sugieren que, quizá, en algún momento de la historia del planeta, las condiciones fueron favorables para que aparecieran algunos seres extraterrestres. Quizá.

El rover Curiosity de la NASA ha estado vagando alrededor del cráter Gale de Marte, el lecho de un supuesto lago, desde 2012. Parte de sus tareas son muestrear el polvo y la atmósfera en busca de moléculas interesantes, como aquellas que pueden revelar signos de vida o habitabilidad.

Estudios recientes arrojan luz sobre eso. El instrumento de Análisis de Muestras en Marte del rover (SAM) cocinó parte de la tierra marciana y desbloqueó algunas moléculas que contienen mucho carbono, unas con azufre y otras con una estructura relativamente compleja.

“Tal vez provienen de seres vivos, o tal vez solo son un nutriente adicional para la vida”, dijo Gizmodo Jennifer Eigenbrode, del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, en conferencia de prensa.

Las moléculas orgánicas aparecen con frecuencia en el espacio, pero está claro que Marte tenía los bloques de construcción de la vida en un momento en que muchos piensan que era más habitable.

A penas el 7 de junio pasado, la NASA (nadie le dice Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos) reveló que su vehículo de exploración Curiosity, encontró dos resultados que hacen que la historia del planeta rojo sea más trascendente:

Combinados, estos resultados presentan atisbos sugerentes de un pasado marciano potencialmente habitable.

Las rocas proceden del cráter de Gale, de 150 kilómetros de diámetro cerca del ecuador marciano. Se cree que el actual cráter podría haber albergado un lago de agua líquida hace unos miles de millones de años.

“Pensamos que era un ambiente habitable, tenía la capacidad de sustentar la vida, pero no significa que la vida estuviera allí”, explicó Eigenbrode.

Contacto en México

Tras el anuncio hecho por la NASA la semana pasada sobre la existencia de compuestos orgánicos en Marte analizados por el Curiosity, Rafael Navarro, investigador mexicano que participó en el hallazgo, dijo que aún faltan unos 10 años para corroborar la existencia de vida marciana.

El científico detalló a la agencia EFE, que el siguiente paso será enviar otro robot similar a Curiosity para recolectar rocas de la superficie marciana, encapsularlas y, después, en 2020, un tercer robot recogería esas cápsulas y las transportaría hasta la órbita de Marte, desde donde una expedición espacial las traería a la Tierra para analizarlas.

El investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) añadió que estos análisis determinarían no solo si existe vida en Marte, sino si esa vida habita actualmente en el subsuelo del planeta o lo hizo en el pasado.

En cualquier caso, Navarro sostuvo que en caso de existir vida en Marte "serían bacterias; ¿qué tipo de bacterias?, no sabemos".

"Con este tipo de hallazgo creemos que serían heterótrofas”, abundo, “es decir, se alimentan de compuestos orgánicos que están presentes o también de minerales; que son (organismos) quimioautótrofos o fotosintéticos que son los que utilizan energía solar para obtener su energía y alimentos", abundó.

El trabajo de Rafael Navarro permitió constatar que el instrumento SAM de Curiosity estaba realmente detectando materia orgánica procedente de Marte.

Moléculas orgánicas

El muestreo efectuado por el SAM detectó la presencia de compuestos orgánicos preservados desde hace 3 mil millones de años en el suelo marciano que solo podrían haberse formado por agua líquida.

Estos compuestos se encontraban en el sitio de estudio del robot, que arribó al planeta en 2012, el cráter Gale, ubicado al sur del ecuador marciano y que se formó hace 3 mil 500 millones de años a causa del impacto de un asteroide.

Para analizar dichos compuestos, como se mencionó antes, el Curiosity "toma la muestra, la coloca en un horno, la calienta hasta mil grados centígrados y se van liberando los gases volátiles". Esos gases son analizados por el robot.

Así, las misiones Mars 2020, de NASA, y ExoMars–Rover, de ESA, la Agencia Espacial Europea, podrán analizar muestras a mayor profundidad o más recientes, de modo que estarán menos degradadas y podrán aportar más datos acerca del origen de estas moléculas orgánicas confirmadas por Curiosity.

 

 Navarro es coautor de los dos artículos sobre estos descubrimientos que publicó la revista ‘Science’ la semana pasada.

Las moléculas orgánicas están basadas en carbono, átomo esencial para la vida tal y como la conocemos hoy. Pero también pueden ser creadas por procesos no asociados a ella, de modo que las moléculas orgánicas no son necesariamente indicadores de vida, actual o pasada.

“Con estos nuevos hallazgos, Marte nos está diciendo que estamos por buen camino y que continuemos buscando”, declaró Thomas Zurbuchen, administrador Asociado del Directorado para Misiones Científicas de NASA.

No se puede concluir que sean moléculas pertenecientes a seres vivos del pasado porque están muy degradadas debido a la radiación que incide sobre Marte.

Otros orígenes posibles son procesos geológicos o que hayan sido transportadas a Marte por meteoritos que chocaron contra el planeta. De hecho, se han encontrado muchas moléculas orgánicas en los meteoritos.

La exploración del Curiosity, que ya descubrió en 2013 los primeros indicios de agua en el planeta, también determinó, según las mediciones realizadas en el cráter Gale, que los niveles atmosféricos de metano en el planeta rojo siguen un ciclo estacional y confirmaron que es más alta en torno a los equinoccios -primavera y otoño- y menos en los solsticios.

En cuanto al metano, el espectrómetro láser ajustable de Curiosity midió los niveles de metano en su atmósfera circundante durante cinco años. Los niveles promediaron en 0.41 partes por mil millones en volumen, pero variaron de 0.24 a 0.65 dependiendo de la estación.

Según Navarro, las fuentes de metano del planeta podrían estar relacionadas con cavernas subterráneas, donde se libera el gas en abundancia debido a procesos geológicos o geoquímicos para los cuales todavía no hay explicación.

En la Tierra, se asocia el metano con la vida, pero es un misterio lo que podría estar originándolo en Marte. Tal vez es un proceso geológico.

“Probablemente indica que hay más agua activa en el subsuelo de lo que entendíamos”, dijo a Gizmodo la científica Kirsten Siebach, geóloga marciana de la Universidad de Rice que no participó en los estudios.

En la Tierra se tiene un proceso por el cual los volcanes submarinos interactúan con la roca y producen metano que alimenta a las bacterias. Quizá haya bacterias marcianas bajo la superficie que comen metano, planteó Tanya Harrison, directora de investigación de la Iniciativa de Ciencia y Tecnología Espacial de la Universidad Estatal de Arizona (‘NewSpace’). Pero por ahora, no hay pruebas de tales bacterias.

El metano es una buena noticia, esté vinculado a la vida o no. “Pensamos que Marte estaba muerto internamente”, dijo Harrison. “Ahora tenemos datos para confirmar que hay un ciclo estacional, lo que sugiere que el metano está siendo generado por algo”.

Advertencia

Es importante ser escéptico sobre las afirmaciones de que haya vida, extinta o no, en el planeta rojo. Al fin y al cabo, solo se han hallado moléculas orgánicas, por lo que aún está en la etapa de la química, y no de la biología.

Todavía queda mucho por aprender sobre Marte. Las misiones Insight y ExoMars enseñarán más sobre la geología y el metano del planeta. Mars 2020 arrojará luz sobre las moléculas orgánicas y preparará una muestra que una futura misión podría traer a la Tierra.

Marte no recicla su roca como lo hace la Tierra, así que tal vez su antiguo polvo puede enseñar una o dos cosas sobre la historia terrestre.

Otros orígenes posibles serían procesos de escape de gas atrapado en las rocas marcianas; o reacciones químicas entre elementos que implicarían la presencia de agua líquida; o degradación de materia orgánica que llega a Marte depositada por meteoritos.

Estos procesos explicarían la presencia de metano pero ninguno de ellos puede explicar las variaciones estacionales. Hasta ahora son un misterio.

ExoMars/TGO, de esa en colaboración con la Agencia Espacial Rusa (Roscosmos) tiene precisamente como objetivo medir con mayor precisión concentraciones de metano. Ya en órbita marciana, enviará los primeros datos entre finales de este año e inicios del 2019. Con información de EFE