Hay que reeducar para prevenir la violencia contra la mujer…Y entender que es un delito

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Hay que reeducar para prevenir la violencia contra la mujer…Y entender que es un delito

Las acciones de prevención deben inculcarse desde niños, recomiendan especialistas

El 18 por ciento de las mujeres de Saltillo sufrió acoso o violencia sexual el año pasado, de acuerdo con una encuesta realizada por el INEGI, por lo que prevenir y frenar este fenómeno es un trabajo pendiente para autoridades, asociaciones y sociedad. Una de las maneras de reducir esta incidencia, según especialistas, es reeducar, entender que estas conductas no son normales, sino delitos.

“Para poderla desnaturalizar (la violencia sexual contra la mujer) hay que decirles que no es una conducta, sino es un delito, y las sanciones que tiene”, dijo Rosa Sisbeles Alvarado, psicóloga forense especialista en atender víctimas de violencia y también es directora de la Unidad de Control y Gestión, de la Fiscalía de Investigaciones Especializadas en Atención y Protección a Víctimas y Testigos.

“La reeducación es muy importante. Algunas conductas creemos que son normales porque son la cultura de las familias”, por ejemplo creer que “como ya te casaste que todos los días tu esposo, aunque tú no quieras estar con él, te puede tomar las veces que quiera porque es tu esposo, y eso no es así”, comentó Laura Ivonne Valdés Martínez, directora de Nuevas Opciones de Vida, una asociación que apoya a las mujeres víctimas de violencia.

Para las especialistas, las acciones de prevención son clave para reflexionar sobre este problema desde niños y niñas. Es decir, hay que reeducar, hacer conciencia sobre la violencia que ejercemos mediante palabras y actos contra las personas o, en este caso, contra las mujeres.

Hay que decirles que no es una conducta, sino es un delito, y las sanciones que tiene”.
Rosa Sisbeles Alvarado, especialista en atención a víctimas de violencia.

Por ejemplo, el piropo, los chiflidos, el exhibicionismo son conductas que vulneran a quien los recibe, aunque antes eran considerados como normales, como algo cotidiano que pasa al salir a la calle.

La realidad es que estas acciones son acoso sexual, es decir, delitos tipificados en el Código Penal de Coahuila y que ameritan una sanción.

De acuerdo con el artículo 399-Bis de dicho Código, “Se aplicará de uno a cinco años de prisión y multa, a quien con fines lascivos acose en cualquier forma o solicite favores de naturaleza sexual a cualquier persona, para sí o para un tercero”.

Cuando la violencia sexual ocurre en lugares como escuelas y áreas de trabajo, en las que existe una relación de poder (jefe-empleada, maestro-alumna, entre otros), se habla de hostigamiento sexual, también un delito tipificado en el artículo 400-bis.

“Se aplicará una multa de dos a siete años de prisión y multa, a quien basado en el ejercicio del poder, en una relación de subordinación real respecto de la víctima, realice una conducta de tipo verbal, física o ambas relacionadas con la sexualidad de connotación lasciva, que le cause daño o sufrimiento psicológico que lesione su dignidad, y coloque a la víctima en un estado de indefensión o de riesgo”.

Rosa Sisbeles Alvarado, especialista en atención a víctimas de violencia.

FOMENTAR LA DENUNCIA

Otra manera de hacer visible este fenómeno y sobre todo a mostrarles a todos los integrantes de la sociedad que el acoso y la violencia sexual no son conductas naturales es mediante la denuncia.

“Hay que implementar medidas de prevención y la cultura de la denuncia”, dijo Ivonne Valdés, de Nuevas Opciones de Vida, y relató que la asociación que dirige realiza ese acompañamiento psicológico y legal para que las mujeres tengan salud y justicia.

“Pocas veces tenemos esa parte de la denuncia. Decimos ‘no, es muy tardado, perdemos tiempo’. Pero es parte del compromiso social y la defensa”, expresó la psicóloga Rosa Sisbeles.

Pero aseguró que en la Fiscalía del Estado de Coahuila las personas encargadas de llevar casos de acoso, hostigamiento y violencia sexual están capacitadas para brindar atención especializada a las mujeres que acuden a denunciar.

Incluso dan terapia psicológica y acompañamiento, y la mujer es quien decide si procede con la denuncia penal o si solo desea el apoyo psicológico o médico.

Aunque el agresor no tenga un juicio penal, hay otras medidas laborales y administrativas que las instituciones toman contra él.