El británico Lewis Hamilton acaricia ya su cuarto título en la Fórmula 1 y qué mejor para el excéntrico piloto de Mercedes que conseguirlo este fin de semana en Estados Unidos, la tierra del espectáculo.

Con una ventaja de 59 puntos sobre el alemán Sebastian Vettel a falta de cuatro carreras que pondrán 100 unidades en juego, la coronación de Hamilton parece sólo una cuestión de tiempo. La primera oportunidad será el domingo en Austin, un circuito donde el británico se siente como en casa después de ganar las tres últimas carreras y cuatro en cinco años.

Para conseguirlo, Hamilton deberá ganar y que Vettel sea sexto o peor. O ser segundo y que el piloto de Ferrari no supere la novena posición. De no lograrlo, la definición se retrasará al menos una semana, hasta el Gran Premio de México.

"Cien puntos son muchísimo, todo puede pasar", dijo un precavido Hamilton. También Vettel, siempre optimista, promete seguir luchando hasta el final. "Lo que nos ha sucedido puede pasarles a los demás en cualquier momento. Todo tiende a equilibrarse”.

La fortuna, los errores y los problemas de fiabilidad les jugaron en las últimas carreras una mala pasada a Ferrari y a Vettel, que vivió una gira asiática de terror. El alemán debió abandonar en Singapur por un choque, fue cuarto en Malasia tras comenzar la carrera en el fondo de la parrilla por un problema de motor en la clasificación y en Japón volvió a abandonar por una falla en la bujía.

Hamilton, que comenzó la segunda parte de la temporada con 14 puntos de desventaja respecto de Vettel, lo aprovechó al máximo con dos victorias y un segundo puesto en Asia.

El circo de la Fórmula 1 llega ahora a Norteamérica, donde Vettel espera recuperar las buenas energías tras refugiarse los últimos días en su casa en Suiza.

"Si el ritmo es el correcto, entonces todo sigue siendo posible", señaló el alemán antes de la carrera en el Circuito de las Américas. Ferrari ha demostrado en las últimas semanas no tener nada que envidiarle a Mercedes en cuanto a la velocidad del coche (como tampoco Red Bull). Su gran problema ha sido la fiabilidad.

El alemán, sin embargo, ya sabe lo que son las grandes remontadas. En 2010, cuando logró su primer título de Fórmula 1 con Red Bull, llegó a tener una desventaja de 31 puntos con Hamilton, que entonces competía por McLaren. Y en 2012, remontó 42 unidades al español Fernando Alonso para alzar el tercero de sus cuatro trofeos consecutivos con la escudería energética.

La tarea ahora, de todas formas, luce más compleja que nunca. "Lewis decidirá el título en Austin", vaticinó Bernie Ecclestone, ex patrón de la Fórmula 1, en declaraciones al "Daily Mail".

Toto Wolff, jefe de Mercedes, destacó por su parte el nivel que está mostrando Hamilton al volante. "Lewis ha estado brillante este año. Y en particular desde el receso de mitad de temporada ha estado en otro nivel", afirmó.

Sin dejar de lado su carácter extrovertido, Hamilton luce más centrado y comprometido este año y los resultados están a la vista. Un nuevo título, sumado a los que consiguió en 2008, 2014 y 2015, le permitiría igualar las cuatro coronas de Vettel. En la misma línea está Alain Prost y por encima únicamente los míticos Michael Schumacher (7) y Juan Manuel Fangio (5).

También Mercedes podría celebrar el fin de semana su cuarto campeonato de constructores consecutivo. Para evitarlo, Ferrari debe superar a las "flechas de plata" por al menos 17 puntos.

Todo está servido para Mercedes, aunque Hamilton insiste en mantener la tranquilidad. "Debo seguir en este nivel. No hay motivos para cambiar nada", dijo el británico. "En la vida, todo puede pasar".