MÉXICO.- Dos detenidos por el crimen de la alcaldesa Gisela Mota confesaron la comisión de otros homicidios, cuyos cuerpos de sus víctimas sepultaron en una fosa clandestina en un campo del poblado de Alpuyeca, Xochitepec.

En ese lugar, la Policía de Investigación Criminal localizó y desenterró restos de cuatro cuerpos humanos, pero además existe una investigación adicional de la Policía Ministerial de Guerrero por la desaparición de un elemento de su corporación que fue “levantado” en Alpuyeca en diciembre.

Los detenidos declararon que en una loma de la colonia La Palma de la Ayudantía de Alpuyeca inhumaron a sus víctimas, por lo que la tarde del domingo se coordinaron las excavaciones y sacaron los restos de una persona.

Una investigación de la Policía de Guerrero cita que en la zona de la fosa también fue plagiado el agente Francisco Javier Gómez, el 14 de diciembre.

Su arma y placa de fueron hallados en uno de los vehículos asegurados a los presuntos homicidas y de acuerdo con la Fiscalía el arma del ministerial fue usada para asesinar a la edil. El Universal