Aparte de los problemas sociales con los que vivimos día a día, hay en Saltillo un tema que realmente nos preocupa, pero del que pocas personas toman conciencia: los incendios forestales que se están registrando.

No alcanzamos a ver o no nos damos cuenta que nuestro estado tiene flora y fauna de que se caracteriza por especies de flores como el nopal, mezquite o maguey y especies animales como el oso negro, el perrito de la pradera o la víbora cascabel.

Que en las partes montañosas predominan los bosques de pino-encino, de oyamel, mezclado con matorrales semidesérticos de tipo osetófilo y pastizales naturales y que en las regiones intermontañosas y las llanuras hay una vegetación de matorrales semidesérticos y pastizales inducidos y naturales.

También que el estado presenta gran variedad de condiciones fisiográficas, climáticas y edáficas, factores que han dado lugar a una significativa diversidad de tipos de vegetación y flora que se estima en aproximadamente 3,100 especies y taxa infraespecíficos de plantas vasculares.

Tenemos una gran riqueza, pero la misma vegetación, seca, es combustible para que se propaguen los incendios de los cuales la semana pasada literalmente “nos cercaron” cuatro con los que vivimos tomando fotos, compartiéndolas, lamentándonos y viendo noticias.

Por si fuera poco, aun así, hubo una gran cantidad de saltillenses que a pesar de estar activo el incendio en la sierra de Arteaga, intentaron acampar y hasta llevaban productos inflamables para vivir o pasarla bien en fin de semana.

Con todo respeto: o nos falta conciencia, no alcanzamos a ver o definitivamente estamos envueltos en nuestra vida cotidiana donde lo que ocurre a nuestro alrededor no nos importa, lo que sí nos interesa es el disfrute personal.

Pareciera trillado, pero durante la celebración del Día de la Tierra que curiosamente el 22 de abril, se dijo que el crecimiento de la población, la explotación de recursos naturales para responder al modelo económico de “usar y tirar”, el cambio climático, la acidificación del mar y la pérdida de biodiversidad, acaban con nuestro planeta.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que cada año se producen tres millones de fallecimientos prematuros por la contaminación del aire y más del 80 % de ciudades del mundo superan los límites de calidad del aire.

Pero veamos soluciones, no solo el problema: la conservación y restauración de los bosques, pueden desempeñar un papel fundamental en la mitigación y la adaptación. Por ejemplo, se ha estimado que las soluciones que aporta la naturaleza pueden proporcionar más del 30 % de la mitigación requerida entre ahora y 2030 para permanecer dentro del objetivo de temperatura de los 2 grados”, dio a conocer la OMS.

Así pues, estamos acabando con los pulmones de nuestra ciudad, con los lugares de esparcimiento, cada día consumimos el planeta de diferentes formas y ya es tarea de cada quién qué piensa hacer no por él mismo, sino por el futuro de sus hijos. ¿Qué mundo piensa dejar y no pensar solo en el presente? Hagamos conciencia y cuidemos nuestros bosques ahora que se puede y no antes de que sea demasiado tarde.

José Gómez Llamas, ingeniero Mecánico

Director de la preparatoria Benecio López

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