Hacer realidad lo imposible
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Hacer realidad lo imposible
Dicen que la política es el arte de lo posible. Pero los sueños, las utopías que orientan el quehacer humano, se nos aparecen en no pocas ocasiones, como esas imposibles de hacerse realidad. Si así se diera el desarrollo de la sociedad, de los países, habría que resignarse y se caería en el pesimismo.
Por eso habemos quienes hemos luchado toda la vida pensando que es posible hacer realidad los sueños de un México sin pobreza, sin corrupción, sin inseguridad y sin malos gobiernos, y somos quienes hemos ido abriendo caminos para lograrlo poco a poco.
Lo anterior viene a cuento ya en las postrimerías de este 2017, a un año de que termine el gobierno de Peña Nieto con sus consecuencias desastrosas, porque ante la desesperanza de millones de personas y frente a los malos augurios de que el destino fatal es que el PRI siga conduciendo los destinos del país, surge la luz al final del túnel para anunciarnos que sí hay un mañana mejor.
No hace mucho, nuestros detractores del gobierno y López Obrador daban por muerto —una vez más— al PRD. Y cuando a principios del 2017 hubimos quienes desde el PRD planteamos la necesidad de un Frente Amplio para sumar a todas las fuerzas democráticas, de izquierda y progresistas del país para ganar las elecciones de 2018 e integrar un gobierno de coalición, nos dijeron que no era posible, que eran "sueños guajiros".
Hace tres meses que anunciamos la conformación del Frente Ciudadano por México, se dijo que fracasaría porque al sumar al PRD, PAN y MC, sería "como juntar el agua y el aceite". Y en los últimos días, esos mismos detractores sólo esperaban el momento en que el Frente se fuera al abismo cuando se decidiera la candidatura presidencial.
P
ero el PRI y AMLO —que vieron en esta coalición al verdadero peligro para sus pretensiones en las contiendas electorales— se quedaron una vez más con las flores mortuorias en las manos.
Hoy, la coalición del PRD, PAN y MC es una realidad.
Con la participación y aportación de lo mejor de la intelectualidad progresista, de ciudadanos externos, de los partidos políticos, así como de las organizaciones de la sociedad civil, logramos "juntar el agua y el aceite" en una plataforma electoral y un programa de gobierno de coalición para superar la crisis de fin de régimen y reorientar el rumbo del país, vigilar el ejercicio del poder y el cumplimiento de las promesas, porque se trata de democratizar el ejercicio del poder público, de empoderar a los ciudadanos con sus aportes, con su participación directa en el gobierno y con candidaturas para acceder a las cámaras del Poder Legislativo y a los órganos autónomos.
Fue así como llegamos, también, a aceptar que el PAN postule la candidatura a la Presidencia de la República, el PRD lo haga para la Ciudad de México y la postulación plural a diputaciones, senadurías, gubernaturas y los demás cargos de elección popular.
Por eso se equivocan quienes hablan de que el PRD se desdibuja en esta coalición y que "es un satélite" del PAN.
El Programa de Gobierno de la coalición "Por México al Frente" sintetiza los anhelos y necesidades de la mayoría de la gente del país que no está satisfecha con lo que hoy vivimos.
En esta plataforma están contenidos, en su esencia, planteamientos programáticos del PRD para combatir la pobreza y la desigualdad, el cambio de régimen; un sistema presidencial con mecanismos parlamentarios; la lucha anticorrupción; seguridad; política exterior más activa y diversificada; participación ciudadana; sociedad incluyente; impulso a la ciencia y tecnología, desarrollo sustentable y sostenible, y —por supuesto— hacer realidad la igualdad entre las mujeres y los hombres, asegurar un mejor mañana para todas y todos los jóvenes y niños de nuestro México.
Estamos haciendo realidad lo imposible.
Jesús Zambrano Grijalva
(Vicecoordinador de los diputados federales del PRD)
EL UNIVERSAL