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Habrá más violencia en 2017: Guillermo Valdés
CDMX.- El combate contra los cárteles de la droga lo diseñó en 2007, el expresidente Felipe Calderón en un despacho en el que estaba Guillermo Valdés, exdirector de los servicios de inteligencia. Con varios informes sobre la mesa, de militares y Gobernadores, alertando sobre la inseguridad que se vivía en el País, decidió sacar al Ejército a la calle y encargó a Valdés, el dibujo de la operación.
En 4 años como director del CISEN (2007-2011) coordinó el plan de guerra al narco, que disparó la violencia. Durante esta etapa, Valdés enfrentó la aparición de cárteles y la exhibición de una crueldad hasta entonces desconocida en México: decapitados, colgados, desmembrados…
Enrique Peña Nieto ha heredado y prolongado una guerra entre y contra los cárteles que deja un balance con dimensiones de conflicto bélico: más de 100 mil muertos, miles de huérfanos y casi 30 mil desaparecidos.
Según el autor de Historia del narco en México (Aguilar, 2013) en 2017, seguirá la violencia debido al enfrentamiento entre los cárteles de Sinaloa y Jalisco. Pero a pesar de la captura de 80 de los 122 capos más buscados, 2016 acaba con más de 20 mil nuevas víctimas, el año más sangriento de los 4 que lleva en el poder de Peña.
-¿Por qué se mantienen los altos niveles de violencia?-
“La violencia se debe a dos factores. Por un lado, un crimen organizado poderoso y violento, y por otro. Un estado débil en seguridad y justicia. No se puede explicar el poder y capacidad de violencia de las organizaciones criminales sin esas omisiones históricas del Estado mexicano. Lo que se hizo, en mi etapa en el Cisen fue iniciar un proceso de debilitamiento de los grandes grupos del narcotráfico”.
-¿Cómo han evolucionado los cárteles hasta hoy?-
“Los cárteles se han fragmentado y esto es bueno y malo al mismo tiempo. Es bueno que sean menos poderosas, pero es malo que se hayan dividido en varias organizaciones muy violentas.
“Cuando empezó la lucha de Felipe Calderón había siete cárteles muy grandes y poderosos. Ahora quedan dos: Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) y varios regionales pequeños. “El resto desapareció o se convirtió en algo más pequeño, con cierta capacidad de mover droga, pero dedicado principalmente a delitos patrimoniales: secuestro, robo, extorsión.
“Para combatir a un Cártel de Sinaloa o CJNG se requiere fuerza federal (Ejército), pero para atacar a pequeñas bandas de secuestradores o ladrones es algo que puede hacer la Policía, el problema es que no tenemos Policía”.
-¿Calderón abrió una guerra sin diagnóstico ni medios?-
“Ese juicio comete el error de ver la decisión de 2006 con el conocimiento de 2016. Hace diez años, claro que se tenía un diagnóstico, quizá no el más preciso y exacto, pero la Conago describe a Calderón la crítica situación que se vivía.
“No sólo el empoderamiento y enfrentamiento entre organizaciones , sino su transformación hacia el robo y el secuestro. Lo que no se sabía, y hay que reconocerlo, es que la violencia se dispararía hasta la magnitud actual.
“Por aquel entonces, el estado era débil por la falta de una PF (sin corromper) y el único recurso posible era el Ejército. Lo hubiera hecho cualquiera. Incluso AMLO propuso movilizar al Ejército en su campaña presidencial”.
-¿Qué error se cometió?-
“Lo que falló, y sigue fallando, son los niveles de coordinación entre los tres niveles de gobierno. La Federación sola puede contener el avance de las organizaciones criminales, pero sin policía es muy difícil acabar con el problema. Le doy un ejemplo; en 2010, durante la etapa de mayor violencia en Monterrey, cuando el Ejército salía a perseguir a un grupo de camionetas con criminales, la policía municipal salía a entorpecer el trabajo del Ejército.
-¿Y no se sabía de la putrefacción policial?-
“Se sabía, pero había que meter a la fuerza pública para frenar la violencia. No era la solución óptima, pero no se podía esperar a tener policías confiables para hacer algo.
“Cuando EPN llega al poder, en 2012, lo hizo con la idea de que era el Ejército quien provocaba la violencia. Decidió entonces acuartelarlo en Michoacán y utilizar a la PF. ¿Y qué hicieron Los Templarios? Se extendieron como nunca antes el secuestro, la extorsión, el robo….
“La consecuencia fue que la gente se armó y surgieron los grupos de autodefensa. Los militares no pueden acabar la violencia, pero sí pueden frenan su expansión”.
-¿Qué nos espera este año?-
“La violencia seguirá creciendo porque el gobierno no tiene estrategia adecuada y seguimos sin una policía local depurada. Además hay muchas bandas violentas y se vive un enfrentamiento entre el Cártel de Sinaloa y CJNG, que podría ganar esta guerra.
-¿Cuáles son los escenarios de esta guerra?-
“Colima y Tijuana. NO hay más que ver como se han disparado los homicidios”.
-¿Qué solución vislumbra?-
“El narco no desaparecerá mientras las drogas sean ilegales y en EU haya una demanda creciente. ¿Qué podemos hacer? Imponerle, no negociar, a los carteles, reglas para que descarten la violencia, como ocurre en otras partes del mundo. ¿Y cómo se le impone? Con un Estado fuerte que les diga que si se comportan mal serán destruidos.