Hablando de prioridades

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Hablando de prioridades

En la nota estelar de su edición del 27 de julio, VANGUARDIA dio cuenta de las graves calamidades asociadas al cuello de botella existente en la carretera a Zacatecas, especialmente en el tramo de diez kilómetros que va del Rastro Municipal de Saltillo al entronque a Derramadero.Además del flujo normal sobre esta cinta asfáltica, por la misma se trasladan cotidianamente la mayoría de los 17 mil trabajadores que laboran en esa zona industrial, así como buena parte los suministros y productos ahí procesados. En el reportaje, firmado por Édgar González, también se informa que la Dirección del Centro de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en Coahuila, cuyo titular es el doctor Héctor Franco, decidió posponer el proyecto de ampliación de este segmento de la carretera y destinar los recursos disponibles al proyecto demodernización de la vía terrestre entre San Pedro y Cuatro Ciénegas. Lo que no conocemos son las consideraciones en base a las cuales se tomó esta determinación.

Elegir es renunciar. Ésta máxima constituye una de las enseñanzas básicas para los estudiantes de economía, la cual puede ser también aplicada en otros ámbitos de la vida. Dado que los recursos son escasos y las necesidades ilimitadas, nos vemos obligados a definir prioridades que nos permitan asignarlos eficientemente. 

La manera como suele hacerse esto en el caso de los proyectos de inversión pública, es mediante la realización de los análisis de costo-beneficio (ACB). Simplificando al extremo: Como su nombre lo indica, el método ACB consiste en detallar los costos y beneficios de un proyecto en el tiempo, y posteriormente descontar de estos últimos los costos para estimar el beneficio neto. Una vez que tenemos el beneficio neto de cada proyecto, podemos seleccionar aquel que brinde los mejores resultados.

Cuando el director del Centro de la SCT en Coahuila nos dice que el dinero disponible para inversión en infraestructura carretera en el estado se destinará al proyecto de la San Pedro- Cuatro Ciénegas y que se pospone la ampliación del tramo aludido de la carretera a Zacatecas, lo que nos está diciendo es que la primera tiene un mayor beneficio neto que la segunda. Solo que esto hay que demostrarlo fehacientemente mediante un ACB, cosa que, al menos hasta el momento, no se ha hecho. ¿Realizó la SCT estos análisis para tomar su decisión? Si la respuesta es afirmativa; ¿Por qué no los ha dado a conocer?

“A Ojo de Buen Cubero”, el beneficio neto de la ampliación del tramo de diez kilómetros de la carretera a Zacatecas es, por mucho, superior al de la modernización de la carretera entre San Pedro y Cuatro Ciénegas. ¿A cuánto ascienden los beneficios potenciales por el ahorro en costos y tiempos de traslado de las personas, productos y suministros que transitan por ambas vialidades? ¿Cuál sería el beneficio ambiental de realizarse una u otra obra? ¿Cuál sería el costo por kilómetro de inversión realizado en uno y otro proyecto? Pero como estoy haciendo cálculos a “vuelo de lápiz”, puedo estar equivocado. ¿Qué nos puede informar el Centro SCT Coahuila sobre el particular? 

El proyecto de modernización de la carretera Saltillo-Zacatecas tiene más de diez años. La importancia que asignaron los gobernadores de Zacatecas al proyecto les permitió concluir,hace ya un lustro,la autopista en el tramo localizado sobre la superficie del estado de Zacatecas, por cierto el más largo y complejo. En la parte de Coahuila, solo se construyeron cuatro carriles de Saltillo a la UAAAN y en un pequeño tramo a la altura de Agua Nueva. Paradojas que ilustran la pésima planeación pública en México: El tramo en cuestión es, por mucho, el más transitado de la autopista Saltillo-Zacatecas y, a juzgar por las decisiones tomadas, aquel al cual nuestras autoridades le asignan la menor prioridad.

Y no es el único contraejemplo. Entre Arteaga y Bella Unión hay un tramo de cinco kilómetros con dos carriles. Solo este cuello de botella impide concluir la autopista con el mayor aforo vehicular de la República; la que corre entre Saltillo y la Ciudad de México. Gobernadores van y vienen, millones van y no regresan, sin que este proyecto pueda concluirse integralmente.

O veamos la situación en las vialidades de “flujo continuo” que justificaron algunas piezas del “baile de los millones”: Cuando transitamos por el bulevar Echeverría al poniente, el “flujo continuo” desemboca en un cuello de botella en el cruce con el bulevar Isidro López. Y desde ese punto hasta la intersección con Madero, los atorones de coches son de pronóstico reservado. Algo similar ocurre cuando tomamos el “flujo continuo” de norte a sur, al llegar al Rastro los automovilistas enfrentan el matadero que representan los embotellamientos cotidianos.

¿No es ya tiempo de que ciudadanos y gobernantes asumamos la mayoría de edad?, ¿no ha llegado aún el momento en que nuestros gobernantes informen con claridad sus decisiones y las razones que las fundamentan?, ¿no es ya indispensable que los ciudadanos participemos con espíritu crítico-propositivo en el análisis de las decisiones públicas que nos afectan?.

A una conclusión si puedo llegar: Con la misma certidumbre de que el sol se pondrá esta noche y saldrá el día de mañana, y sin necesidad de disponer de una bola de cristal, les garantizo que el doctor Héctor Franco jamás nos dará a conocer los estudios detallados y puntuales que justifican la racionalidad para el interés público de la decisión adoptada. Y probablemente la razón sea que dichos estudios ni siquiera se realizaron. Espero fervorosamente que me tape la boca. 

adavila_mx@yahoo.com.mx