Mientras la bandera independentista prolifera en calles y fachadas de Cataluña y la española se multiplica en el resto del país, una nueva insignia compartida lucha por ganarse un sitio en los balcones apostando por un arma potente para desactivar la crisis entre Madrid y Barcelona: el diálogo.

Se trata de una sábana blanca en la que se lee "Hablamos?" o "Parlem?", en catalán. La iniciativa quiere que los ciudadanos en Cataluña y el resto de España abran la tercera vía que no fueron capaces de encontrar el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, y el catalán, Carles Puigdemont.

"Sabemos que la convivencia es posible. España es mejor que sus gobernantes y lo ha demostrado en numerosas ocasiones", dice el manifiesto de la iniciativa difundido desde el lunes en redes sociales. "Es hora de estar juntos para mostrarles que han sido incapaces e irreponsables y que existe otro modo de hacer las cosas”.

Los organizadores invitan por eso a concentrarse este sábado 7 de octubre a mediodía frente a los ayuntamientos de toda España, sin consignas políticas y con ropa blanca. "Tenemos que decir basta ya a esta espiral, frenar, sentarnos y pensar nuestro país", reza la convocatoria.

La idea caló con fuerza en un país que se asoma a su mayor abismo político en décadas por la independencia que Cataluña tiene previsto declarar en los próximos días ante el rechazo frontal de la Justicia y el Gobierno en Madrid.

La página de Facebook del grupo suma ya unos 11,000 "me gusta" y la cuenta de Twitter @hablamos7O comenzó a recoger fotos llegadas desde todo el país con las banderas blancas en balcones y la frase "Hablamos?" en carteles de distinto formato y en situaciones diversas.

"Por un lado nos sorprende la repercusión tan rápida y positiva. Pero por otro lado no nos sorprende: esta es una sensación que compartimos muchos y una demanda mayoritaria en la sociedad", cuenta a la agencia dpa Pablo Fernández, miembro de “Hablamos?".

El investigador de 35 años explica que la idea surgió el lunes ante la escalada de tensión social y política que recorrió España tras el referéndum independentista no autorizado celebrado el domingo en Cataluña y marcado por los graves incidentes entre votantes y policías que tenían orden judicial de impedir la consulta.

"Nos preocupaba la dinámica política de estos días. Lleva a un callejón sin salida", alerta Fernández.

Mientras Madrid y Barcelona se acusan de "chantaje" y "deslealtad" y España queda abocada a escenarios tan drásticos como una declaración de independencia en Cataluña o la intervención de la región por parte del Gobierno en Madrid, Fernández y su grupo apuestan por otro rumbo: "Pedimos serenidad, calma, cabeza fría. Aún estamos a tiempo”.

Tiempo queda, pero limitado: el Parlamento regional de Cataluña celebrará en cuestión de días -posiblemente el lunes- un pleno en el que podría declarar la independencia de forma unilateral y crear una nueva "república catalana", en un desafío de consecuencias imprevisibles para el Estado central.

Ante esa situación, las iniciativas políticas por abrir una negociación o encontrar un mediador entre Rajoy y Puigdemont se aceleraron las últimas horas, pero chocaron hasta ahora con la falta de disposición de ambas partes a ceder. Las calles podrían mostrar el sábado que, por el contrario, la sociedad sí quiere hablar.