Hablamos con Vivir Quintana, la coahuilense que compuso el himno feminista 'Canción Sin Miedo'

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Hablamos con Vivir Quintana, la coahuilense que compuso el himno feminista 'Canción Sin Miedo'

Su nombre es Vivir Quintana y al escuchar sus canciones, Mon Laferte la invitó a componer un tema que se volvió himno y se escuchó en todas las calles del país en la marcha del Día Internacional de la Mujer: "Y retiemble en sus centros la tierra, al sororo rugir del amor".

No hace falta ser mujer para que se te erice la piel al escuchar los primeros acordes este himno, este grito de lucha, esta canción que, como en los tiempos de Mercedes Sosa, de Violeta Parra, le pone música a la protesta, a la indignación, al hartazgo, a las voces anónimas, pero sobre todo a los dolores que se alojan en el corazón.

Y es que ante la crisis que vive el país, esta canción de Vivir Quintana, es todo menos una solicitud, un ruego, un hit radiofónico, se trata de alzar la voz, de gritar fuerte y quedito, es un llamado a la revolución de las conciencias y además es un estandarte de guerra que este domingo muchas mujeres llevaban puesto y no solo eso, lo dejaron salir de su ronco pecho, y cómo no, si este tema que es un rumor que se hizo fuerte y se convirtió en corrido, en trova, rap y música de protesta que acabó siendo la crónica de lo que está ocurriendo en nuestras calles, y que además empieza con una fuerza que te atrapa desde las primeras estrofas: “Que tiemble el Estado, los cielos, las calles/ Que tiemblen los jueces y los judiciales/ Hoy a las mujeres nos quitan la calma/Nos sembraron miedo, nos crecieron alas”.

Y cómo una coahuilense terminó poniéndole voz a millones de mujeres, cómo terminó siendo estandarte y bandera de una lucha que el domingo cobró visibilidad y tomó por sorpresa las calles de todo el país y este lunes desaparecieron de forma simbólica millones de madres, abuelas, hijas, hermanas...

 

El video de Vivir Quintana no podría ser más estremecedor, pues el coro El Palomar le imprime una fuerza y belleza inigualable.
Fue la propia Mon Laferte la que la invitó a componer, en nueve horas, un himno que sirviera para pedir justicia de las desaparecidas.

Vivir Quintana pertenece orgullosamente a estas tierras, nació en el desierto que rodea a Francisco I Madero, creció en la Laguna, aquí aprendió a caminar, a reír a carcajadas, aquí supo lo que era el amor y cómo mujer aquí también padeció el acoso, el maltrato y la muerte. El tema 'Canción sin miedo' es un homenaje póstumo para una querida amiga que encontró la muerte en manos de un hombre y entonces la palabra feminicidio ha rondado por su cabeza.

De pronto esta canción tomó un vuelo insospechado y agarró camino y fue a dar a oídos de otra grande, de una mujer que con guitarra en mano le ha cantado al desamor, pero también ha reprobado la violencia y además se ha pronunciado por la violencia de género: Mon Laferte.

Los pormenores de este encuentro y los alcances que este tema ha tenido en la red y fuera de ella, nos lo platica Vivir en entrevista, pero hasta acá, aún resuena ese coro al que miles le hicieron segunda en el Zócalo Capitalino y cómo si fuera poco, fue interpretado mano a mano, hombro a hombro por Mon Laferte y el coro El Palomar. Vivir está que no cabe de la emoción, pero luego esa emoción se apaga porque lo que denuncia no sabe de éxito: “A cada minuto de cada semana, nos roban amigas, nos matan hermanas, destrozan sus cuerpos, las desaparecen, no olvide sus nombres por favor Señor Presidente".

-¿Qué te inspiro hacer este tema?-

“Siempre que me preguntan por la inspiración de ‘Canción Sin Miedo’ siento raro, porque al final de cuentas es verdad que me inspiré en todo lo que está pasando en nuestro país actualmente. También el próximo 21 de marzo se cumplen 10 años de que una de mis mejores amigas fue víctima de feminicidio, y la verdad es que la canción se hizo una realidad gracias a Mon Laferte sembró la semilla, ella fue la que me dijo que la hiciera”.

La canción fue estrenada en El Zócalo, pero antes hubo que ensayar con Mon Laferte, reunirse, unir fuerzas y entregar un concierto memorable.

-¿Cuál es tu experiencia como mujer y compositora en un país donde mueren tantas mujeres diariamente?-

“Perder a mi amiga fue una emoción súper dura, ella se llamaba Sandra y con esta canción nos dimos cuenta mis compañeras y yo de lo fuerte que fue perderla. Todo sucedió cuando estudiaba en la Normal Superior, porque a pesar de que estudié música muchos años, yo soy Licenciada en Educación Superior en Español, y gracias a ‘Canción sin Miedo’ nos volvimos a poner en contacto, y llegamos a la conclusión de que es una herida que sigue abierta para nosotros, que no la hemos olvidado, que siempre está presente. Ha sido un tema difícil de tratar, muy doloroso para mí, fue un encontronazo con la vida y darme cuenta que las mujeres no estamos seguras”.

-¿Cómo surge tu encuentro con Mon Laferte?-

“Todo sucedió gracias a un amigo en común que se llama Mauricio Díaz Hueso, que también es cantautor, él me escribió y me dijo que Mon Laferte iba a tener un concierto en el Palacio de los Deportes y que estaba buscando chicas dentro de la música, y me dijo que pensó en mi porque le gustaba mucho mi trabajo. Después me contactó su equipo y me preguntaron que si quería cantar con ella y con otras 70 mujeres en escena cantando ‘Cucurrucucu Paloma’, fue muy emocionante porque me encontré a muchas amigas ahí e hice nuevas amigas. Después Mon Laferte me invitó a un podcast para visibilizar el trabajo de las mujeres en la música, es un proyecto que ella trae, y me hizo darme cuenta que entre mujeres podemos compartir espacios, que es necesario que seamos compartidas.

“Lo de escribir el tema de ‘Canción sin Miedo’ sucedió cuando yo estaba en Francisco I. Madero con mis papás de vacaciones, y entonces les dije que me acaba de escribir Mon Laferte contándome que iba a tocar en el Zócalo el 7 de marzo y que se le había ocurrido con mi manera regional hacer una canción para interpretarlas juntas, el proceso creativo duró nueve horas, porque me dijo que la necesitaba el mismo día para todos los arreglos y demás. Se la mandé más tarde y le encantó, y sumamos a El Palomar, que es este grupo de chicas que están participando activamente en este grupo coral dirigido por Paz Court”.

La cantante vivió en Saltillo y fue aquí es donde inició su carrera musical que hoy es el orgullo de todas y todos las coahuilenses.

-¿Y luego de eso, cómo fue pararte en un escenario junto a ese monstruo que es Mon Laferte y cantar a dúo en un día tan significativo?-

“Esta pregunta está preciosa y te voy a decir por qué. Yo me deshice antes del ensayo del primer ensayo que tuvimos en el Zócalo, ese fueron varias compañeras, entre ellas Ximena Amor y Sabina Odone y nos pusieron un ejercicio a las más de 40 que íbamos a cantar con Mon, un ejercicio de resonancia antes de vivir todas esas emociones en ese escenario. Sabine nos hizo imaginar a aquellas niñas que éramos soñando con este momento, luego nos pidió imaginar a todas esas mujeres y niñas que iban a vivir y empatizar con ese momento, que iban a trabajar algo dentro de sí mismas con esa letra. No paré de llorar, porque todas mis amigas de El Palomar se pusieron a llorar también, todas nos abrazamos y fue hermoso”.

-¿Qué te pareció la respuesta del tema, ya es viral, ya está en todos lados y cuándo te vamos a escuchar acá en Saltillo?-

“La respuesta del tema yo no me lo esperaba, ni Mon, de hecho el día que estábamos ensayando en su casa a medianoche porque llegó corriendo de Puerto Rico, estábamos platicando junto a Paz Court y me dijo: Sí pensé que ibas a hacer un gran trabajo este tema y por eso te lo encargué, pero no pensé que se iba a convertir en un himno que fuera a romper madres en todos lados. Aparte la respuesta de la gente es impresionante, les genera tristeza, nostalgia, rabia en el sentido de que se identifican porque les ha pasado, pero también la recibieron con mucho amor pidiendo que esto también ya se termine”.

-¿Qué te pareció la marcha del domingo y el paro del lunes, cómo lo viviste tú?-

“Yo estoy muy feliz con lo que viví el 8 de marzo, me parece importante destacar el hashtag #MujeresEnLaMúsica que es este colectivo que estamos haciendo entre muchas mujeres que estamos dentro del medio, que vivimos de esto, que esto nos apasiona y que estamos apoyadas por muchas chicas con mucho más renombre. El movimiento #UnDíaSinNosotras estuvo hermoso porque hay muchas mujeres que por primera vez marcharon, y muchas mujeres me están escribiendo agradeciéndome por el tema que les dio el valor para salir y exigir seguridad, es precioso sentir esta hermandad. Eso es lo que buscaba, generar una hermandad entre todas, yo no quería colgarme de ningún movimiento, ni ninguna medalla, estoy hablando de ese sentimiento colectivo que sentimos todas”.