¿Ha pensado en liberar la especie exótica que tiene en casa?
Especies invasoras
DENOMINACIÓN
Son organismos que se desarrollan fuera de su área de distribución natural, en hábitats que no le son propios o con una abundancia inusual.
CONSECUENCIAS
Producen alteraciones en la riqueza y diversidad de los ecosistemas. Son transportados e introducidos por el ser humano en lugares fuera de su habitat.
DAÑOS
Una vez detectada la invasión, su control y erradicación son costosos y no siempre posibles. En Coahuila se han presentado diversos casos.
Texto: Francisco Rodríguez
Fotos: Francisco Rodríguez/ Archivo
Diseño: Edgar de la Garza
Edición: Quetzali García
¿Alguna vez pensó en liberar ese pez exótico que trajo de otra ciudad y que mantuvo como mascota en su pecera? ¿O ese reptil que trajo de alguna playa? ¿O un ave o una planta de otra región? Si es así debería pensarlo dos veces. Podría estar dañando el planeta.
Las invasiones biológicas son una de las principales causas de la pérdida de biodiversidad en el mundo y La Laguna y Coahuila están en el mundo. Para la mayor parte de la población en México el tema es desconocido o de poca preocupación. No obstante, especialistas hablan de que se trata de un tema que tiene y tendrá alto impacto en las decisiones estratégicas sobre la sostenibilidad en el cuidado del medio ambiente.
Miguel Ángel Garza, catedrático de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), explica que las especies nativas se distribuyen de forma natural, pero existe un desplazamiento de pérdidas por distintas cuestiones: actividad humana, cambio de uso de suelo, explotación de recursos naturales, tala, pesquería, cambio climático. Otra causa es la presencia de especies exóticas invasoras que por sus características desplazan a las especies nativas.
La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) tiene catalogadas a las especies exóticas invasoras como uno de los cinco principales factores que causan la pérdida de biodiversidad. Y perder biodiversidad, dice Gabriel Cardoza Martínez, investigador de la facultad de Ciencias Biológicas de la UJED, se pierde todo: alimento, servicios ecosistémicos como regulación de temperaturas, disponibilidad de agua, turismo; puede ocasionar migración de grupos poblacionales, afectaciones a actividades económicas, agropecuarias, forestales, pesqueras, detrimento en la salud pública. Una especie exótica invasora es una amenaza directa al bienestar humano.
“Las especies están donde están por una cuestión natural, ambiental, una cuestión de distribución”, sentencia Miguel Ángel Garza.
Cardoza Martínez expone que a nivel mundial existe el problema de especies que no son originarias de algún lugar y que por algún motivo, principalmente por el factor hombre, son introducidas.
Menciona que hoy en día es fácil trasladar animales, fragmentos, plantas, inclusive recuerda que en otros tiempos, la introducción de especies se originaba desde el gobierno en un afán de apoyar la productividad y diversidad, sin saber que tenía más repercusiones.
¿Usted alguna vez trasladó una especie de otra región a su lugar de residencia sólo porque le gustó?
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales tiene una larga lista de especies exóticas invasoras. Desde plantas, mamíferos, anfibios, reptiles y demás.
Información de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) sobre el tipo de animales asegurados en Coahuila en los últimos años, da cuenta que entre varios, existen algunos considerados como exóticos invasores: un pitón regio originario de África central que fue asegurado en Torreón o una serpiente rey de California hallada en Saltillo, o una boa constructor también encontrada en Torreón o un dragón de agua, especie que se encuentra en Tailandia, Camboya o Vietnam. Todas, especies que llegaron a Coahuila.
Problema en la Comarca
En la Comarca existe el problema particular en los ecosistemas de río, más específico en el humedal del río Nazas, en el Cañón de Fernández.
Según Gabriel Cardoza de la UJED, se tienen identificadas especies exóticas como el cangrejo de río y la rana toro, especies que vienen de Norteamérica, que están ocasionando problemas y acabando con especies nativas.
“Se trajeron ejemplares de Estados Unidos como la lobina negra, el bagre de canal, especies importantes en pesquerías, desde África la tilapia. Se trajeron un montón de especies para las presas del Nazas, que al fin de cuentas son invasoras, exóticas”, explica.
Esas especies llegaron para quedarse. Para el investigador, si se acude al origen, resulta una práctica que se realizó de forma incorrecta, pues parte de los impactos es que se pierden las riquezas originales, nativas y endémicas.
En el Nazas se tienen varios géneros de peces endémicos como un cyprinela, el notropis nazas que es endémico, ciprinodon nazas que es un símbolo pues es originario de la cuenca y no se encuentra en ninguna parte del mundo.
Todos ellos, asegura Cardoza, están en proceso de disminución de sus poblaciones, pues las especies invasoras los han vuelto muy vulnerables.
A la fecha, de 27 especies nativas que existían hace décadas, actualmente sólo se ha encontrado una de ellas y de esa especie, únicamente ha habido avistamiento de un solo individuo en el último barrido con cerca de 40 puntos de muestreo, desde los canales hasta la cortina de la presa. “Lo asociamos a la presencia del cangrejo de río. El problema es grave. Se ha reducido significativamente en los años que tenemos estudiando. Hay un detrimento tremendo”, dice Gabriel Cardoza.
El cangrejo de río se tiene documentado que se introdujo entre 2005 y 2006. En aquel entonces el Cañón de Fernández no tenía ningún programa de acción. Actualmente ya se cuenta con un programa de manejo que entre varios aspectos incluye la atención a especies exóticas.
En el plan se debe conocer la distribución y se tiene confirmado que el cangrejo ya llegó a la presa Francisco Zarco. “Será cuestión de tiempo que brinque a la parte media de la cuenca. Hasta la cortina de la presa”, adelanta Gabriel Cardoza.
A partir de ahí, dice Cardoza, se pueden implementar medidas de control y erradicación a través de trampas, redes de pesca u otra manera.
“Estamos en esa fase. La importancia del flujo natural del río también se ve, porque revisamos y determinamos cuál sitio dentro del río son los que prefieren para reproducción, crecimiento o sobrevivir. Lugares con corrientes fuertes ahí no se encuentran, están en los lugares estancados o represas o con poca corriente”, explica Gabriel Cardoza.
Pese al problema, el investigador Cardoza refiere que siguen existiendo “ocurrencias”, pues hubo hace tiempo la propuesta de incrementar la pesca deportiva en la parte de la presa Lázaro Cárdenas, y la propuesta consistía en llevar muchos ejemplares del cangrejo y sembrarlo. “Es error tremendo. Todo lo que tenga que ver con introducir nuevas especies hay que tomarlo con cautela”, aclara.
El pez diablo
En el distrito de riego 004 Don Martín, la presencia del pez diablo, una especie exótica, comenzó a acentuarse en 2017. El pez es originario de Sudamérica, pero en la región que comprende los ríos Salado y Sabinas, representa una amenaza para el área natural protegida.
“En ese año fue muy notoria la presencia del pez diablo, los mismos pescadores empezaban a publicar que encontraban peces muy raros”, recuerda José Antonio Dávila Paulín, director de área natural protegida distrito de riesgo 004 Don Martín.
Se piensa que el pez diablo, detalla el director del área natural, llegó desde el río Bravo y fue subiendo hasta topar con la infraestructura de la presa Don Martín (Venustiano Carranza). Hasta el momento no ha habido reportes aguas arriba de la presa. Pero el riesgo es latente.
El director recuerda que en su momento enteraron a los pescadores del problema y explicaron que el pez diablo es adaptable a las condiciones, tiene aguante y es tolerante a ambientes adversos. Con la aleta prácticamente es como si caminara, no tiene depredadores, no se lo comen y sus poblaciones se incrementan notablemente.
“Tenemos un bufete: carpas, bagres, mojarras, robalos, matalotes. En el momento que llegue a adueñarse tendríamos un monocultivo, cuando queremos tener la diversidad de especies”, menciona José Antonio Dávila.
En el área protegida hay cerca de 40 especies nativas de peces como matalotes, especies endémicas como un pez llamado chupón que está en peligro de extinción; otros que no tienen valor comercial ni alimenticio como el pez dardo que también está en peligro, un pez de dos centímetros que se halla al fondo del río.
“Es una diversidad de especies como para ponerlo en riesgo”, dice Dávila Paulín.
Es el tema. Si el pez diablo se adueña del embalse o el hábitat, se acaba la diversidad. “Si llega a aguas arriba la perdida de especies nativas sería el problema”, recalca.
La presa es un embalse sujeto a aprovechamiento, tanto comercial como de pesca deportiva. Saltar a la presa significaría afectar estas actividades.
Hasta el momento el director afirma que no hay afectaciones graves pero el riesgo es latente. Un problema que ocasiona es que hace madrigueras en los taludes de los ríos, una especie de cueva para hacer sus nidos y esos lugares llegan expuestos a erosión. “Es terreno blando, se lo lleva la corriente, entonces hay casos en los que cambia la conformación del río, casos graves, aquí todavía no, pese que hemos visto las madrigueras. Es una amenaza que tenemos”, comenta.
En Michoacán está documentado que se perdieron millones de pesos por la introducción del pez diablo debido a que se perdió la pesquería.
Actualmente son alrededor de 100 pescadores que dependen de la actividad comercial, sin contar los que se dedican al tema deportivo.
Sergio Kobel, presidente de la cooperativa de pescadores de la presa Venustiano Carranza, refiere que actualmente la actividad pesquera está muy disminuida, por lo que tener el problema del pez diablo en la presa, “sería darnos en la torre”, describe.
Sin embargo, pese al riesgo que representaría tener a esa especie en la presa, Sergio Kobel reconoce que muy pocas veces los pescadores apoyan para cazar al pez diablo. “De por sí hay poca actividad ir detrás de las cortinas es perder un día, perder dos días, perder mallas”, excusa.
El director del área natural refiere la necesidad de campañas de difusión en dos sentidos. Una que si se llega a extraer este tipo de peces del río, no moverlo del río a la presa, y la otra es dar parte a las autoridades.
“El control letal es sacrificar el organismo, no basta con dejarlo afuera, porque puede regresar”, alerta.
El pez diablo suele usarse en acuarios, porque suele pegarse a las vitrinas, a los vidrios de las grandes peceras.
El problema, dice Gabriel Cardoza de la UJED, es que personas tienen ejemplares y un día ya no los quieren, y como un acto de buena voluntad, van y los liberan a los cuerpos de agua, a los ríos, pero en realidad, recalca el investigador, es una “afectación tremenda”.
¿Alguna vez usted hizo algo parecido?
Hay flora ‘invasora’
Luis Castañeda Viesca, biólogo de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, menciona que a nivel botánico hay especies como el zacate chino que es originario del mediterráneo, una especie invasora que a lo largo de los años se ha adaptado. Otro es el carrizo que desplazó al carricillo que era nativo mexicano. Uno más es el zacate bofe que se trajo de África para ayudar a los ganaderos.
Recuerda que el zacate bofe se introdujo sin antes hacer un estudio de impacto y a la fecha se ven manchones en varias partes, mientras que en jardines públicos hace bulto y no permite la continuidad del césped.
Castañeda Viesca refiere también el caso del árbol guaje, el cual ha llegado a zonas donde no es necesariamente su hábitat natural. “En algunos lados es una especie no deseada”, dice el biólogo.
El especialista de la Narro aclara que no hay propiamente alguna alerta de desplazamiento de flora nativa a causa de alguna especie exótica. Expone que hay problemas en actividades como la agrícola, donde se ha generado mucha maleza que compite en un tema de agua, sin embargo, los agricultores lo han resuelto a base de productos químicos que contaminan.
En el caso del zacate bofe, que abunda en las orillas de las carreteras, Luis Castañeda refiere que puede llegar hasta los predios.
“En la región traemos árboles frondosos y no utilizamos plantas nativas por falta de conocimiento. Las especies locales no tienen la exuberancia de las especies introducidas, pero no llega a ser problema por la reforestación y el hombre la controla a través del agua”, explica.
Prevención
Para Miguel Garza de la UJED, existe mucho por hacer desde el monitoreo, la participación de la gente, la falta de recursos, mejorar los programas. Dice que muchas veces se gasta el dinero pero no se evalúa, es decir, no se mide el impacto positivo que tiene la inversión.
Añade que hay zonas donde colocas a una especie exótica en un lugar y ésta puede depredar o enfermar. “Depende de la situación. Depende de las condiciones, del impacto. No hay una regla”, comenta.
Para el especialista el hecho que se desplacen especies tiene que ver con la biodiversidad. “Las especies realizan una función en el ecosistema, qué pierdo cuando desaparece esa especie. Resulta que la especie es polinizadora, resulta que la especie se alimenta de un insecto que puede ser plaga, controla un depredador, son beneficios que directa o indirectamente tenemos y que perdemos”, expone.
Hay otras especies, agrega Garza, que a lo mejor no tienen tanta importancia, pero son alimento para otras. “Perdemos funciones”, insiste.
Refiere de un caso en el país donde se les ocurrió llevar cabras, éstas se reprodujeron sin control y acabaron con especies nativas, por lo que tuvieron que capturarlas y llevárselas.
Para Garza, muchas áreas protegidas son de papel, pues no se les invierte, no hay personal ni manejo del área.
Gabriel Cardoza, investigador de la UJED, señala que con la pérdida de biodiversidad se homogenizan los ecosistemas, lo cual califica de negativo. “Se pierden especies que tenemos poco conocimiento de ellas. Se están perdiendo funciones de los ecosistemas."
El especialista asegura que sí hay marcos legales pero no se aplican. Dice que es parte de los aspectos que involucran la atención al tema. “Una estrategia nacional. Desde aduanas, fronteras, ser más estricto para transportar organismos vivos. Muchas pesquerías embalses tienen normas oficiales y deben incluir una parte de especies invasoras”, opina.
Pero además de la parte legal, Cardoza insiste en el fortalecimiento de todas las medidas, desde control, erradicación y prevención para hacer conciencia y evitar introducciones.
El problema, añaden los especialistas, es que hay una amenaza latente de la llegada de otras especies.
Datos:
26 especies nativas han desaparecido.
40 puntos de muestreo para evitar especies invasoras
2005 año en que ingresó el cangrejo de río, provocando desequilibrio en los cauces coahuilenses.
40 especies nativas que corren riesgo en la presa Don Martín