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Guterres, experiencia y capacidad negociadora al servicio de la ONU
Se espera que a partir de su nombramiento, mañana, como secretario general de las Naciones Unidas, el portugués António Guterres aportará una gran habilidad negociadora y un amplio conocimiento de los entretelones del poder.
El antiguo jefe de Gobierno portugués (1995-2002) es desde siempre un humanista, pero también un realista y un "hombre de acción". Cuando a comienzos de año rechazó la nominación del Partido Socialista (PS) para las elecciones presidenciales, explicó en una entrevista con la emisora de televisión RTP: "Un jefe de Estado es como una especie de árbitro. Pero quiero jugar a la pelota, quiero estar en el campo de juego, tener acción, intervenir permanentemente". Ya desde joven quiso "modificar una sociedad llena de injusticias".
Este ingeniero luso, que de joven desempeñó trabajos sociales en barrios pobres de Lisboa, se propone ahora "aplicar toda su experiencia" en la cúpula de las Naciones Unidas, según declaró hace ya algunos meses.
"Viví en Portugal una revolución (la Revolución de los Claveles de 1974), estuve luego en primera línea del frente en la democratización de nuestro país, fui miembro del partido y del Gobierno y posteriormente primer ministro. Y luego tuve esta posibilidad increíble de, durante diez años (2005-2015), ayudar en el respaldo a los refugiados".
Con ello, hacía referencia a su etapa como Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), cuando tuvo que enfrentarse a terribles crisis de refugiados, desde Afganistán, Irak y Siria hasta Sudán del Sur y África central, viajando a las zonas más afectadas del globo. Con esa experiencia en sus espaldas, expuso abiertamente la incapacidad de la Unión Europea para abordar la reciente crisis migratoria y de refugiados.
En la semblanza que está publicada en la página web del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados se lee que el hombre nacido en el suburbio lisboeta de Santos-o-Velho lideró una profunda reforma estructural de ACNUR, reduciendo el número de funcionarios en Ginebra en más de un 20 por ciento, y mejorando la capacidad de respuesta a las emergencias y el manejo eficiente de los gastos de la organización.
Con Guterres, la comunidad internacional puede confiar en tener a un hombre capaz al frente de las Naciones Unidas. Así lo refleja también un rápido vistazo al currículum del dos veces padre de familia, que habla fluidamente inglés, francés, español y portugués. Fue por ejemplo el único primer ministro portugués que superó con un Gobierno en minoría un periodo legislativo completo.
Su nominación fue recibida con alegría y elogios en su país natal. "António Guterres fue y es claramente el mejor candidato para el puesto, no sólo por sus cualidades personales sino también por su experiencia en la ONU", afirmó el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa. "Tiene la habilidad de tender puentes", añadió el ministro de Exteriores luso, Augusto Santos Silva.
Guterres quiere "hacer", pero se mantiene con los pies en la tierra y no promete utopías. Ya en 2002 dijo: "Si no se sufre de megalomanía, se sabe que no se puede intentar, por así decirlo, recatar a la humanidad. No quiero salvar a la humanidad, pero quiero hacer todo lo que esté a mi alcance para lograr mejoras”.