Guerra del tiempo (2) Un asedio filosófico a Dark

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Guerra del tiempo (2) Un asedio filosófico a Dark

El eterno retorno, la dialéctica y el laberinto, fuentes de Dark.
La producción alemana no sería la única ni la primera en retomar los postulados del popular filósofo del martillo; ya años antes, en la celebrada primera temporada del oscuro serial policiaco True detective, un alucinado Rust Cohle resumía su enfrentamiento contra el mal con descreimiento y azoro ante los agentes de asuntos internos: “El tiempo es un círculo plano. Todo lo que hayamos hecho o vayamos a hacer, se repetirá una y otra vez”Foto:

Iconotropía

En el parágrafo 341 de “La gaya ciencia”, Nietzsche nos pregunta “¿Cómo te sentirías si un día o una noche un demonio se deslizara furtivamente en la más solitaria de tus soledades y te dijera: Esta vida, tal como la estás viviendo ahora y tal como la has vivido (hasta este momento), deberás vivirla otra vez y aún innumerables veces. Y no habrá en ella nunca nada nuevo, sino que cada dolor y cada placer, cada pensamiento y cada suspiro y todo lo indeciblemente pequeño y grande de tu vida deberá volver a ti, y todo en el mismo orden y la misma secuencia – e incluso también esta araña y esta luz de la luna entre los árboles, e incluso también este instante y yo mismo. El eterno reloj de arena de la existencia se invertirá siempre de nuevo y tú con él, pequeña partícula de polvo? ¿Acaso te lanzarías al suelo rechinando los dientes y maldecirías al demonio que te hablara de esa forma? ¿O has vivido alguna vez un instante extraordinario, en el que hubieras podido responderle: ¡Eres un dios y nunca he oído algo más divino!?

Cuando un pensamiento así se apoderase de ti, te metamorfosearía, tal como eres, o tal vez te trituraría; ¡la pregunta sobre cualquier cosa ¿quieres esto otra vez y aún innumerables veces? se impondría sobre tu actuar como el peso más pesado! O, (podríamos preguntarnos), ¿qué tan bien dispuesto debes estar hacia ti mismo y hacia la vida para no desear ninguna otra cosa que no sea esta última, eterna confirmación, este sello?” Esencial conjetura de donde se desprende el tan famoso como tergiversado concepto de el Eterno retorno, que más que referirse a una dimensión circular en el discurrir del tiempo, nos plantea una pregunta ética: ¿Cómo hacer para vivir una vida digna de ser vivida, sin arrepentimientos ni fisuras, en el caso de que en ésta fuera factible la posibilidad de repetirse por  toda la eternidad? ¿Una existencia que  aún en su infinita repetición fuera sólida, consistente, verdadera? Porque ya lo ha dicho el relojero en algún capítulo: “Pasado, presente y futuro son una ilusión. El ayer, el hoy y el mañana están conectados en un círculo sin principio ni final”. Más allá de ese circular retorno y esa aparente repetición, otras tesis de este autor se filtran a lo largo de la trama, como por ejemplo, las evidentes ideas citadas de su libro “El nacimiento de la tragedia”, donde de forma más implícita, los guionistas de Dark aluden en contraposición los espíritus  de lo apolíneo y lo dionisíaco, que pugnan por su dominio sobre el mundo -el orden y el caos, Adán y Eva, el pasado y el futuro, el albedrío o la resignación- proponiendo a su vez una cierta visión dualista del universo. 

Rebeldía o resignación

La dicotomía entre la sumisión o la revuelta se ve presente en todo momento como un oscilar tras las decisiones de los personajes: sujetarse a la fija escritura de la historia o intentar el boceto de una temporalidad nueva; fruto de la libertad humana. Los personajes de Dark se subdividen de muchas formas, entre ellas: la de los rebeldes y los resignados, muy a la manera de la crítica a la moral cristiana enunciada por el autor de Zaratustra -una moral de esclavos- donde rige la mansedumbre, la debilidad, el sometimiento y la resignación. Así, de estos viajantes desamparados en el devenir del tiempo, el caminante furibundo pudo haber dicho también, antes de caer desquiciado: que están “enfermos de historia”. Por otra parte, la dialéctica hegeliana también se hace presente en la múltiple postulación de la tesis, su antítesis y su síntesis -Jonas-Adam, Eva-Marta-El hombre sin nombre- o las dos fechas iniciales -1953, 1986- que provocan una crisis, deriva y resumen de estas dos, 33 años después. Una coincidencia más: el autor de la “Fenomenología del espíritu” propuso el concepto de racionalidad histórica; un proceso que está por encima y más allá de nuestro entendimiento y nuestros sentidos, donde debajo del aparente caos todo sucede por una razón, todo está relacionado, y los sucesos no son más que el lógico devenir de un curso histórico. Finalmente, otra glosa literaria, en una de sus frases más citadas. 2020: “Una persona vive tres vidas. La primera termina con la pérdida de la seguridad, la segunda con la pérdida de la inocencia y la tercera cuando perdemos la vida misma. Es inevitable que pasemos por las tres.” Me vienen de pronto dos alusiones. La primera. Borges -siempre Borges: “Cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento: el momento en que el hombre sabe para siempre quién es.” Y la más demoledora aún, de la inmensa Marguerite Yourcenar, en sus “Memorias de Adriano”: “Hay tres líneas en la biografía de todo ser humano. Son tres líneas sinuosas, perdidas al infinito, constantemente próximas y divergentes:… lo que un hombre ha creído ser, lo que ha querido ser, y lo que en realidad fue”.

 

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