China redujo su objetivo de crecimiento económico anual, responsabilizando, en un reconocimiento poco habitual, de la desaceleración al impacto de la guerra comercial con Estados Unidos. El primer ministro de China, Li Keqiang, dijo ayer que el país apunta a tener un crecimiento económico en 2019 que se encuentra en un rango de entre 6 y 6.5 por ciento, por debajo del objetivo fijo de 6.5 por ciento en los últimos dos años.

La elección de establecer un rango le da flexibilidad a la política de Pekin mientras se aleja de una economía de años de crecimiento alimentado por deuda que también impulsó la economía global.

“Lo que enfrentamos fue un cambio profundo en nuestro entorno externo”, dijo Li en un informe en la inauguración de la Asamblea Popular Nacional de China en Pekín. Los acontecimientos internacionales, “y especialmente las fricciones económicas y comerciales entre China y Estados Unidos, tuvieron un efecto adverso sobre las operaciones de producción y comerciales de algunas empresas y en las expectativas del mercado”.

China se enfrenta a una serie de retos a medida que se desacelera el crecimiento, los incumplimientos de pago de las empresas van en aumento y las deudas incobrables en los bancos del país alcanzan un nivel no visto en 20 años. Los responsables de las políticas temían desde hace mucho tiempo que una desaceleración en el crecimiento pudiera tener un impacto en los bolsillos de la gente común de China y llevar a un malestar social. Los recortes al IVA suman 800 mil millones de yuanes en el extremo superior de las estimaciones.

El país está encerrado en conversaciones con Estados Unidos para evitar una escalada de los aranceles impuestos por Washington sobre bienes chinos con un valor de 250 mil mdd. China contrarrestó con aranceles sobre 110 mil mdd en importaciones de EU, pero los informes de los medios en los últimos días sugieren que ambas partes podrían estar cerca de llegar a un acuerdo para resolver la guerra comercial. Li le dio las mejores calificaciones a Pekín por su respuesta a la presión de Estados Unidos.

“Manejamos las fricciones económicas con Estados Unidos de manera adecuada”, dijo a los 5 mil delegados que asistieron. Pero el primer ministro reconoció en su discurso las preocupaciones nacionales sobre la desaceleración económica, a veces con un tono hosco. “La inestabilidad y la incertidumbre aumentan visiblemente y los riesgos generados externamente están en aumento”, comentó Li. 

“La presión a la baja sobre la economía china sigue en aumento, el crecimiento cimiento del consumo se desacelera y el crecimiento de la inversión efectiva carece de impulso”. La medida para cambiar el objetivo de crecimiento económico de China a un rango de una sola cifra mientras se mantiene el crecimiento por encima de 6 por ciento estuvo en línea con lo que muchos economistas esperaban. El cambio emitirá dos mensajes, comentó Ting Lu, jefe economista de Nomura en China, en una nota a inversores.

“Pekín reconoce el ciclo descendente actual y la inevitable disminución de la tasa de crecimiento del PIB potencial, y está decidida a lograr un crecimiento de más de 6 por ciento para cumplir su promesa de duplicar el PIB real en la década hasta 2020”.

La reducción del objetivo del PIB se produce después de que China registró un crecimiento de 6.6 por ciento para todo el año de 2018, el crecimiento anual más lento en casi tres décadas. A duras penas Los datos económicos recientes dan pistas de las dificultades que enfrenta China, con un crecimiento en los últimos tres meses de 2018 aferrado al 6.4%.

Cae la maquila La actividad manufacturera se redujo durante tres meses consecutivos, registrando su peor desempeño en tres años en febrero. Barómetro En enero, el índice de precios en el sector industrial se desaceleró aún más, acercándose al territorio de la contracción y afectando ganancias.