El jefe del Parlamento venezolano y líder opositor, Juan Guaidó, reconocido como presidente del país por unos 50 gobiernos de todo el mundo, es esperado este jueves en Brasilia, según confirmaron a Efe fuentes de su entorno.

De acuerdo con representantes de Guaidó en Brasilia, está previsto que se reúna con el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, quien ha mantenido un decisivo y firme apoyo a la Asamblea Nacional desde que en enero pasado declaró al presidente Nicolás Maduro "usurpador" del poder.

La agenda completa de Guaidó en la capital brasileña, según fuentes consultadas por EFE aún «está en preparación», pero pudiera incluir además una visita a la sede del Congreso.

El pasado 23 de enero, tras el acuerdo de la de Asamblea Nacional que declaró "usurpador" a Maduro, Guaidó anunció que asumía de forma interina la presidencia de Venezuela y ahora está en Colombia, donde encabezó las movilizaciones para intentar hacer llegar la ayuda humanitaria donada por decenas de países.

La operación, realizada el pasado sábado, se frustró por el cierre de fronteras ordenado por Maduro, que abarcó también los límites con Brasil, donde igualmente fracasó un intento de entrada en Venezuela con alimentos y medicinas donadas por el Gobierno de Bolsonaro y por Estados Unidos.

Tanto en la frontera con Colombia como en los límites con Brasil hubo serios incidentes y enfrentamientos entre «antichavistas» que pretendían llegar con la ayuda al territorio venezolano y fueron reprimidos por agentes de la Guardia Nacional Bolivariana.

Guaidó viajó a Colombia a pesar de que pesaba en su contra una orden de prohibición de salida del país dictada por un juez venezolano.

Brasil es miembro del Grupo de Lima, un foro de países americanos que exige la salida de Maduro y que este lunes celebró una reunión en Bogotá, en la que se comprometió a continuar trabajando por la "redemocratización" de Venezuela y le ofreció un amplio respaldo a Guaidó, en su calidad de presidente interino.

Esa plataforma también volvió a rechazar la posibilidad de una intervención militar en Venezuela y reiteró su exigencia de que sean celebradas elecciones «libres» en el país, bajo supervisión de la comunidad internacional.