Grotesca
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Grotesca
1.- Ayer nació el segundo hijo de Kim Kardashian y Kanye West. Este varón es el hermano menor de la pobre North West, cuyo ridículo nombre (Noroeste, en español) y eterna exposición mediática la convierten en una de las niñas más infelices del mundo. Tiemblo por la suerte del bebé que acaba de nacer. Como también me preocupa la estabilidad emocional de la más famosa del clan Kardashian. Resulta que una revista de proyección internacional con edición en distintos países, publicó en línea “Los looks más fascinantes de Kim Kardashian embarazada”. Con unas fotografías tan pero tan…mejor lo invito a que busque esa galería en internet.
2.- Y digo que me preocupa la salud mental de Kim porque después de ver sus fotografías publicadas por la revista antes mencionada, seguro se vuelve loca. Partiendo de que ella ha hecho todo un imperio alrededor de su propia imagen construída a base de reality shows y fotografías exageradeamente retocadas, las imágenes en las que aparece en ángulos muy poco favorecedores y desprovista de cualquier ayuda digital, le han de parecer una bomba nuclear a sus intereses personales y a su inmenso ego. Pero también resulta imposible ayudarla pues ella le pone las cosas en charola de plata a los paparazzi.
3.- Contemplar a cualquier mujer embarazada es un bello espectáculo. Saber que es portadora de vida y que en poco tiempo llevará en sus brazos a un pequeño que dependerá completamente de ella para poder sobrevivir es tener a la vista la prueba del círculo de la vida completo. Pero los vestuarios que elige Kim Kardashian para forrarse cuando está embarazada (y también cuando no lo está) nos llevan a pensar “¿Quién rayos la obliga a disfrazarse de ese modo?” Los vestidos entallados, los sacos largos entalladísimos, los abrigos súper entallados, los zapatos ¡entallados hasta decir basta! Con tanta apretadera ¿cómo cuernos logra circular la sangre de Kim por sus venas?
4.- No dudo que todas y cada una de las prendas que Kim Kardashian “luce” estén valoradas en miles y miles de dólares. Sin olvidar el maquillaje, los accesorios y las carisimas joyas que luce a la menor provocación. El presupuesto que despilfarra en imagen personal es francamente obsceno y en todo caso ¡bien por ella! Muy su dinero. El punto es que el despliegue de texturas, volumen y estridencias la llevan a convertirse en la parodia de la caricatura de una farsa que asusta al más insensible y nos deja susurrando una sola palabra que se escapa por entre los labios con el último aliento que el terror deja en nuestros pulmones: grotesca.
5.- Kim Kardashian es el producto más depurado de nuestra era. El vertiginoso avance de la tecnología, la comunicación global e instantánea, la cultura del consumo y despilfarro así como la nueva religión universal en el que cada uno es su propio dios y el espejo su altar, nos hace admirar y seguir con fascinación la vida de quienes encarnan con lujo de detalles este nuevo estilo de vida. En el siglo XIX e incluso en la primera mitad del siglo XX, las Kardashian no hubieran pasado de ser asistentes de medio pelo. Pero ahora son las reinas del momento, dictadoras de la moda, emperatrices del internet y diosas de sus admiradores.
6.- Y no crean que se me olvida que inicié la columna de hoy diciendo que North West es una niña infeliz. Busque también en las galerías de la revista que cité más arriba la que dice North West Kardashian: dos años cabreada. (Es decir, muy enojada o molesta). Viendo que la pobre criatura jamás ha usado un mameluco, un vestidito lindo y suave o un suetercito abrigador se entiende que siempre aparezca llorando, histérica o haciendo berrinches monumentales así esté sentada junto a Anna Wintour. La famosa North siempre es obligada a vestir prendas de marca que son réplicas de ropa para adultos, en telas muy inadecuadas para bebés o niños pequeños.
7.- ¿Cuál bebé del planeta Tierra necesita llevar una pesada chamarra de piel y colgado del hombro un bolso de mano de Yves Saint Laurent? ¡Botas industriales! ¡Blusas de chiffon transparente! ¡Por piedad! ¿Saben qué va a ser esa niña cuando sea grande? Una inadaptada social. La versión contemporánea de Michael Jackson. Evidentemente no tengo nada en contra de las fortunas fabulosas que permiten comprar absolutamente todo. Pero lo más importante es pensar en el equilibrio emocional y en la salud en general de los más pequeños. Otros que también tienen acceso a todo son los hijos de los Duques de Cambridge o las hijas de los Reyes de España ¡y jamás aparecen en fotografías con esa expresión de angustia permanente que tiene la pobre North West!
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