Grito de ayuda: El cáncer nada sabe de que no hay dinero para medicinas

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Grito de ayuda: El cáncer nada sabe de que no hay dinero para medicinas

Urgente. Griselda debe ir a Monterrey a seguir con su tratamiento de quimios y radioterapia. FOTOS: JESUS PEÑA
Postrada en la cama soportando intensos dolores, así se la pasa Griselda, quien a falta de recursos ha suspendido su tratamiento contra la cruel enfermedad

Una nube de moscas invade la cama de Griselda quien, de vez en vez, las espanta con su mano blanca y flácida. Apenas y tiene fuerza por el dolor que le provoca el cáncer cervicouterino que padece, un dolor que le corre desde la cintura hasta el vientre.

“Tengo dolor muy fuerte y dice mi mamá, ‘oye, no te quejes’, le digo ‘y qué hago, si tengo el dolor muy fuerte’, y no hay ni medicamento, es un dolor muy espantoso”.

Y hasta hay noches que Griselda se la vive sentada en el filo de su cama porque el dolor no la deja dormir.

Son las 14:00 horas de una tarde templada en la casa de Griselda, 2 piezas de block que ofician de cocina y recámara, la casa plantada a las faldas de una loma en la colonia Josefa Ortiz.

La casa donde viven Griselda, de 44 años de edad, su esposo Antonio Pérez Hernández, de 36, y sus 3 hijos pequeños.

Hace un año 6 meses que a María Griselda Ramírez Rodríguez, los médicos le detectaron cáncer cervicouterino y el 12 de mayo pasado la operaron de tumor que ya le había invadido órganos vitales.

Desde entonces a Griselda le quedaron esos dolores que la tienen atada a esa cama bajo esa nube de moscas que no da tregua.

El esposo de María Griselda es carpintero, fabrica mesas y sillas, ahora mismo está fabricando unos de estos muebles en ese pequeño taller que es una especie de tapanco de lámina y cartón.

A veces se nos vienen las malas rachas y no tenemos ni para comer y luego los niños chiquitos no saben que no hay”.
Griselda.

Con lo que saca de vender esos muebles apenas y alcanza para que la familia coma, pero nada más.

“A veces se nos vienen las malas rachas y no tenemos ni para comer y luego los niños chiquitos no saben que no hay”, dice Griselda.

En casa de Griselda escasea la plata para comprar los pañales y las bolsas de colostomía que ella necesita, tampoco hay para ir y venir de Monterey a las quimios y radiaciones que le ordenaron sus médicos.

Griselda depende de 2 radiaciones y 23 quimioterapias para salvar su vida, pero no hay con qué.

Griselda no tiene Seguro desde que a su marido lo despidieron del negocio de tarimas donde trabajaba y ella tuvo que ir al Hospital Geriátrico para atenderse.

Por un tiempo interrumpió su tratamiento y eso provocó que el cáncer, cruel como es, avanzara.

Griselda dice que antes su vida era normal, su tragedia comenzó la noche en que regresando de un rosario un diciembre y le vino una de esas hemorragias imparables. Luego ya le dijeron que tenía cáncer.

La vida de Griselda, que se ocupaba de las labores de hogar, atender a sus hijos y ayudar a su esposo en la carpintería, dio un vuelco. Antes nada le dolía.

La única ayuda con la que cuenta Griselda es la de su madre, Juana María García Rodríguez, de 61 años de edad, a quien también ya le duele la vida y le fallan las rodillas.

“Yo le digo a ella ‘sólo le pido a Dios que no me enferme, porque quién te va a ver’”, suelta la madre.

Griselda pide que la gente buena gente la apoye con sus pañales.

Las bolsas de colostomía son caras y cuesta ir al Hospital Universitario de Monterey para seguir su tratamiento.

Dos citas ya se la han pasado por la falta de dinero para el pasaje.

“Ya si no voy el lunes quién sabe que irá a pasar porque esos dolores que me dan son muy desconocidos”.

Griselda dice que a pesar de su anemia, por su deficiente alimentación, tiene un buen pronóstico y con la ayuda de Dios y de las personas de buen corazón puede salir adelante… 

Dolor. Sin tratamiento ni medicinas, así es como Griselda hace frente a la enfermedad que cada vez ataca con más fuerza; en su casa no hay dinero ni para comer, mucho menos para pañales ni bolsas de colostomía.

Al detalle

> ¿Deseas apoyar con pañales para adulto, bolsas de colostomía y despensa para Griselda?

> Llama al 844 5404100.

A MERCED DEL ‘ENEMIGO’

A Griselda le detectaron cáncer cervicouterino hace un año seis meses.

> Vive en las faldas de una loma de la colonia Josefa Ortiz de Domínguez.

> Su casa está compuesta de cocina y una recámara.

> Con ella viven su esposo y tres hijos.

> Ella tiene 42 años y su esposo 36.

> Él trabaja como carpintero, en un pequeño taller habilitado a un lado de la casa.

> Carecen de seguridad social.

> No tienen recursos para viajar a Monterrey a que ella reciba quimios y radiaciones.

¿QUÉ ES EL CÁNCER CERVICOUTERINO?

> Es un tumor maligno que se inicia en el cuello de la matriz y es mucho más frecuente en mujeres mayores de 30 años. Es provocado por el virus del papiloma humano.

> Es una de las amenazas más graves para la vida de las mujeres.

> La mayoría de las mujeres que lo padecen no han sido diagnosticadas ni tienen acceso a un tratamiento que podría curarlas o prolongarles la vida.