Griezmann, el hombre con cara de niño que asombra al Atlético de Madrid

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Griezmann, el hombre con cara de niño que asombra al Atlético de Madrid

El delantero francés del Atlético de Madrid, Antoine Griezmann. Foto EFE
En Francia se le considera el sucesor de Franck Ribéry, mientras que para los hinchas del Atlético el atacante de 25 años es casi como un dios.

En dos años pasó de ser un talentoso futbolista a convertirse en una estrella mundial: el francés Antoine Griezmann disfruta en el Atlético de Madrid del mejor momento de su carrera y llega en plena forma al duelo de hoy frente al Bayern Múnich.

Y hay una cosa que los aficionados bávaros deberían saber: cuando se trata de goles decisivos, el delgado delantero que nació en Mâcon es hoy en día mucho más determinante que algunos cracks mundiales.

En Francia se le considera el sucesor de Franck Ribéry, mientras que para los hinchas del Atlético el atacante de 25 años es casi como un dios.

"La esperanza de alcanzar las semifinales nos da alas", dijo el fin de semana después de marcar el gol de la victoria por 1-0 que consiguió el Atlético ante el Rayo Vallecano.

No sólo los hinchas y los medios tienen los ojos puestos en Griezmann. Sus compañeros también han visto una evolución tremenda desde que fichó por el Atlético en 2014 desde la Real Sociedad.

"Griezmann vino como un joven niño y ya es un hombre", indicó hace un tiempo el lateral Juanfran. "En la Real Sociedad era buen jugador y aquí se ha convertido en uno de los mejores del mundo. Al principio le costó, pero empezó a crecer a pasos agigantados hasta convertirse en un jugador franquicia para el Atlético de Madrid".

El entrenador rojiblanco, el argentino Diego Simeone, aseguró que el francés "mejoró en todos los aspectos: físicamente, tácticamente y en agresividad".

Lo importante que es Griezmann en el Atlético quedó demostrado otra vez el sábado. Simeone lo reservó en el banquillo con vistas al duelo de mañana en Múnich, pero el partido se complicó.

El francés salió en la segunda parte y en apenas 42 segundos ya había robado un balón en el borde del área rival y fusilado con la zurda a gol. Justo después del pitido final, Griezmann ya tenía la mente puesta en Múnich.

"El del hoy será un gran partido", aseguró el elegante delantero galo.

El delantero francés del Atlético de Madrid Antoine Griezmann con el balón, durante el partido frente al Bayern de Múnich de ida de semifinales de la Liga de Campeones. Foto EFE

Griezmann lleva 30 goles anotados en 49 partidos esta temporada y es la principal razón sobre el césped de que el Atlético esté empatado a puntos con el Barcelona en lo más alto de la Liga a falta de dos jornadas y a 90 minutos de su tercera final de la Copa de Europa de la historia después de las que perdió en 1974 y 2014.

El francés marca muchos goles y la mayoría de ellos son decisivos. Según medios, lleva más tantos ganadores -los que dan la victoria- que Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, las estrellas de Real Madrid y Barcelona respectivamente.

Pero no todo fueron alegrías y goles brillantes en la carrera de Griezmann. Hace 12 años ningún gran club francés lo quería para las divisiones inferiores.

El Olympique de Lyon, de hecho, lo rechazó en un test por ser "demasiado bajito y delgado". Pero un cazador de talento de la ciudad de San Sebastián le vio poco después en un torneo juvenil de París y el pequeño Antoine hizo las maletas con 13 años para mudarse a la ciudad española.

En 2011, poco después de su debut como profesional, el actual entrenador del Bayern, Josep Guardiola, tuvo una premonición y quiso ficharlo para el Barcelona. Sin embargo, el club azulgrana prefirió no arriesgar.

Así, en 2014 llegó el Atlético de Madrid con 30 millones de euros y lo fichó. Un traspaso caro, pero dos años después se puede decir que muy rentable. Según "The Sun", el Manchester United estaría dispuesto a pagar ahora mismo 83 millones por el francés.

Pero quizás esa cifra no sea suficiente si Griezmann logra brillar mañana y lleva al Atlético a una nueva final. Y con un Bayern volcado en el arco rojiblanco, el "bajito y delgado" delantero, rápido como pocos, debería tener alguna contra para cabalgar por el césped de Múnich.

"Nunca dejes de creer", escribió en Twitter el delantero tras el 1-0 que consiguió el Atlético en la ida.