Greenpeace: El Gobierno mexicano no cuidó a la vaquita, y ahora lo pagarán familias camaroneras
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Greenpeace: El Gobierno mexicano no cuidó a la vaquita, y ahora lo pagarán familias camaroneras
CDMX.- El boicot contra el camarón mexicano, anunciado hoy por organizaciones civiles de Estados Unidos, es una consecuencia de la ineficacia del Gobierno mexicano para actuar en la protección de la vaquita marina, alertaron la organización Greenpeace y pescadores afectados. La medida, coincidieron, afectará a las comunidades que viven de la pesca y no sólo a las del Alto Golfo –hogar de la marsopa– sino a las de todo el país.
“El boicot es simplemente el resultado de los malos manejos que ha tenido el Gobierno mexicano con la conservación de la vaquita”, dijo Miguel Rivas, coordinador de la campaña de Océanos de Greenpeace México, en entrevista para SinEmbargo. El activista señaló que durante muchos años se minimizó el problema y se creyó que era de índole ambiental, cuando en realidad se trata de tema socioambiental que incluye no sólo a las especies del mar de Cortés, sino a la gente que vive en los alrededores.
Rivas vaticinó que con la administración de Donald Trump, la situación podría empeorar. “Significa que podríamos tener embargos generales, como una política de Gobierno y no sólo como un boicot de los consumidores al camarón mexicano”, dijo.
El pescador Rual Martín Verdugo Montoya lamentó la decisión de las organizaciones de la sociedad civil estadounidenses que convocaron a boicotear el camarón mexicano, y responsabilizó al Gobierno de Enrique Peña Nieto de esta situación que deja en la indefensión a cientos de familias que dependen económicamente de la pesca.
“Nos parece muy lamentable. Todo el tiempo nos ha pasado que nos castigan a nosotros los pescadores por la ineficiencia de nuestro Gobierno. Nosotros estamos pagando los platos rotos. Tanto la vaquita marina como los pescadores estamos a punto de extinguirnos, mientras la pesca furtiva incrementa”, lamentó.
Ante este panorama, el pescador hizo un llamado a las organizaciones de Estados Unidos a que “tengan consciencia” de que a quienes están afectando con el boicot es a los pescadores y a las familias que dependen de esta actividad.
Pidió que “no hagan lo mismo que ha hecho el Gobierno mexicano: castigarnos a nosotros. Si el Gobierno es el que está fallando, pues que hagan medidas que lo castiguen, que es quien no ha cumplido, pero no a nosotros y a nuestras familias”.
Verdugo Montoya extendió una invitación a los grupos civiles a que visiten las comunidades a fin de que “vean la realidad que estamos viviendo. Porque de lejos, todo el mundo opina, pero nadie mira realmente lo que estamos pasando nosotros”.
Hoy por la mañana más de 40 organizaciones lanzaron la campaña “Boycott Mexican Shrimp” [Boicot al Camarón Mexicano], a sólo tres días de la inauguración en Boston de la Seafood Expo North América, una de las exposiciones comerciales más importantes del sector pesquero del mundo. El llamado tiene como objetivo en realizar un boicot contra del camarón proveniente de México, a fin de presionar al Gobierno de Peña Nieto a que proteja a la vaquita marina de una extinción inminente.
La mitad de la población de la vaquita se perdió sólo entre 2015 y 2016. Hace algunas semanas, el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita marina (CIRVA) dio a conocer que la marsopa más pequeña del mundo está cada vez más cerca de la extinción, ya que apenas quedan 30 ejemplares en vida silvestre, por lo que activistas y especialistas han alertado que podría extinguirse en los siguientes tres años si no se actúa con prontitud.
El anuncio se dio a pocos días del descubrimiento de una cría de vaquita muerta y el hallazgo de una red con 66 totoabas enmalladas en el Alto Golfo. En los últimos años ha sido precisamente la pesca ilegal de la totoaba –especie que también se encuentra en peligro de extinción– la causante del declive continuo de la marsopa más pequeña del mundo.
Las organizaciones que impulsan el boicot, entre ellas el Instituto de Bienestar Animal, el Centro para la Diversidad Biológica (CDB) y el Consejo de Defensa de Recursos Naturales argumentan que durante varias décadas, la industria del camarón desempeñó un papel primordial en la disminución de la población de la vaquita, por lo que buscan obligar a que el sector colabore en salvar a la marsopa.
“Esperamos que el boicot aliente a la industria a unirse a las demandas de que el Gobierno mexicano amplíe significativamente sus esfuerzos para salvar a la especie y que la industria colabore en tales esfuerzos. No todos los productos de camarón mexicanos provienen del Golfo de California, pero sólo boicoteando a todos los camarones mexicanos, probablemente se ayude a salvar a la vaquita”, se lee en el sitio oficial de la campaña.
Estados Unidos es el principal comprador del camarón mexicano. El año pasado, el país vecino del norte importó millones de toneladas de camarón valuadas en más de 274 millones de pesos.
El boicot, efectivamente no sólo es un golpe a algunos pescadores del Alto Golfo, que es en donde habita la vaquita. Los estados afectados incluyen a Baja California, Baja California Sur, Sonora, Nayarit, Jalisco, Chiapas, Tamaulipas y Veracruz.
De acuerdo con cifras de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), el camarón ha significado para México uno de los productos que mayores divisas genera. Debido a su exportación y desde hace años, el volumen anual de la captura ha permanecido estable en torno a las 70 mil toneladas.
Miguel Rivas, de Greenpeace, consideró que “como el boicot que se propone es a los camarones que vienen en general de México y no sólo a los del Alto Golfo, es un golpe general a la pesquería mexicana”.
“Eso tiene que abrir los ojos de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) para tomar medidas”, urgió.
En abril de 2015, el Presidente de México prohibió por dos años el uso de redes de enmalle que resultan dañinas para la vaquita marina en el Alto Golo, sin embargo, organizaciones con presencia en México han denunciado reiteradamente que ni autoridades ambientales ni pesqueras han informado qué acciones planean implementar cuando concluya la veda anunciada.
Desde entonces, los pescadores están recibiendo compensaciones económicas, que el propio CDB ha reconocido son “bastante desiguales e injustas”. La organización tuvo acceso, vía el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), al padrón de beneficiarios donde halló que se trata sólo de dos mil 699 los beneficiarios y que quienes reciben menos dinero, cada mes obtienen cuatro, seis, siete y ocho mil pesos; mientras dos personas reciben más de un millón de pesos.
El pescador Rual Martín Verdugo, por ejemplo, recibe 8 mil pesos cada mes. Sin embargo, asegura que ese monto no le permite mantener a su esposa y a sus pequeños hijos de 4 y 5 años.
“Estamos limitados a comprar lo básico: comida, agua y luz. Cuando uno de los niños se enferma lo que hago es endeudarme, pedir prestado y ya tenemos dos años así. Estamos endeudados, estábamos esperando la pesca, pero todo parece indicar que no va a haber”, denunció.
El afectado señaló que están “viviendo como nunca en el Golfo, en una incertidumbre bastante grande, no sabemos qué va a pasar con nuestras familias, con nuestra comunidad, no tenemos idea de qué nos espera”.
Miguel Rivas recordó que las autoridades mexicanas “tienen que ofrecer las alternativas de pesca sustentable que prometieron tener en abril, o sea, en dos semanas”.
En el mismo sentido, Verdugo instó al Gobierno mexicano a dotar de alternativas y soluciones a las familias que residen en las comunidades del Alto Golfo. Aseguró que no tienen otra forma de sustento más que la pesca de camarón, de septiembre a marzo; de curvina, entre marzo y abril; así como sierra y otras especies el resto del año.
“Queremos seguir haciendo lo que sabemos, la pesca es un trabajo muy honrado, muy respetable y de mucho esfuerzo. Nosotros no buscamos extinguir a ningún recurso. Necesitamos que el Gobierno haga cosas reales, tenga sensibilidad y vea por nuestras familias. No somos números, somos personas que estamos esperando soluciones reales de nuestro Gobierno”, remarcó.