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Grand Palais de París muestra una faceta desconocida de Hergé
Hergé es conocido en todo el mundo como el "padre" de Tintín y Milú, pero además de ser el creador del famoso cómic, también fue pintor y diseñador gráfico. Algunas de sus obras, realizadas en acrílico en los años 60, recuerdan al lenguaje pictórico de Joan Miró y Alexander Calder, mientras que otras se asemejan más al de Amadeo Modigliani.
Ahora, esta faceta desconocida del genial dibujante belga podrá verse por primera vez en el Grand Palais de París, en una exposición que revela no sólo al Hergé pintor, sino al Hergé coleccionista. La muestra abre sus puertas desde mañana miércoles hasta el 17 de enero.
Hergé pintó estas coloridas pinturas tanto figurativas como abstractas cuando ya era un famoso dibujante de cómic. Sin embargo, la fase como pintor le duró poco. Y es que para Hergé, que nació en 1907 en Bruselas como Georges Prosper Remi y murió en la misma ciudad en 1983, la pintura no era un arte que se pudiera practicar en el tiempo libre, sino que exigía dedicación plena.
Y tuvo que elegir: pintar o Tintín. Hergé no quería ser un pintor de domingos o sábados por la tarde, eso era inconcebible para él. Aunque las pinturas que ahora se muestran difieren entre sí por sus temas y su estética, sí se reconoce en ellas la "línea clara" -contornos precisos y ausencia de tonos intermedios en el color- que Hergé convirtió en su seña de identidad en el cómic.
El interés de Hergé por el arte data ya de sus comienzos como redactor en el diario católico belga "Le Vingtième Siècle". Allí escribía entre otros artículos sobre artistas como Van Gogh, Durero, Goya y Monet. Su predilección por las artes plásticas siempre estuvo latente en él, escribió Fanny Rodwell, la segunda mujer de Hergé, que trabajaba como colorista en el estudio fundado por el creador de Tintín en 1950.
Además, de la pasión de Hergé por el coleccionismo dan muestra obras y esculturas de Jean Dubuffet, Serge Poliakoff, Pierre Alechinsky y Lucio Fontana, que cuelgan en las paredes del Grand Palais junto a algunas máscaras de África que plasmó en sus aventuras del famoso reportero. En "Tintín y los pícaros" también aparece una obra que recuerda al arte abstracto de Poliakoff.
Y, por último, la exposición da cuenta de otra de las facetas más desconocidas de Hergé: la de diseñador gráfico. Algunos de sus carteles publicitarios creados en los años 30 pueden verse en esta muestra que según su comisario, Jérôme Neutres, se centra en el genio creativo. Por eso, también se dignifica a Hergé como uno de los más destacados pioneros del mundo del cómic.